Capítulo 11

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Los primeros días de casados realmente no habían sido algo fuera de lo normal, pues estaban más que acostumbrados a esa vida desde años, solo que ahora ambos portaban un anillo y eran formalmente esposos. Gustabo estaba muy contento, a veces visitaba a Isidoro, ambos estaban formando una amistad realmente agradable, Conway y Freddy la aprobaban por completo, pues era hijo de uno de sus compañeros ejemplares y sabían que el niño al crecer en dicho ambiente, sería un hombre de valores y leal hacia el rubio.

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Los años pasaron, realmente habían cosas que nunca podrían predecir, era el cumpleaños número 6 de Gustabo y aún que los padres estaban realmente felices por ello, el pequeño rubio no tanto y es que, al despertar, se dió cuenta de algo, el felino negro que lo había acompañado por tanto tiempo no se encontraba bien, hace días que había enfermado y cuando fue al veterinario, había mejorado considerablemente hasta ese día. Mientras el rubio lo sostenía en sus brazos, lo miro fijamente hasta que dejó de lamer su antebrazo y dar su último respiro; los ojos de Gustabo se cristalizaron inmediatamente, su pequeño cuerpo comenzó a temblar.

—¿D-Don gato?

Lo removió en sus brazos y solamente podía sentir su cabecita floja y nunca volvió a mover una sola pata, fue cuando se dió cuenta, que había muerto. Prorrumpió en sollozos y abrazo a su mascota, su llanto se hizo cada vez más fuerte, el solamente era un niño y aquello que había presenciado, había sido demasiado para su sensible y noble corazón. La puerta de su habitación fue abierta e ignoro por completo a los presentes, el solo quería a su gato de regreso.

Freddy y Conway se miraron y sintieron un profundo sentimiento de pena, que solo podían vivir con su hijo. Conway fue el primero en acercarse y tomar asiento en el suelo donde estaba el menor.

—Gustabo, lo siento mucho, el veterinario te advirtió de que podía suceder.

Freddy tomo una sábana limpia y se sentó en el otro extremo de su hijo. —Tranquilo mi niño, deja a Don gato aquí.

Freddy extendió la sábana en el suelo e intento quitarle el cadáver del felino de los brazos, Gustabo se negaba a soltarlo, pero al final, aunque llorara y lo abrazara con fuerza, el no volvería a la vida, su padre tenía razón, el veterinario le contó que los gatitos enfermos como Don gato, a veces necesitaban un descanso para no seguir sufriendo, por lo que el no quería ser egoísta y decidió que lo mejor sería dejarlo ir, aflojó el agarre poco a poco hasta que Freddy lo retiro de sus brazos y lo dejo sobre la sábana, lo envolvió en ella y se puso de pie para cargarlo.

Gustabo miro a Jack y con un puchero se abalanzó hacía el para abrazarlo y romper a llorar. —¡Don gato!

Conway no se sentía calificado para sobrellevar esto, le dolía intensamente ver a su hijo sufrir así. Lo rodeo con sus brazos y le dió suaves palmaditas en su espalda. —Lo siento hijo, fuiste su mejor amigo y el fue feliz a tu lado, tranquilo.

Freddy sintió su pecho estrujarse, miro a Conway quien estaba igual o peor de sensible que él. Se acercó a ellos e intento llamar al menor quien aún lloraba con intensidad. —Gustabiño, ¿Me acompañas al jardín? ¿Recuerdas lo que dijo el veterinario?

Gustabo mostró su rostro y asintió, limpio las lágrimas de sus ojitos azules y miro la sábana en los brazos de su padre. —¿Lo enterraremos en el jardín?

Freddy asintió. —Era su lugar favorito del gatiño.

—Debajo del árbol de manzanas. . .

Misión de padres | FREDDWAY | Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora