Así como la miraba...
Con esos ojos que aparentaban un vacío que ningún mortal en la tierra pudo comprender alguna vez...
Una pesadumbre, una debilidad única en el ser más fuerte de todos...
Y que, sin embargo, emanaba una calidez que rivalizaba a la misma estrella diurna...
Reflejándose en todo su esplendor...
En ese ébano intenso, pero tierno, bello e inocente y que aún tenía toda una vida por delante...
El latido de dos corazones se fusionaron en un solo ritmo...
Un sentir tan cálido y bello...
Tan cálido y bello como cuando el sol se refleja en la obsidiana...
***~🌸💮💮🪷💮💮🌸~***
Verla llorar en los arrozales por pequeños renacuajos que antes pensaba llevarse con ella lo habían hecho pensar que la pequeña de cabello negro y cejas cortitas se trataba de una persona muy tímida. No obstante, esa misma niña le había contado no solo uno pero varios datos acerca de los renacuajos... tenía que admitir que era un tema interesante.
Porque a pesar de que Uta fuera la persona mas hablantina que alguna vez hubiera conocido... su voz le era grata a su oído.
Mucho antes de conocerse, incluso sus padres y hermanos le habían pedido a la nena en más de una ocasión que no fuera tan habladora. Así que en ocasiones la pequeña de ojos negros se guardaba muchas cosas y no hablaba tan fluido en presencia de gente que recién conocía.
Pero por alguna razón, aquél chico de aretes graciosos y extraña cicatriz emanaba un ambiente tan sereno y pacífico que a pesar de haber estado llorando frente a él, no dudó en entrar en la confianza suficiente para hablar de lo que sea que su corazón quisiera en el momento.
"Creo que... todavía hay tantas cosas que me hubiera gustado decirle a mi familia...", decía pensativa con una triste sonrisa, "No quiero que se me pase decir algo que tenga guardado dentro de mí... ya no más...", vivir con ese tipo de remordimiento no era tan placentero de sentir.
Yoriichi se le quedó viendo por un momento mientras ambos seguían el trayecto al hogar vacío de la chica, sus ojos rojo opaco cayendo en la canasta que llevaba en sus pequeñas y frágiles manos. Aquella en la que se había propuesto colectar renacuajos que aliviaran su soledad...
"¿Qué te hizo pensar que los renacuajos estarían tristes de habértelos llevado? Aunque estuvieran lejos de su familia, siguen siendo animales cuyo instinto es mayor que cualquier afecto filial"
Uta lo miró con una mirada confundida. Este chico decía cosas realmente extrañas y usaba palabras algo difíciles de comprender para su infantil mentecita, "No estoy segura a qué te refieres... Pero si a mí me separaran de mi familia... de las personas que amo... me pondría muy triste"
ESTÁS LEYENDO
Cuando el sol se refleja en la obsidiana (Uta x Yoriichi)
FanfictionCuando su amor era tan cálido... tan resplandeciente... tan trágico... Espero que lo disfruten (¡PERDÓN POR LOS SPOILERS!)