Prólogo

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- Ya basta, ¿por qué no te agrada? -la morena la miro incrédula y Emma se confundió aún más- ¿Que?

- ¿Acaso no te das cuenta lo quejumbrosa, mimada y antipática que es? -la rubia rodó los ojos con fastidio- Y además, siempre deja bromas en mi casillero

- Pero porque tú la llenaste de pintura el año pasado -la acuso con fastidio y Jenna soltó una carcajada-

- Que buenos tiempos, debiste ver su cara

- Claro que vi su cara, estaba más roja que un tomate cuando me contó

- ¿Viste? es una quejumbrosa -Emma dio por terminado el asunto y camino lejos de Jenna- Emma... no te enfades

Gritó al aire para luego encogerse de hombros y caminar en dirección opuesta pensando en las palabras de su amiga, tenía claro que muchas veces no era la persona más fácil de llevar, pero realmente Abigail Scott era un dolor de trasero y se negaba a admitir que era la única que la veía así. Tenía que haber alguien más que la encontrara igual de insoportable, despreciable y mimada que ella y podía asegurar que cuando conociera a esa persona, la haría su mejor amiga.

Y mientras seguía caminando, el demonio que ocupaba su mente pasó frente a ella mirándola con furia.

- Si sigues arrugándote de esa manera te pondrás aún más fea de lo que eres, Scott -dijo y sus ojos azules la miraron con furia y Jenna solo pudo reír escandalosamente-

- Mi cara nunca será un problema -sus pasos se acercaron a la morena y la miro de arriba a abajo con desagrado mientras dejaba una caricia en su brazo que la hizo colocar una expresión de asco en su rostro - Lástima que no puedo decir lo mismo de ti, ser horrible ya viene de nacimiento...

Volteó caminando en dirección contraria a la suya y la mirada de Jenna se suavizó reemplazándola por una de serenidad. Su día no podría arruinarse, ya había completado el deber de cada día, decirle algo malo a Abigail Scott y que ella le dijera algo igual de malo.

No iba a admitirlo nunca pero definitivamente, la razón de venir a la secundaria cada día, era por ella. Ella y sus palabras horribles que le dejaban una sensación de serenidad que nutrían su último año.

O eso creía.

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Nueva historia, está vez con Jenna Ortega. Espero les guste y como siempre, cualquier duda o corrección me la dejan saber en los comentarios. Actualizaciones los viernes ya que estoy terminando los capítulos finales así que disculpen si encuentran alguna incoherencia.

En esta y en mil vidas.Where stories live. Discover now