Cinco

19 3 0
                                    

[...]
3.- El karaoke.

Había llegado el fin de semana al fin, y Jungkook decidió ir con Taehyung al dichoso karaoke, pues su amigo no se encontraba bien la última semana. Cuando Yoongi lo vió en ese estado, habló con él durante mucho tiempo, y algo de lo que alcanzó a escuchar el menor fue:

"Deberías superarlo, Tae, te estás haciendo daño"

Entonces si se trataba del chico que le gustaba, y sólo se sintió peor, porque no sabía cómo ayudarlo.

Estaban en la entrada del establecimiento, pagaron su entrada y se dirigieron a uno de las habitaciones grandes dónde había un gran televisor, micrófonos, y un sillón, también algunas cosas como lentes enormes, diademas, manillas y otras cosas con las que podían jugar y ponerse.

"Todo va a estar bien hoy, ¿Si?, no pienses mucho, solo disfruta" Le dijo Yoongi a Taehyung, pues había estado preocupado por él el doble que las anteriores veces, pues Taehyung nunca le había contado de las múltiples veces que lloró encerrado en el baño, y ahora se sentía un mal amigo.

También estaba ahí Jimin, siendo el acompañante de Yoongi, y viendo la escena, mientras miraba preocupado al castaño, pues las ojeras y la piel pálida de su rostro le preocupaba.

"¿Qué canción quieren poner?" Habló el rubio, intentando calmar un poco la tensión que se sentía allí.

Conforme pasaban los minutos, el ambiente se hacía más ligero, envolviendolos a todos en un lugar lleno de risas y alegría.

Pronto, todos estuvieron llenos de los artefactos raros para ponerse, Taehyung tenía unos lentes enormes, y rebuscando en el baúl de las cosas encontró un labial.

Jungkook se lo arrebató de las manos, y lo abrió, comenzando a colorear de mala forma los labios de Taehyung.

Yoongi lo miró con desconfianza, y Jimin intento calmarlo, desearía que la mirada de su amigo no brillará de esa manera la ver al azabache, tal vez así le dolería menos su existencia.

- Mira, Tae, tú canción favorita.

Taehyung sintió que su cuerpo se helaba, nunca habia cantado esa canción frente al azabache, y sabía que si lo hacía lo señalaría miles de veces.

La música comenzó a sonar y Taehyung se alejó del chico para tomar uno de los micrófonos, Yoongi era incapaz de dejarlo solo en ese momento, y tomó el otro.

P

ronto, los cuatro tuvieron un micrófono en sus manos, comenzando a cantar aquella canción.

- You're on the phone with your girlfriend, she's upset. -Comenzó Jimin, sonriendo y mirando a los demás.

- She's going off about something that you said. -Continuó Yoongi.

- 'Cause she doesn't get your humor like I do... -Taehyung cantó, mirando al pelinegro.

- I'm in the room, it's a typical Tuesday night.

- I'm listening to the kind of music she doesn't like.

- And she'll never know your story like I do.

Taehyung estaba cerca del pelinegro, rodeando sus hombros con su brazo, mientras lo miraba al cantar, haciéndole sentir extraño al chico, con un sentimiento cálido en su interior que sólo le hacía estar confundido.

- Dreaming about the day when you wake up and find that what you're -Suspiró- looking for has been here the whole time.

- ¿Tae? -Susurró, mirando directo a aquellos ojos sobre sí.

- If you could see that I'm the one
Who understands you. -Sus rostros estaban cerca- Been here all along
So, why can't you see? You belong with me.

Cuando las miradas se hicieron más intensas, y los ajenos a ellos intentaron llamarlos sin éxito, el ruido de la puerta les hizo salir de su burbuja.

- Se acabó la hora.

Yoongi agradeció a todos los Santos ese momento, porque sabía que si esos dos pasaban el límite, sólo iban a crear más problemas.

- Es hora de irnos. -Jimin habló, sonriendo.

Taehyung miró a Jungkook, quién se veía desconcertado.

Salieron del lugar y se miraron entre sí.

- Fue divertido, deberíamos volver otro día. -Dijo Jimin.

- O mejor no. -Susurró Yoongi, siendo escuchado por el rubio, el cuál golpeó su hombro.

- Ya deberíamos irnos a casa, es tarde. -Habló Taehyung, volteando a ver a Jungkook- Te acompaño a tu casa.

- ¡No! -Soltó, dejando a todos confundidos- Digo, yo puedo ir solo, no es muy lejos.

- Estamos al otro lado de la ciudad, Jungkook.

- Yo puedo acompañarte. -Habló el rubio.

Luego de solucionar el quién acompañaba a quién, se separaron luego de una corta despedida. Jimin se fue con Jungkook en un taxi, y Yoongi y Taehyung decidieron caminar.

- Ahora dime: ¿Qué fue lo que pasó allá adentro?

- ¿De qué hablas? -Taehyung lo miró confundido.

- Ahora vas a decirme que no te diste cuenta de la cercanía de ambos, y el cómo tenias al pobre chico entre tus brazos, a micro centímetros de besarse.

- Ah...

Yoongi suspiró, intentando entender a su amigo, pero sin éxito.

- Escucha, sé que te gusta, pero él tiene novia, y lo sabes, y ni porque sea la chica más odiosa y egoísta del mundo se merece que su novio le sea infiel.

- No te preocupes, Jungkook nunca me besaría... Soy un hombre.

- Tae...

- No, está bien. Al final, esa es la verdad.

- No lo es...

- Si lo es, Yoongi, soy un hombre, nunca me besaría, aparte, él está feliz con su relación ¿No? Ni porque intente conquistarlo por años lo lograría, yo no soy una mujer.

- Por Dios. -Se detuvo, mirando enfadado a su amigo- Deja de decir eso, el amor no depende de una identidad, si él algún día llega a sentir algo por ti, lo va a hacer por quién eres, no por tu género.

- Nunca llegará ese día.

- ¿Por qué de repente estás tan pesimista? Dijiste que lo intentarías.

- Porque no quiero malgastar mi tiempo mirando a una persona que ya mira a alguien más.

- Mira, Taehyung, ¿Acaso no haz visto esa relación? Jungkook no está enamorado, él solo...

- No, mientes. -Interrumpió- He visto como la mira, sé que él la ama, y nunca voy a poder hacer que me mire así.

Antes de que Yoongi pudiese responder, Taehyung había comenzado a caminar, y Yoongi decidió que no lo seguiría, que tal vez el chico necesitaba su espacio para pensar.

Suspiró, sacando su teléfono del bolsillo y llamando a Jimin.

- ¿Hola?

- He peleado con Tae.

- ¿Qué sucedió? Voy a casa, te veo allá. ¿Bien?

Yoongi suspiró, haciendo un ruido con su garganta en forma de respuesta, colgando la llamada y comenzando a caminar, no quería tomar un uber en ese momento.

El día de karaoke había terminado peor de lo que podía imaginar.

You Belong With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora