"Errores"

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*Elizabeth Mavonne (Liz) y Davidsson Hasmud (Davi)*


—por cierto— dijo mi papá con la boca llena, tragó y tomó su vaso con agua —habrá una cena que tendré con mis trabajadores y me gustaría que fueras... sus hijos y familia también asistirán, y... si no quieres ir no vayas, yo solo...

—si iré— le interrumpí, me aclaré la garganta, quité la vista de sus ojos por lo intensa que era y la bajé hasta mi plato, del cual comí más rápido esperando a que hablara.

—¿segura?— preguntó —habrá mucha gente y solo cenaremos y hablaremos un poco para conocernos... Ali, no vayas si no quie-

—quiero ir— le volví a cortar sin dejar de comer rápidamente de mi plato. No lo podía ver a la cara, dolía.

Se quedo absorto en su mente unos segundos pensando posiblemente la respuesta o seguramente analizando lo que dije.

—de acuerdo, entonces solo tienes que vestirte elegante... ¿tienes algo en mente?

—un vestido de medio muslo sin manga, oscuro y unas botas de tacón igualmente oscuras.

—¿color...?

—azul marino y las botas negras, tacón de tamaño 8 centímetros... Y medio.

—no sé de donde sacaste el talento de usar tacón, porque tu madre obviamente no usaba tacones —ironizó. Tosí y tomé un sorbo de mi soda cuando me calmé. Mierda.

Suerte que tenía el cabello amarrado en alto.

Con el tenedor agarré un pedazo de carne y me lo lleve a la boca —po-por cierto...—dije tartamuda por el nudo de mi garganta, mastiqué el trozo de carne, tragué y hablé —¿cuándo es esa cena? ¿y en dónde? — mi voz sonaba afónica y algo débil, le salían gallitos.

—pues... Como en mes y medio... Y será en un salón arrendado, no muy grande.

—Define grande...— bromee, él sonrió y continuó comiendo.

La cena estuvo tranquila como siempre, hablamos sobre cómo nos fue en el día y cosas de mi papá en donde me contaba sus críticas a las empleadas que lo acosaban con la mirada.

Como no acosarlo, si es tan hermoso— dijo mi conciencia, asentí completamente de acuerdo.

  —¿por que asientes? 

Doris llegó a recoger los platos y el resto de la mesa -para mi salvación-. Mi padre me miró dispuesto a decirme algo.

—Por cierto Ali...— se me quedó viendo, yo asentí esperando a que continuara —no nada, olvídalo.

Volví a asentir con la cabeza para volver a retomar mi camino hacia mi habitación. Eso fue extraño.

***

—...sigo enferma ¿y aun así quieres que vaya?—me dijo Lili por el teléfono.

—te has perdido de tanto... ¿Sabías que ahora soy amiga de toda la elite? los hombres, digo

—no inventes... ¡¿De verdad?! —se sorprendió agudizando su voz —como es que te agradan esos tipos, no sabes lo pesados que son, siempre molestando a los demás y creyéndose lo mejor —dijo con algo de molestia.

—por lo menos conmigo son bastante cariñosos y simpáticos, sin olvidar lo sobreprotectores que son... —guarde silencio recordando la fiesta, no se lo podía contar, me mataría.

Mi pais de las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora