13

366 27 0
                                        

Pov Helen

Tanto Lautaro como yo estamos bastante estresados últimamente, ya que se nos presento un viaje de negocios de pura casualidad a los dos a pesar de que manejamos diferentes empresas, ¿ahora con quien dejaríamos a Ezequiel? Al principio estuvimos planeando buscar a una niñera o niñero, pero de solamente  conocíamos a los que trabajan en la guardería, y todos ya conocen a Thiago y se podrían levantar sospechas y chismes sobre que le paso a él.

A mi padre tampoco le podíamos pedir de favor ya que estaría ocupado en su empresa, junto a Fabián que es su mano derecha, así que tampoco podíamos pedirle a mi yerno que se ocupara de él.

─ Ya se, déjenlo con la familia de Rocío, todos ellos ya lo saben y son de confianza. ─propone mi padre tomando una taza de té─

─ ¡Cierto papá! ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?! ─dije con coraje sintiéndome estúpida─

─ Te estresas mucho hija, eso te impide pensar con claridad ─rodé los ojos, obviamente me iba a estresar si se trata de mi bebé y amor de mi vida─ pero el tema no es ese, deberías hablar con Lautaro sobre cómo decirle que se va a tener que quedar cinco días con ellos porque tu no vas a estar, además de que a ti no te vera por una semana completa porque tu viaje dura mas que el de mi nieto.

─ Talvez lo tranquilice la idea de que solo serán cinco días fuera de casa y con otra familia, después de que Lautaro vuelva se lo llevara y tendrá que esperarme a mi.

─ Va a llorar mucho por eso, ¿no vez que los bebés siempre son más apegados a su mamá que a su papá? Ósea, Eze obviamente ama mucho a Lautaro ya que en su pequeño espació lo ve como una figura paterna, pero es mas cercano a ti ya que eres su mami. ─eso me hizo reflexionar, poniéndome mas nerviosa por ver a mi bebé sufrir─

─ Esto va a estar complicado papá… ─me empiezo a comer las uñas debido a los nervios─

─ Mira… primero no te comas las uñas, segundo, debes explicarle a él niño ─en eso hace una pausa y suelta una carcajada─ bueno, “niño” entre comillas, ya que pensándolo bien si hubiera seguido vivo sería un hombre de 46 años.

─ Él es mi bebé, no me importa inclusive sabiendo que soy menor por varios meses. ─fruncí el ceño ante su comentario─

─ Lose mi cielo, era solo una bromita, me alegro mucho que te casaras con él y no con alguno de los chicos con los que te quería comprometer tu mamá. Por mi santa madre, solo mencionar a esa toxica me hace tener ganas de vomitar.

─ Lo mismo me pasa, fue muy cruel con mi bebé, lo maltrato mucho verbalmente por ser chaparrito y pobre.

─ Lose, por eso te recomiendo que le expliques a Eze que ustedes se van por motivos de trabajo y no porque estén cansados de él o quieran abandonarlo, es obvio que el angelito tiene un gran apego con ustedes por todo lo que sufrió y siente temor a que le vuelva a pasar. Además, déjenle una foto de ustedes en físico y díganle que cada vez que los extrañe que abrace la foto, y no olviden llamarlo todos los días. 

Asentí ante los consejos y tome nota mental de cada uno (ya que me dio bastantes recomendaciones) de veraz amo a mi padre, el me apoya en todo y siempre fue comprensivo, a diferencia de mi madre que solo quería adueñarse de mi vida y mis decisiones, además de que siempre me hacía comentarios hirientes por mi estatura, decía que era muy alta para ser mujer y que no debía ponerme tacones, supuestamente porque así no atraería a un buen hombre.

─ Y un punto muy importante es sobre la lactancia, tu le das pecho muchas veces al día y puedes dejarle de tu leche y que se la den en un biberon, pero Eze es un pequeño muy mimado y consentido, por ende eso no será suficiente, así que puedes preguntarle a Rocío si se siente cómoda dándole pecho a él nene, y que se lo de si él no se siente mal sobre que otra mujer que no seas tu lo amamante. ─me propone acomodándose los lentes─

No Es Imposible [ABDL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora