Un eco distante, un pequeño susurro en su subconsciente.
¿Una voz? Sin duda, un tono conocido, un color inesperado, pero lejano e imperceptible.
Ella le gritaba con fuerza, pero le costaba entender sus fugaces e inestables vocablos.
¿Me oyes? Escuchó con dificultad, la voz confortable de antes ahora se convertía en algo molesto, en un color totalmente extraño, pero esta, poco a poco, también empezó a desaparecer.
Un pitido molesto guiado por el compás de las agujas del reloj invadía su mente con voracidad, provocándole más desesperanza.
Sus ojos seguían perdidos en la espesa oscuridad que se presentaba tranquila, pero sus oídos se empeñaban en perseguir un sonido taladrante.
El pitido, cada vez más cercano y fuerte.
La oscuridad, cada vez más lejana y débil.
Pronto, sus ojos fueron blancos de pequeños destellos de luces, que terminaron por convertirse en figuras distorsionadas.
El pitido ya no era tan molesto, empezaba a alejarse de ella. Volvieron las voces, ahora acompañada de siluetas poco nítidas. Una mujer le hablaba, pero no era la mujer que ella buscaba.
Por su mente pasaba el recuerdo de una chica de cabello castaña, de ojos avellana, la cual sonreía de la manera más hermosa que jamás había visto.
Poché Garzón siempre había sido una chica fuerte, nunca se había dejado vencer ante ningún obstáculo de la vida, pero, ni siquiera ella, pudo enfrentar aquella situación con tranquilidad.
Un dolor incesante le recorría el cuerpo con eficacia mientras las siluetas empezaban a convertirse en personas nítidas.
Poché pestañeó con fuerza, intentando entender que pasaba. Levantó un poco la cabeza para ver su cuerpo, su brazo derecho tenía una molesta aguja conectada a un suero, el izquierdo tenía una venda en la zona de la muñeca, ademas de los dedos con rastros de mugre y sangre.
Tuvo intención de levantarse, pero una punzada de dolor surgió en su hombro izquierdo en cuanto apoyó el brazo en la camilla. Ahogó un grito antes de caer en la almohada. Sentía que el dolor incesante que recorría su cuerpo se había concentrado en su hombro en aquellos dos segundos que había recargado su peso en este.
Respiró hondo hasta que el dolor disminuyó. Sus músculos empezaron a relajarse tras toda la tensión del accidente, provocando así, que los recuerdos empezarán a inundar su mente.
Observó por unos instantes el suelo, asimilando todas las confusas imágenes de la vivencia anterior. Suspiró. Podía ver el volante, podía ver la sonrisa de Calle iluminando su rostro, podía ver las luces del otro carro sobre ellas, el sonido del claxon taladró sus tímpanos, la sensación del impacto removió su cuerpo...
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How You Get The Girl
FanficMaría José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida: 1- Está locamente enamorada de su mejor amiga. 2- Ella no le corresponde. ¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz? ¿Daniela le corresponderá?