Juntando una montaña de cartón la amarro bien y arrastrándola con el lazo me dirijo al establecimiento para venderlo, con lo que me paguen comprare algo para comer, muero de hambre, a pasado una semana desde que estuve con esa alfa y mis padres no han aparecido, ellos suelen hacer esto, cuándo tienen dinero me abandonan y se van, por lo que debo buscar como conseguir mi propio alimento, al principio era muy doloroso pero ya me acostumbré, ser abandonado por ellos no es nada nuevo para mí.
Estuve dos días en cama, demasiado adolorido para levantarme a comer siquiera, al tercer día tuve que hacerlo porque mi lobo gimoteaba por alimento y también para asearme, no quería hacerlo, el aroma del gengibre y albahaca se mantenía en mí y por más que intentará odiarlo no podía, inesperadamente me gustaba y más aún gustaba a mi lobo. No entiendo que pasa, pero mantengo la esperanza de volver a ver esos ojos oscuros que vuelven en mis sueños.
Llegando al lugar hablo con el beta que atiende y me compra el cartón a buen precio, quizá por lastima al ver mis condiciones pero no importa, si dando lástima me pagarán más, por mí no hay problema.
Salgo feliz de ahí y camino al supermercado, con el dinero que me dió podré comprar leche, huevos, y quizá algo de pan, si mis padres no regresan aún, me podrán durar unos cuatro a cinco días comiendo solo una vez al día, lo cuál no es problema, ya estoy acostumbrado.
*******
Llego a casa féliz, una sonrisa en grande en mi cara, pude comprar un pequeño panecillo de chocolate y muero por comérmelo, e aguantado no hacerlo en el camino porque quiero realmente saborearlo y en la calle no lo haré debidamente.
Entro y dejo las cosas en la pequeña mesita al lado de la parrilla y rápidamente saco mi panecillo, lo desenvuelvo sintiendo como mi boca se hace agua, lo llevo a mi boca olfatéando su delicioso aroma a chocolate y doy el primer mordisco, es una gloria, un paraíso, gimo feliz saboreando en demasía, mastico despacio sintiendo cada sabor, cada sensación que recorre mi cuerpo, en toda mi vida e probado los panecillos unas cinco veces y siempre trato de aprovechar y saborear cada mordisco, lo hago despacio, que prácticamente se derrita en mi boca.
Una vez termino chupo mis dedos y lamo el papel que lo cubría, simplemente delicioso.Suspirando féliz me siento en el sillón roto donde duermen mis padres, aún con el sabor a chocolate en mi boca, relamo mis labios y la puerta es abierta, entrando mi madre con una sonrisa viéndome.
-Hijo, ¿Cómo estás? - se acerca
-Molesto contigo - frunzó el ceño recorriendola - ¿Porqué me dejaste solo esa noche, porqué dejaste que me hicieran eso, dónde estaban, dónde está papá? -
-Tranquilo - ríe - esas son muchas preguntas, aquí lo importante es que estás bien, sabes que a veces nos vamos, pero siempre volvemos por tí, porque te amamos - se sienta a mi lado
- Si me amarán, no hubieran permitido que me hicieran eso, lo que me hizo esa alfa no fue jugar - la veo y ella se mantiene sería viendo al frente, me siento dolido con ellos, por más que haya disfrutado ese momento me duele que se diera de esa manera, yo soñaba que sería especial y perfecto, con una pareja que me amara y yo la amara a ella. Ahora solo fue un sueño, tristemente uno que nunca se hará realidad.
No puedo evitar el sentimiento de decepción en mi pecho.-Nesecito que tomes una ducha y te pongas tu mejor cambio de ropa, iremos a dar un paseo - voltea a verme sonríendo y yo frunzó el ceño por el repentino cambio de tema.
-¿A dónde iremos?, ¿Y dónde está papá? -
-El nos está esperando en el lugar a donde te llevaré -
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Mi Mercancía Personal
Non-FictionA la alfa Ava le encanta humillar, A la alfa Ava le encanta abusar físicamente, A la alfa Ava le encanta el poder que tiene en la jerarquía, pero lo que más le gusta es comprar pequeñas cosas, y más aún, tratarlas como cosas. Entre esas cosas se en...