Querida Luna || Luna x Titán || Solarballs

2- No puedo parar de pensar en ti

Bajo el manto de estrellas, en la noche serena,

la luna brilla con su luz serena.

Testigo de amores, en su eterna danza,

ilumina el camino de nuestra esperanza.

Susurra secretos al viento, la luna encantada,

mientras los corazones se funden en la mirada.

En su fulgor plateado, amor se revela,

y en su abrazo celeste, el alma vuela.

Oh, luna radiante, guardiana de la noche,

testigo silente de nuestro derroche

de ternura y pasión, en su brillo eterno,

somos dos almas unidas en amor tierno.

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—Lo debías haber visto, era tan interesante.. — Suspiró Luna con ensueño.

Phobos y Deimos le veía con una mirada preocupada con la idea de que Luna se volvió demente, nunca le habían visto tan ilusionado y tan soñador así como ahora. En este punto, Luna estaba hablando solo sobre su experiencia, se veía tan feliz dándose vueltas mientras versaba sobre lo mismo.

—Pero dinos, ¿qué fue lo que viste? — preguntó Deimos

—Si, quiero saber que te tiene tan enfermo de ilusión. —Phobos dijo entre risas.

Luna sonrió.

—¡Vi a otro satélite, otra Luna, como yo! —Luna no pudo contener su emoción.

Las otras lunas se sorprendieron, se intercambiaron miradas. Fueron tomados por sorpresa y les resultaba difícil creerlo. Esta vez pensaban que la Luna realmente se volvió loco, era imposible que otro satélite similar a la Luna hubiera tomado el tiempo de explorar al otro lado del cinturón de asteroides. Tal vez sea otro sueño erróneo de Luna, la Tierra le metía mucha ilusión a la cabeza.

—Luna. —Phobos le puso una mano en el hombro. —Creo que es hora que dejes este sueño, y de verdad.

—Pero, me dijeron que hay la posibilidad de que pueda conocer a un satélite natural como yo, y lo hice. —Luna frunció —¿No me creen verdad?

—..No es que no te creemos, nomas que todo esto suena raro. Pero otra luna en el territorio de los planetas terrestres es un poco fuera de estilo. —explicó Phobos, tratando de no herir los sentimientos de su amigo.

—Él no es de aquí.. Es el satélite de Saturno, vino para el territorio terrestre para ver las estrellas. —Luna dijo —Seguro ha de volver.

—Bueno Lunita, no sabemos qué más decir. La verdad nos sorprende y estamos feliz por ti, nomás tendrás cuidado. No conocemos a los satélites de los demás planetas, quien sabe que pueda pasar. —Dijo Phobos, después de un momento de silencio habló de nuevo. —Iremos a ver lo que hacen nuestros planetas, ¿Vienes?

Luna solo miró hacia abajo, sus únicos amigos no le creían. No estaba enojado, nomás muy decepcionado.

—No, yo me quedo aquí no te preocupes —Sonrió Luna. —Estaré bien.

Phobos y Deimos se fueron de su vista, ahora quedaba Luna sola con sus pensamientos. ¿Fue difícil de creer? Se preguntó el pobre satélite, él quería llevarles para que vean ellos mismos; que sepan que es real lo que dice. Pobre Lunita se sentía tan decepcionado al darse cuenta de que sus amigos no le creían. Sus rayos plateados, que solían iluminar con dulzura los encuentros entre amantes, ahora reflejaban una tristeza profunda.