𝑴𝒂𝒌𝒆 𝒂 𝑾𝒊𝒔𝒉 ✨

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La alarma resonó normalmente a la misma hora en que se levantaba para ir a trabajar. Sus rulos de color chocolate claro estaban revueltos en el aire.

-Ahh, otro día más- exclamó con cansancio quitando los restos de saliva en las comisuras de sus labios finos y rosados. Siempre tenía la costumbre de que cada vez que estaba en una cómoda posición listo para dormir empezaba su boca segregando la saliva, desbordándose entre las esquinas de sus labios.

Cuando estuvo limpio con la reciente ducha se colocó en conjunto de hoy y de todos los días en la oficina, una camisa blanca con pantalones, saco de botones de color grisáceo y la corbata de color rojo quemado con franjas delgadas del color dorado.

En el comedor comió un breve desayuno porque estaba contra el reloj por haberse tardado en la ducha. Se colocó sus zapatos negros brillantes por la lustrada de ayer.

Camino hacia adelante para abrir la puerta de la cerca café.

-¿Yoongi, ya vas para el trabajo?- su vecina entablaba conversación cada vez que salía en la misma hora y en esas horas ella se encontraba siempre regando las plantas cerca de la valla.

-Si, señora Hana y ya se me está haciendo tarde- rio nervioso mientras revisaba el reloj de su muñeca. La señora de cincuenta años sonrió al jovencito.

-Que tengas un buen día.

-¡Igualmente señora Hana!- subio a su automóvil arrancando directo a la empresa.

Al llegar se estacionó caminando apresuradamente en el interior del edificio de la empresa en que trabajaba como administrador. Se golpeo en hombro cuando trato de entrar en el momento justo que las puertas se cerraban. Los trabajadores del interior lo observaron con mala cara y tuvo que dar una pequeña reverencia como disculpa.

Acomodo su bolso negro cruzado en el pecho. Mirando las puertas metálicas.

-Otra vez tarde Hyung- una vocecita se escucha al lado suyo teniendo que girar su cabeza para verlo. Era el rubio de sonrisa espléndida un poco más alto que él, percató que llevaba documentos en sus brazos.

Se llamaba Park Jimin, el perfecto e inalcanzable park Jimin, era amable y servicial con todos los empleados, hacía bien su trabajo que era excelente a los ojos de los demás y del jefe por supuesto; también por ese motivo tenía millones de premios cada año por ser el mejor empleado del año. Quería, deseaba ser como él, perfecto y radiante con una sonrisa.

Sin embargo era totalmente diferente, un desastre andante y el menos importante de ahí.

Suspiro apartando la mirada a otra parte lejos de Jimin, estar cerca de él le hacía verse lamentable.

-Hyung... Ya es nuestro piso- exclamó dulcemente apretando los papeles en su pecho. Yoongi salió de sus pensamientos asintiendo saliendo del elevador observando los escritorios, sillas y ordenadores junto a la gran vista de los edificios.

Camino a su escritorio que hasta cerca de la pared de cristal.

-¡Oh, Yoongi! Me alegro que hayas venido- el nombrado asintió con extrañaba confusión en su rostro de la mujer de recursos humanos.

-Si, señora Suran- respondió sin quitar la expresión de su rostro.

-Ven conmigo un momento- tomó la muñeca del castaño escuchando las exclamaciones del contrario.

Suran sonrie al ver la puerta que decía prohibida la entrada solo para personal autorizado.

-¿Qué es lo que sucede Suran Noona?- entro junto a ella observando la oscuridad hasta que Jungkook su compañero y amigo de trabajo estaba con un pastel con velas y junto a Suran le cantaban el feliz cumpleaños.

Make A Wish: Pide un deseo Yoongi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora