- Te Extrañé -

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Nota de autor: ¡Hola a todos! Espero que lo disfruten y comenten también. Estaré leyéndolos.

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- Acto III, Escenario X -


A pesar de lo que esperaba, las cosas no mejoraron después de nuestro breve encuentro.

De hecho, llegaste a la estación de tren esa misma noche, pero hablar contigo fue como hablar con un extraño durante un viaje diario. Tuvimos una pequeña charla breve y sin importancia mientras esperábamos el tren, y lo único que me pareció extraño fue la clara impresión de que no querías volver a casa.

Suspiraste cuando llegó el tren, y cuando las puertas se abrieron y el conductor salió trotando, parecías reacio a subir. Existía la posibilidad de que siempre hubieras sido así, cierto, pero normalmente estábamos tan embelesados ​​de una con la otra que casi nunca me importaba y ni me daba cuenta de nada más.

Cuando finalmente abordamos el tren, de repente tomaste el control, te moviste rápidamente entre la multitud de ponis cansados ​​y desapareciste dentro de unas de las cabinas privadas. Cuando entré momentos después, ya estabas sentada junto a la ventana, con tus maletas firmemente colocadas a tu lado, en el mismo asiento en el que me había acostumbrado a dormir.

Me dolió, pero entendí la indirecta.

Ahora, ahora, cariño. Está en el pasado y, más que eso, significa que te importaste. Era una obvia súplica de atención, sin importar cuánto pensarás que no lo era, y yo lo sabría porque soy excelente en atraer la atención hacia mí.

Fue el primero de varios viajes silenciosos en tren que haríamos juntas. Curiosamente te extrañé aún más que cuando no estabas. Y me dolía saber que yo, por alguna razón ajena a mí, era el problema.

A la mañana siguiente no me fue mejor.
Llegaste con café, me lanzaste pequeñas charlas, palabras sin sentido que enmascaraban lo que realmente sentías, y nuevamente colocaste tus maletas en el asiento de al lado. Antes de que te lo preguntará, me dijiste que trabajarías todo el día y que no podrías almorzar conmigo ni nada más.

No creo que describiría tus acciones como morderse la nariz para fastidiar tu propia cara. No intentabas fastidiar a nadie, ¿verdad? Tu único objetivo es resolver problemas, mejorar la vida de todos. Eso es lo que te habían encomendado hacer. Resolver problemas de amistad.

Bueno, éste era un problema romántico; uno que involucraba a tu mejor amiga en el mundo entero y el objeto de tus afectos. Entonces hiciste lo que habías aprendido y resolviste el problema eliminando la fuente del conflicto.

Tú misma.

Es verdad lo que dicen. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Sin ti, el castillo de repente se sintió vacío y frío. Yo era una socialité de principio a fin, pero por mucho que pudiera hablar con quien quisiera, todo me parecía tan... tan poco sincero.

No vinieron a buscarme a mi taller. No planeaban citas para almorzar en restaurantes en los que nunca había estado, ni en restaurantes donde pudiera probar algo nuevo. No llenaron el aire con datos curiosos sobre la ciudad, la historia, la vida y todo lo demás.

El Último Tren A Casa - MLP:FIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora