LAS CICATRICES SON ETERNAS

UN INFIERNO SIN ELLA

Nada en la vida es para siempre, nada que no sea real. Terminó el año escolar y ella iría a su país a pasar sus vacaciones, yo prometí esperarla, le dije que no me importaba la distancia, que la amaba y la pensaría cada minuto que pasara, que pronto nos volveríamos a ver, que no debía temer, que mis promesas jamás las incumpliría.

Pasó el primer mes y todo iba bien, nos escribíamos cada día, hacíamos llamadas y así recordábamos momentos que tuvimos y que queríamos tener, era el chico más enamorado y fiel, esperaba cada día para volverla a ver, para vivir aquella vida que nos prometimos el día de su partida, aún recuerdo cómo se sentía, mi corazón se aceleraba, mi alma no quería dejarla ir, en mi interior temía que algo pasara, por primera vez estaba confiando en alguien, supongo que es parte de amar pero...me equivoqué.

Al llegar el segundo mes las cosas comenzaron a tornarse tensas, los mensajes eran cada vez más cortantes, menos constantes, algo pasaba, me lo decía mi almohada cuando con ella en vela me quedaba, no podía entender lo que pasaba, siempre la respeté y la esperé, no es suficiente? es lo que en mi mente se repetía diariamente, de repente me dice que por mí ya nada siente, que encontró un nuevo amor y que me deseaba suerte. que lo nuestro era una ilusión que no por mucho permanecería, que era lo mejor para los dos, no podía comprender lo que sucedía con el pasar de los días mi vida se ahogaba en un caos, en una desesperación constante, mi mente no dejaba de pensarla y mi corazón no dejaba de latir por ella, volverá algún día? es lo que siempre me preguntaba antes de dormir, pero luego amanecía, despertaba y no estaba aquí, al lado mío cómo un día lo prometimos, nada tenía sentido, si había encontrado algo que me daba felicidad, por qué la vida me lo arrebataba? di todo de mí para poder cumplir lo que un día prometí, permití que la sensibilidad entrara a mi corazón sin pensar en el daño que eso causaría, amarla fue el error que permanecería siempre conmigo, la confusión y la desilusión hacían una mezcla provocando una inmensa tristeza, la vida ya no tenía sentido pues todo lo había perdido, las cicatrices en mi cuerpo eran testigo de todo lo que había sufrido, la heroína fue mi consuelo, una ventana que me transportaba a otro universo, donde las heridas ya no dolían, donde las mentiras no existían.

Que ironías de la vida, me había sacado del hoyo en el que me encontraba para luego hundirme en otro peor, al menos me sentía bien con mi antiguo yo y ahora desconocía en lo que me convertía, cerré mi corazón y maldije lo que un día el sintió, mi mente tomó el control, de qué servía un buen corazón si nadie merecía mi amor? juré nunca más volver a pasar por algo similar, cerré las puertas a cualquier posibilidad de volverme a enamorar, ahora sería mi turno de jugar.

Próximamente: "NADA ES LO QUE PARECE"