Trio

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Me encontraba tirada en la cama cual estrella de mar mirando al techo de mi habitación sin saber que hacer. El aburrimiento me consumía y mi mente empezaba a trabajar para no caer en la locura. Empezó a crear situaciones sin sentido, como a Jack Conway bailando con Freddy Trucazo mientras sonaba "Baby girl" de fondo. Me reí al imaginarme tal situación. Pasé de aquella situación tan divertida a otra todavia más... divertida, dejémoslo ahí.

Jack Conway besándose con su mejor amigo y comisario mientras yo los miraba expectante. Los labios del más mayor atacaban con mucha agresividad a los del otro y unos bultos en sus pantalones se hacían notar.

Es entonces cuando me pregunté con una sonrisa en los labios: ¿A Conway le gustaran los hombres?

-Nah, full hetero seguro -susurré para mi misma.

"¿Y la tendrá grande?", una nueva pregunta apareció a lo que me la respondí rápidamente asintiendo con la cabeza y esprerando a que mi suposición fuera más que cierta.

Puedo corroborar que el hecho de imaginarme a Jack disfrutando de manera sexual me provocaba ciertos escalofríos. "¿Qué tendrá que me hace calentarme al instante?", de nuevo otra questión más pasó por mi mente. Aunque, supongo, que la respuesta la tenía más que claro; su cuerpo bien formado que, incluso con ropa puesta, se podía apreciar, su voz que bueno... era como una explosión de emociones cada vez que la escuchaba, su manera de tratar a la gente y sus insultos... y así podría estar hasta que me muriese.

Y es que, joder. ¿Quién no querría estar con Jack Conway?, repito, Jack Conway. Un hombre que... uf, pedazo de hombre. A la vez, no podía negar haberme imaginado junto a él en alguna que otra situación algo subida de tono y para nada cristiana. Sus labios recorriendo mi vientre y bajando poco a poco hasta atrapar mí...

-Mierda -maldecí por lo bajo, pues la calentura de mi cuerpo había empezado a aumentar en tan solo unos minutos tras imaginarme tal circunstancia.

Sus labios atrapando por fin mi clítoris y su lengua moviéndose por este haciendome temblar hasta no poder más.

Bajé mis dedos poco a poco desde mi esternón hasta mi vientre y cerré los ojos imaginándo todo lo que mi mente quisiera. Mi mano derecha se metió dentro de mi pantalón y de mis bragas tocando directamente mi clítoris ya necesitado.

Imaginé que mis dedos eran los de él aunque sabía que los suyos serían más grandes y robustos. Ojalá corroborarlo.

Los moví en círculos y de izquierda a derecha hasta cansarme. Imaginaba que era él quien hacía tales movimientos pero con su lengua mientras dos dedos suyos entraban en mi interior. En ese momento, bajé mis pantalones lo más rápido que pude, y con ellos mis bragas, para meterme dos dedos mientras seguia masturbandome en la parte más satisfactoria de mi coño.

Entreabrí la boca dejando escapar un suspiro al imaginarme como mis dedos ya no eran los suyos, sino su gran polla dentro de mí, sientiendola hasta el fondo por lo gorda y grande que era.

No tardé en venirme manchando las sábanas de mi cama en el acto.

Cuando abrí los ojos lentamente, la luz me devolvió a la realidad y me tuve que acostumbrar a la iluminación provocada por los rayos de sol que se colaban por las cortinas de mi ventana. Cuando lo hice, extendí mi brazo hasta la mesita de noche que se encontraba a mi derecha y alcancé el móvil con mi mano.

Lo desbloqueé y viajé por mis contactos hasta encontrar a Isidoro en ellos. Necesitaba conseguir el número del superintendente, no aguantaba más.

Apreté el icono con forma de un teléfono inalámbrico para llamar a mi amigo. Comunicó unas cuantas veces hasta que lo cogió.

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⏰ Última actualización: Mar 13 ⏰

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