𝐃𝐞𝐟𝐢𝐧𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 | Max Verstappen | Male reader |Omegaverse

Chapter Twelve: Él otra vez.

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—Max

Las primeras horas en la casa de los padres de Matt fueron relativamente tranquilas y reconfortantes, sobre todo el ambiente y paisaje floral que ofrecía el lugar de infancia de Matt. Pero, basto con que el rubio alemán, hijo de Michael Schumacher entrara por las puertas de la casa para que todo se fuera a la mierda. Básicamente resumiendo, Mick y su madre no han dejado de juzgarme desde que Matt me presentó como su pareja. Es más, parece que al rubio no le gustó para nada la noticia.

Pero bueno, me importaba lo más mínimo. Tres días después de haber llegado hicimos casi de todo, deportes, montañismo, exploración en el bosque cercano a la residencia, e incluso hemos ido varias veces a un parque cercano porque resulta que mis sobrinos se llevaron de maravilla con los sobrinos y sobrinas de Matt. Justo ahora estabamos preparándonos para pasar la tarde jugando en compañía de todos los invitados. Primero jugariamos tenis y después pádel.

-¿Estas listo, mon amour? -Matt se asomó por la puerta del cuarto de baño -

-Ya casi. -respondí mientras me veía en el espejo - Tengo que hacer más ejercicio. -dije en un susurro que fue escuchado por Matt, quien entró lentamente al cuarto para pararse a un lado de mí -

-¿Por qué lo dices, mon amour? -Matt me abrazo por la espalda colocando su cabeza en mi hombro y rodeandome con sus brazos -

-Mira... -levante un poco mi camisa mostrando mi vientre abultado -Matt, tengo un mes... No debería verme así. -baje mi camisa, Matt conecto nuestras miradas por medio del espejo -

-Oh mon amour, te ves hermoso. No tienes que verte como los demás Omegas cuando están en cinta, tú eres perfecto tal y como eres. - Matt me giro en mi lugar para estar cara a cara, junto nuestros labios en un beso tranquilo y suave, justo lo que necesitaba después de soportar por cinco días a los alemanes en la misma casa -Algo te esta mortificando... ¿Me podrías decir que es lo que te agobia, mon amour?

Deje caer mi cabeza en su pecho para tratar de calmar las emociones inquietas que llevaba acumulando desde mi primer encuentro con Mick y su madre.

-Se trata de Mick y su madre. -Matt colocó una de sus manos en mi mentón para que levantara mi cabeza, yo lo mire agobiado -

-¿Qué te han dicho? -preguntó dejando caricias en mi cadera y espalda -

-Me juzgan, como si repudiaran el hecho de que estamos juntos. -confese. Matt me miro de manera intranquila -

-Me encantaría hacer algo para calmar la situación, pero son invitados de mi hermano y no puedo denegar nada. -Él dejó un beso en mi frente para luego sorprenderme cuando me cargo en sus brazos como si nada - Sujetese, mon amour.

Yo reí divertido, cruce mis brazos por su cuello y mis piernas en su cadera para no caerme. Matt tomó nuestras raquetas y nos llevó a la cancha donde ya nos esperaban los primos, amigos, familiares y invitados de los Bianchi.

Matt me dejó con cuidado en el suelo y dejó un suave y fugaz beso en mis labios, ambos sonreímos cuando nos separamos, instantáneamente junto mi mano con la suya.

-Muy bien, ya que estamos todos aquí haremos los equipos. -el hermano de Matt fue el encargado de informar, luego se acercó otro hombre que parecían ser amigo de la familia -

-Franceses contra holandeses. -sugirió el amigo de la familia, yo automáticamente me confundí y al subir la mirada observé que Matt también estaba igual que yo -

-Es injusto, solo hay dos holandeses. -comentó Tom, mi cuñado. La afirmación de los presentes le dio la razón - ¿Cuántos somos en total?

-Somos veinticinco por todos. -dijo alguien en la lejanía, ni idea de quién era -