Hua Cheng decidió mantener viva a aquella criatura que había tomado los recuerdos de Xie Lian hace un tiempo con cierto objetivo. Ahora por un descuido ha perdido una pequeña porción de sus recuerdos en donde aún no ha encontrado a su dios después d...
Esta es mi segunda historia de TGCF, sin embargo traté de que tenga un tono más suave, así que pido que no se lo tomen con tanta seriedad si en algún punto piensan que tal personaje no reaccionaría así. He tratado de que sea lo menos OC posible, sin embargo quien sabe, también me disculpo si hay alguna falta de ortografía o gramática, estaré revisando poco a poco para arreglar alguna que se me pudo escapar. Sin más por decir, disfruten! 💗
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No recordaba qué había sucedido, hace un momento estaba esperando a Xie Lian en el monte Yu Jun para hecharle una mano, y ahora se encontraba de regreso en Paradise Manor. ¿Todo había sido un sueño? Ni siquiera estaba seguro de que pudiera dormir. Su cabeza daba vueltas por la confusión y un montón de pensamientos llegaban como abejas a su mente. Debía estar con su alteza, no ahí.
—¡Mierda!— se incorporó rápidamente, algo estaba mal, miró hacia abajo y descubrió que no llevaba nada de ropa, y cuando se refiere a nada era ¡Absolutamente nada!
Su cuerpo estaba cubierto de moretones de cualquier tipo y forma, incluso algunas partes tenían forma de mordedura. No quería ver más, rápidamente tomó su ropa y se vistió, no podía creer que algo como eso hubiera pasado. No cuando había jurado castidad por esa persona.
Empezó a caminar por toda la habitación maldiciendo por lo bajo y golpeando todo cuanto se atravesara en su camino. Estaba perdido.
¿Realmente había cedido ante un deseo carnal ignorando que su corazón ya le pertenecía a alguien? ¡Eso era inaudito! Seguramente fue alguien de la Ciudad Fantasma, siempre había gente insinuando tal cosa. Oh, en cuanto descubriera quien lo había llevado a esa situación, rogaría no haber nacido nunca.
—Mmh, ¿San Lang?
Una voz somnolienta provino de entre las sábanas, su rostro giró de forma aterradora en esa dirección, incluso aquella persona tuvo el valor de quedarse a dormir, ahora estaba jodidamente muerto. Para añadir sal a su molestia, lo había llamado de una forma tan trivial como "San Lang", su cólera brotaba cada vez más. Caminó a paso lento hacia el bulto escondido entre todas esas cobijas, tal vez estaba temblando de miedo en este instante, o incluso planeando destruirse antes de que Hua Cheng lo hiciera.
—Levántate— ordenó con la frialdad de un cuchillo, no recordaba estar tan furioso como cuando luchó con aquellos 33 dioses, y gracias a ello los dioses restantes aún lo tienen presente en sus pesadillas tras tal encuentro.
—¿Qué sucede?— la voz sonó preocupada y extrañamente familiar, incluso sonaba bastante agradable, este último pensamiento solo aumentó la furia del Rey Fantasma.
Lentamente un cuerpo emergió, piel perfecta como la porcelana, su cabello largo y castaño caía salvajemente sobre su cuerpo y el colchón, era extremadamente largo y sedoso. Se apoyó con ambas manos para poder sentarse correctamente y finalmente mostró su rostro.
¡Era Xie Lian! ¡El Principe heredero coronado de flores y también un Dios! ¡Y también estaba desnudo!
La mente de Hua Cheng se había ido muy lejos en ese momento, jamás había ocurrido algo que pudiera impactarlo a ese nivel en que... su vista se nublaba y...
—¡San Lang!— Xie Lian corriendo en su dirección fue lo último que consiguió ver antes de caer en el desmayo.
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