22.

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ANTO:

¿Queres dormir ya? - me preguntó ni bien terminó la peli que estábamos viendo. - Te noto cansadita - siempre tan atento, pensé.

Mm... Si no te molesta - dije algo adormilada. Sonrió.

Obvio que no me molesta, mi amor - apagó el televisor. Yo estaba distraída, mirando a la nada, cuando siento que mis pies dejan de tocar el suelo y me doy cuenta que ya no estoy en el sofá, sino que mi novio me acaba de tomar en brazos y estamos subiendo escaleras arriba cual recién casados. Me río y lo contagio. Llegamos a su cuarto y mis pies vuelven a tocar tierra firme.

Eso no era necesario, todavía podía subir las escaleras por mi cuenta - le dije divertida.

Encima que quiero mimarte e intento ser caballero... - simuló un enojo, muy mal actuado, por cierto. Carcajee y rodee su cuello con mis brazos.

Vos sos un caballero, mi amor - murmuré con dulzura - gracias por esta noche tan linda. - Sonrió ampliamente, con un brillo en sus ojos que era impresionante. Si pudiera verme, aseguraría que yo estaba igual que él. Juntó nuestras bocas en un beso dulce, pausado, un simple juego de labios pero que, sin embargo, estaba provocando una sensación INEXPLICABLE en mi estómago. Era como si estuviera en el aire, como si él hubiera hecho una especie de hechizo en mí; definitivamente, esto era amor de verdad. - Te amo - susurramos a coro y nuestras sonrisas no se hicieron esperar. Rozó nuestras narices por unos segundos, como si disfrutara de esa clase de juego.

Te voy a dar algo así te cambias para dormir - se acercó a una cajonera y buscó dentro de ella.

Che, ¿y mi cama? ¿me imagino que no vamos a dormir juntos o si? - me miró sorprendido y ya no pude aguantar la risa - te estoy jodiendo mi amor - se rió.

Me estabas asustando - me revoleó un remera y yo me atajé para que no me pegara en la cara.

Te voy a denunciar por violento - se rió.

Creeme que si hablamos de violencia, vos salís perdiendo - fingí sorpresa y ambos reímos.

Lo obligué a que mirara hacia otro lado mientras me ponía la remera que me había revoleado antes. Al mirarlo, descubrí que me estaba espiando. Lo miré a modo de reproche y el se rió.

¿Alguna vez te dije que sos hermosa? - dijo acercándose a mí y tomándome de la cintura con pose de canchero. Sonreí y me hice la desinteresada.

Mmm...si - afirmé mirandolo a los ojos.

Y... ¿te dije que...te amo? - agregó lo suficientemente cerca de mis labios como para que mi respiración se mezclara con la suya. Fingí que iba a darle un beso pero luego corrí la cara y sonreí por mi pequeña travesura.

Si, creo que... Me lo dijiste algunas veces - volví a mirarlo a los ojos. Él estaba bastante distraído, y su agarre en mi cintura ya no era tan fuerte, así que logré zafarme y meterme rapidamente en su cama. El se rió , y, después de cambiarse, se metió a la cama conmigo.

Muy feo lo que me hiciste recién - me pegó a su cuerpo, lo cual me puso algo nerviosa pero no iba a aflojar.

¿Qué hice? - me hice la boluda y sonreí inocentemente.

Me corriste la cara, eso no se hace señorita - tocó la punta de mi nariz con su dedo índice. Me reí por el énfasis que puso en la palabra "señorita". - Encima te me reís - me miró con el ceño fruncido y se giró bruscamente, dándome la espalda. Oh, oh, se había enojado de verdad.

Hey, mi amor, ¿en serio te vas a enojar por eso? - pregunté.

Sí - contestó secamente.

Hey... Dale, mi amor... - intentaba hacer que me mirara pero no funcionaba - ¿es en serio? - volví a preguntar pero no obtuve respuesta. Suspiré, molesta, y giré para darle la espalda. Cerré mis ojos e intenté dormir. Minutos después sentí que se movió y, acto seguido, sentí su mano apoyada en mi cintura. Lo miré por encima de mi hombro y me estaba sonriendo, le puse mala cara y el se rió.

No Estoy Sola [HISTORIA SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora