la princesa

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Veía las gotas deslizarse por mi ventana. Había comenzado a llover hacia varias horas. Esos dias eran mis favoritos. El cielo lloraba conmigo. Descargaba todo ese peso diario o por lo menos lo aliviaba. Estoy cansada de esta realidad.
                       Un año antes
_Buenas noches amor
_Buenas noches San
Deje el celu en la mesita de luz y cerre los ojos. No podia dejar de pensar en el. Sentia tanta felicidad, que me dolían los cachetes de sonreír. Estaba terriblemente enamorada. Obsesionada con la idea de que a alguien le gustara. Precisamente, no era una chica con un gran autoestima.
Todas las noches eran igual desde que había conocido a Santi.
Fue un día soleado la primera vez que lo vi. Volvía del colegio, cuando un chico con capucha se me acercó y me susurro q le diera la mochila. Estaba muy asustada asi iba a hacer lo que me habia dicho, cuando un segundo chico apareció. Este era mas alto y grande que el anterior. De piel oscura y pelo muy corto, era demasiado lindo. El agarro con su mano el hombro del encapuchado y le dijo firmemente q me dejara en paz. No parecia de esos tipos qur asesianan personas pero si intimidaba lo suficiente como para obedecerle. El encapuchado lo miro extrañado pero opto por irse sin decir nada. Me habían salvado. Y el que lo habia echo parecía un príncipe, de esos que rescataban a las princesas en las peliculas que veía cuando era chica. Pero yo precisamente me veia mas como el sapo que como la princesa. Estaba muy nerviosa por estar cerca de el. ¡El era un principe y yo un sapo!
-Estas bien hermosa?-Me preguntó con ojos preocupados. Era extraño que se preocupara por mi si ni siquiera nos conocíamos.
- si s...- no me salieron más palabras, sentía los cachetes calientes y me sudaban las manos. Siempre arruinaba momentos como este.
-traquila, no te asustes ya paso.- me agarro de la mano y me la empezo a acariciar. El había creido que yo estaba en shock por el intento de robo y no por su presencia, (¡¡¡¡si!!!) -¿Queres que vayamos a tomar algo así te distraes?-
Asenti con la cabeza. No podía decir ninguna palabra. Ninguna. Pero no iba a perder la oportunidad de tener una "cita" con un chico así.
El tomo mi brazo y me explicocomo llegar  al bar de su papa que quedaba a un par de cuadras, y era un lindo lugar para pasar el rato. Terminamos pasando toda la tarde juntos. Ese día marco mi destino. El vivía lejos pero decidimos seguir hablando por mensajes de texto o whatsapp. Cada día me levantaba con un mensaje de el de buenos dias el cual contestaba y seguíamos hablando todo el día hasta q nos deseábamos las buenas noches. Después de aquel dia en el bar no nos volvimos a ver. Pero siempre prometíamos arreglar alguna salida pronto. El me hacia tan feliz. El era un Principe y yo habia dejado de ser sapo para ser princesa. estaba tan agradecida de que apareciera en mi vida. No hay mejor palabra para definir lo que creia en ese momento. El era la perfección. No podía verlo con otros ojos, dicen q el amor hace perfecto al otro y no creo que mienten. No encontraba otra explicación a que existiera una persona así. Cosa que sabia muy bien era que nadie es perfecto, la perfección es psicológica, así que cada cabeza la ve diferente. Metas imposibles de alcanzar.
Solo podía pensar en el. No hacia nada mas. Todo era hermoso. Pero, como dice la gente, no existe el bien si no existe el mal. Despues de los examenes descubrimos que teniamos un tiempo para juntarnos. Decidimos ir al mismo bar que la otra vez. Estaba muy nerviosa, estado derpierta hasta muy tarde la noche anterior decidiendo que ponerme. Era el gran dia despues de tanto. Después de suplicarle a papá que me dejara ir a ver a ese chico y responder todas sus preguntas, el me dejo ir. Había llegado antes, por lo que decidi sentarme en una silla del bar debajo de una sombrilla, era verano por lo que hacia mucho calor. Tenia un short corto y una musculosa ajustada, queria que notara lo linda q podia ser. Mas tiempo tenia que esperar mas nerviosa me ponía, me desesperaba la posibilidad de que el me dejara plantada. Y así fue, al atardecer comencé a llorar descontroladamente. Corri a casa y desarme mi celular. No queria que me hablara, me sentia defraudada. Las lagrimas no dejaban de caer. Tire la bateria contra la pared. Al caer al piso un pedazo negro salio volando hacia el lado contrario. Al ver eso me desespere. No tener mi celular implicaba nunca mas volver a hablar con Santi. además, quería una explicacion y no podía hacer desaparecer el amor que sentia por el. Cuando le hable me hablo cortante y me dio una mala excusa. Sabia que mentía. Lo que me hizo comenzar a dudar de todo lo vivido juntos hasta ahora. No podía dejar de creerle, estaba enamorada. Siempre le creería, dijera lo que dijera. Apartir de ese dia me volvi paranoica. Cada vez que el tardaba en contestar lloraba descontroladamente. El decía una cosa pero demostraba otra. No sabia si creerle a el o a mis instintos. Una voz en mi cabeza no paraba de decirme que el no me amaba que solo era una ilusión de amor que los dos queriamos creer, eramos algo que fingíamos ser. Mis lágrimas gritaban libertad por mi propio cerebro. El amor no podia causar tanto mal. Infidelidad, dudas, celos, envidia, mi cerebro pedía ayuda a gritos. En el momento en el que me hablaba sentía una paz y una alegría embriagadora. Pero cada vez el era mas seco y reacio. Cada vez demostraba menos amor. Pero yo estaba hechizada. No podía dejar de pensar en el. Mi parte cuerda sabía que se acercaba el dia del juicio final para mi locura. Y este seria bastante doloroso. Es difícil dejar una adicción.
                            El día
Volvía del colegio. Las ojeras, las malas notas, la falta de hambre (real o no tanto), el evitar a mis seres queridos... todo era muy normal ya. Parte de la rutina de sufrimiento que se había convertido mi día a día.
Agarre el celu para hablarle, pero como siempre tardo años en contestar. Cuando me hablo no era lo mismo de siempre, algo andaba mal. Muy mal. Mi corazón comenzó a latir muy fuerte. Tanto que temía que se apagara y dejara de latir. Este podía ser tanto como un comienzo como un final.
                        Horas después
Nunca había concentrado tanto mi atención en mi mano, el poder que tenia de decidir. Había llegado el momento de dejar de llorar y solo había dos opciones.
Podia ganar mi deseo o mi razón. Mi locura o mi realidad, pero, ¿realmente estaba seguras cual era cada una? No. Y estaba segura de esa respuesta. La única respuesta que sabía. Esos segundos parecian horas. Pensé en mi padre y tome una decisión.
                      Un año después
Todo se veía borroso. La musica estallaba en mis sonidos. No escuche bien lo que me habían dicho pero no podía dejar de reirme. Cada canción provocaba un nuevo descargue de energia. Alguien quiso ir al baño y me ofreci a acompañarlo. En el camino sentí que desaparecía la presion de mi mano. Estaba sola, rodeada de tanta gente. No podía solo quedarme a esperar. Conocía el lugar y la noche aun era demasiado joven. Comencé a empujar todo lo que podia para que me dejaran pasar. Después de un rato comenzó a faltarme el aire. Mis brazos y mis piernas ya estaban cansados por lo que se me dificultaba aun mas seguir avanzando. Alguien hizo un movimiento muy brusco bailando que hizo que me cayera sobre un chico que pasaba por ahi. Era flacucho, tenia el pelo negro y algo largo y usaba lentes. Había derramado sobre ambos los vasos que estaba llevando. El se puso furioso y comenzó a gritarme. Comencé a llorar. No queria que esto pasara. Quería estar con mis amigas, estaba cansada y no podía encontrarlas, además de que un tipo me habia gritado por algo que habia echo sin querer. El chico me vio llorar y dejo de gritarme. Me llevo fuera del bar. Era una noche repleta de nubes negras. Había sido mala idea llevar un top y un short, me estaba congelando. Pero el frío aclaro mis ideas. Ambos nos sentamos en el borde de la calle.
-Como estas?- pregunto algo molesto.
-Bien, me faltaba el aire. Gracias.
Nos quedamos ahí sentados un rato. Pero después de unos minutos la ropa que teníamos mojada se hizo insoportable.
-con la ropa mojada me estoy cagando de frío, yo entró. Apoyo una mano en su rodilla y se levanto.
-esperame. Le dije rápidamente. No quería quedarme sola. Intente levantarme pero no pude. El me tendió una mano para que me ayudará.
-¿Queres que te invite un trago?, me siento mal por haberte tirado el otro.
El se quedo mirando el piso. Levanto la mirada hacia mi. Me miro de arriba a abajo y acepto. Entramos al bar. Le di la plata para que nos comprara un trago a cada uno. Pero se negó a comprarme uno a mi y en cambio trajo un agua. Justo se desocuparon unos sillones que aprovechamos. Mis piernas agradecían que me pudiera sentar.
-Viniste sola?- pregunto. Estaba siendo amable.
-No. Pero perdí hace unas horas a mis amigas, y no puedo encontrarlas.-
-seguro te deben estar buscando-
-No creó. Estaban muy entretenidas con sus novios. Solo esperó que no me olviden.-
El me miro fijamente. Luego bajo su mirada a mi boca, deseandola. Y no lo pense dos veces, me acerque a su boca y le di un beso...
Despues de eso pasamos toda la noche juntos.
                      Semanas después
-y?? Te dejaron venir a casa??
-no pregunte todavía. Me olvide.
-como que te olvidaste??? Deciles linda!
-bien, ya voy.
-te amo. Suerte.
Corte el celular y fui a buscar a mi papá por la casa. Daniel habia insistido con esto hacia días. Yo no estaba segura pero no me gustaba hacerlo sentir mal. Mi papa estaba tomando mate en el fondo. Me senté al lado se el y comencé a cebarle mates mientras trabajaba. No eramos muy ricos pero el siempre se esforzaba para que no nos faltara nada. Amaba hablar con el.
-papi!!!
-ay no, que me vas a pedir?
-nada pa!! Que te hace pensar eso?
-te conozco hija
-jajajajaj bueno, puede ser.... sabes, hace unas semanas conoci a un chico saliendo a bailar y bueno... seguimos hablando viste?, y nada, me invito a salir....

Al día siguiente fui a su casa, imaginen lo que quieran.

Ya no sabia si era el sapo o la princesa. O si. Pero no me importaba. Era feliz así. Y este era otro tipo de felicidad, una más real. Esta era la realidad. Mi realidad. Y yo iba a vivirla como a mi se me antojara. Por que algún día moriria. Y no me voy a aburrir esos mil años de eternidad en negro, voy a tener miles de imágenes para recordar una y otra vez. Miles de aventuras de todo tipo.Estoy segura de que voy a hacer todo lo que quiera hacer. Comer, hacer dieta, tener novio, estar soltera, ser responsable e irresponsable, rebelde y correcta, sapo y princesa... por que ese es el equilibrio. Y para mi, la perfección.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2015 ⏰

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