María José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida:
1- Está locamente enamorada de su mejor amiga.
2- Ella no le corresponde.
¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz?
¿Daniela le corresponderá?
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Aquella tarde en Berlín, Poché se marchó temprano de los ensayos, necesitaba escabullirse mientras Calle seguía ocupada. Lo que la morena nunca tuvo en cuenta era que a su novia no se le escapaba una, así que esta estuvo consciente todo el tiempo de la salida de Poché.
-Calle ¿Porque tan seria?- Mari había sido la encargada de no despegarse de la castaña hasta que Poché regresara.
-No sé dónde se ha metido Poché- Mari sonrió nerviosa- Tranquila, se que esta planeando algo, que lo sabes, y que no me lo vas a decir por mucho que insista... ¿Me equivoco?- Ambas dejaron escapar una carcajada.
-Bueno, ya que estamos, creo que serías la persona perfecta... bueno, la persona que podría ayudarme- Mari la miró sorprendida, aquella mirada de la castaña solo podía traer problemas.
-¿Que estás tramando?- Calle le envió una sonrisa inocente.
-Ya que Poché te ha contado lo que está tramando, es justo que yo también lo haga- Mari le prestó atención intentando adivinar que pasaba por la mente impredecible de la chica- Vayamos de compras Mari.
Mari y Abi no podían estar más de acuerdo que en aquel momento que descubrieron los planes de sus compañeras. Realmente ellas tenían un amor poco común, tanto, que las había llevado a prepara la misma sorpresa la una a la otra.
Justo a la hora, las chicas volvieron, preparadas para el último ensayo del día.
-¡Amor!- Alegó Calle en cuanto tuvo a Poché frente a ella- ¿Donde te habías metido?- Se dan un corto beso.
-Con Abi de compras- Poché se escusó rapidamente, había pensado en la escusa perfecta durante todo el trayecto de vuelta- ¿Y tú Dani?
-Me fui con Mari porque tú me habías abandonado- Con voz de niña pequeña, se sentó en el sofá cruzada de brazos, Poché se echó a reir.
-Lo siento mi amor- Poché se agachó junto al sofá- Si te sirve de consuelo, te he echado mucho de menos.
-No me vale- Poché sonrió- Pero sigue diciéndomelo a ver si consigues algo- Se echaron a reir, Poché se acurrucó junto a ella para, a continuación, fundir sus labios en un tierno beso que fue interrumpido por Abi.
-Chic... Ups- Abi las observó avergonzada, se echaron a reir- Lo siento, estamos esperándolas.
-Claro, ya vamos- Abi se marchó murmurando algo imperceptible para las chicas que se besaban nuevamente en el sofá.
-Deberíamos ir- Alegó Poché en un susurro mientras Calle asentía sin apartar la mirada de sus labios. Un último beso antes de apartarse del todo.
Ensayaron un par de horas antes de embarcarse hacía un nuevo rumbo, París, la ciudad del amor, el lugar perfecto.
