Capítulo 11 ~ Kiss Cam

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El lunes al medio día, los cinco jóvenes se prepararon para regresar nuevamente a Shiganshina luego de haber pasado el fin de semana en la casa de campo de la abuela de Mikasa.

El día anterior habían disfrutado casi todo el día en el lago que quedaba cerca de allí, así como el de preparar la comida al aire libre y no fue hasta muy noche que decidieron regresar, completamente cansados y satisfechos de haber podido disfrutar a plenitud.

Antes de que se marcharan, Kiyomi se despidió largamente de su nieta, haciéndole prometer que volvería a visitarla pronto y, sin duda, podría llevar nuevamente a sus amigos si quería ya que le había encantado al final de todo tenerlos de visita.

-Fue tan bueno verte, mi niña-dijo la mujer mientras abrazaba a su nieta-. Por cierto, no te lo había dicho antes, pero eso que llevas en la nariz, te queda muy bien, pero debo suponer que tu madre debió de haberlo desaprobado.

Mikasa se encogió de hombros.

-Así es, últimamente anda más histérica que de costumbre-resopló.

La mujer ladeó la cabeza.

-Linda, estoy consciente de que tu madre tiene un carácter un poco difícil, pero se preocupa por ti.-Le frotó el brazo derecho-. Todas las madres que queremos a nuestros hijos buscamos la manera de que siempre estén bien.

-Lo sé, pero es que ella tiene unas maneras muy peculiares de demostrarlo, creo que preferiría más que siguiera ignorándome como cuando era niña.-Desvió la mirada y suspiró con cansancio.

Kiyomi no dijo más, porque ella más que nadie sabía lo que había dentro del corazón y la mente de Mikaela, su hija, pero no significaba que su nieta pudiera comprenderlo de la misma manera que ella lo hacía.

Mientras tanto, en el auto, Sasha se estiró y bostezó un poco, aún seguía cansada luego de haberse animado a nadar un poco en el lago el día anterior, no era experta, pero Jean la había ayudado bastante y eso incluyó aprender a nadar de espalda y bucear un poco sin morir en el intento.

-Qué bueno que me decidí a venir, disfruté bastante el viaje-ronroneó Frieda a su lado, a lo que se ganó una mirada llena de ironía por parte de la castaña, quién estuvo a nada de rectificarla y decir que realmente era que había ido de colada-. Por cierto, no te lo había dicho antes pero...-Se acercó a su oído luego de mirar hacia enfrente, en dónde se encontraban Jean y Eren en sus respectivos lugares-. Parece que nuestra linda Mikasa es bastante afortunada con los chicos.-Le dio un ligero codazo en el antebrazo-. Soltera, pero nunca sola-rio.

Sasha la miró con los ojos entrecerrados y luego soltó un jadeo.

-El ladrón piensa que todos son de su condición-masculló y se cruzó de brazos, dispuesta a ignorar a la chica durante el resto del viaje en auto.

Al poco rato, la pelinegra ingresó al vehículo cargando una caja de cartón de tamaño mediano.

-Mi abuela preparó algunos dulces para que los comamos en el camino-indicó y se acomodó a lado de Frieda, quien no tardó en arrebatarle la caja y observar su contenido.

-Ay, Mimi, amo a tu abuela, ojalá fuera la mía también-sonrió al tiempo en que tomaba una trufa de chocolate, a lo que Sasha no dudó en quitarle la caja y esculcar en ella igualmente.

Mikasa sólo rodó los ojos y Jean puso en marcha el auto para iniciar el viaje de regreso a la ciudad.

Mikasa sólo rodó los ojos y Jean puso en marcha el auto para iniciar el viaje de regreso a la ciudad

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