Capítulo 9: Los roces se incrementan

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Una pelinegra platicaba con sus amigas, mientras una morena la miraba con molestia, desde el umbral de la puerta de su camarote.

Tras algunos segundos de observarla, entro al camarote, y observo con detenimiento el mismo.

Ya que fui la primera entrar, tengo la prioridad de escoger el lado del camarote que me corresponde, pronunció la morena, mientras se acercaba a abrir uno de los armarios. Alguno de estos modelitos no son de mi agrado, a ver veamos que hay en este otro armario, agrego, mientras abría el otro armario. Aprovechare que la zorrita no está para cambiar algunas prendas y calzado, agrego.

Fuera del camarote:

Entonces nos vemos en un par de horas, decía una rubia de cabello corto, mientras se alejaba de un par de chicas.

Bueno, yo también voy a mi camarote, expreso la peliazul.

Nos vemos después, contesto la pelinegra, mientras caminaba hacia su habitación.

En tanto:

¿Por qué este lado?, decía en tono quejumbroso un calvo a un joven de cabellera larga.

Porque yo lo quiero así, respondió el joven, haciendo un movimiento con sus brazos, para hacer notar sus músculos.

Bueno, así por la buena, no hay problema, total le podemos dar una giradita a la pantalla de la tele, agregaba el calvo, ganándose la mirada seria del joven. ¡Eh! No, no es necesario, en mi celular puedo ver mi programa bastante bien, decía el calvo, mientras pensaba: Si mi rubiecita me oyera se decepcionaría de mí, pero este tipo me da miedo.

Nos llevaremos bastante bien por lo visto, pronunció el joven con una ligera sonrisa en su rostro, mientras hacía tronar sus dedos.

Claro, añadió el calvo, sonriendo con cierto temor.

En tanto:

¿Sorteo?, decía un joven de mirada seria.

Sí, es lo justo, respondió con una cálida sonrisa un apuesto joven de cabello alborotado.

En este momento no eres el líder, solo un compañero de habitación, por lo tanto, no tengo porque hacerte caso, pronunció el joven, mientras se acostaba en una cama.

Lo que estoy diciendo es una sugerencia, lo justo es que hagamos un sorteo para dividirnos el camarote, ya que...., decía Gokú, mientras el otro joven, se colocaba unos auriculares. Jiren, Jiren.....Bien, expreso el joven de cabello alborotado, mientras caminaba hacia el lado donde estaba el aire acondicionado del lugar, que justo daba a la cama donde estaba recostado el otro joven.

¿Qué haces?, expreso Jiren, al sentir que la intensidad del aire en la habitación disminuyo.

Estoy bajando la potencia del aire acondicionado, en esta habitación no solo estás tú, por lo tanto, tenemos que tomar algunos acuerdos con las cosas u objetos de usos comunes,.... decía Gokú con la mayor firmeza que pudo.

En otro camarote:

Ya escogiste tu lado, decía Milk, mientras caminaba hacia el lado que le correspondía.

Así es, pronunció la morena con cierta molestia.

Bien, está bien, contesto la pelinegra mientras se dirigía al armario, mientras la morena la observaba mientras fingía mirar su celular. Están bonitos, expreso la joven.

¿Te parecen bonitos esos vestidos?, dijo Helles con molestia.

Sí, lo extraño es que todos son del mismo largo, ¿no?, contesto con calma, mientras miraba a unos vestidos bastante largos y un tanto flojos.

LA BODA SOÑADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora