Calle aún podía sentir los labios de Poché sobre los suyos, esa sensación de calidez tan memorable, mientras la morena seguía sin poder creerlo, sólo de pensarlo, se confundía más sobre sus sentimientos, sobre lo que la unía a aquella mujer.
-No vuelvas a hacerlo- Poché rompió el tranquilo y confortable silencio que inundaba la sala desde hacía un buen rato- No vuelvas a besarme en tu vida- Decidida- Yo no soy tu esposa.
-Si lo eres- Sonriendo- Me lo demostrarse con ese beso. Mi Poché sigue ahí adentro.
-¡No soy tu esposa! ¡No te amo!- Alzando la voz- ¿No entiendes que no puedo? ¿Qué no te conozco?
-Tú cabeza no me conoce, pero tu corazón si- Alegó Calle con seguridad.
-¡No! ¡No te conozco! ¡Quiero que me dejes en paz! ¡Qué no me busques más!- Calle se quedó en silencio, escuchando todo lo que la muchacha tenía que decirle, hasta que, de repente, sintió una molesta punzada en el bajo vientre. Calle se quejó de dolor, sacando a Poché de su berrinche- ¿Qué pasa?- Calle observó el suelo mojado junto a sus pies- ¿Que pasa Daniela?
-La bebé- Volviendo a quejarse de dolor- La bebé ya viene.
¿Minutos que duraron horas? O ¿Horas que se fueron en minutos? Poché estaba en aquella fría sala sin nadie que pudiera calmar sus miedos. Hasta que su padre, acompañado de una señora de cabello castaño, llegaron a su encuentro. Mafe entró a la habitación de su hija rápidamente, sin decir una palabra a padre o hija.
-¡Chiki!- Abrazandola.
-¡Mamá! ¡Me duele!- Con la cara roja del dolor.
-Tranquila mi cielo, pronto los médicos vendrán- Sujetando su mano.
-¿Dónde está Poché mamá?- Mafe la observó en silencio- ¿Dónde?
-Está afuera- Anunció Mafe con pesar.
-Dile que pase- Con firmeza- Merece estar en el nacimiento de su hija.
-No creo que sea buen...
-Por favor mamá- Insistió Calle.
Mafe asintió inconforme. Buscó a Poché, la cual se resistió un poco a la idea, pero finalmente cedió a estar ahí.
-Poché- Calle sonrió al verla.
-Daniela- Asustada. Perrie le extendió la mano, Poché la tomó tras pensarlo un poco.
-Ya viene Gorda, nuestra niña, ya viene.
Los doctores entraron en la habitación, dispuestos a ponerle la epidural a Calle para por fin calmar su dolor.
Abi, Lauren y Camila se reunieron con Juan Carlos en la sala de espera, todos esperaban ansiosos la llegada de la pequeña Marta al mundo.
Calle parecía más calmada cuando la epidural empezó a hacerle efecto. Poché no había soltado su mano en ningún momento.
Las horas seguían pasando lentas. Parecía que Marta ya no quería salir.
-¿Cómo te sientes?- Susurró Poché al oído de Calle, está asintió sonriendo.
-Bien, la epidural ha hecho efecto hace un rato- Poché sonrió- Gracias por estar aquí, a pesar de todo.
-Gracias por dejarme estar aquí- Los doctores anunciaron que ya podían empezar las labores de parto.
Tras un par de horas, un llanto profundo inundó la habitación.
-Felicidades chicas- Anunció el doctor- es una niña muy sana- El corazón de Calle se aceleró de la emoción, desde aquel pequeño instante, su vida cambiaría para siempre, ya no importaba si Poché estaba con ella o no, lo único realmente importante era su pequeña Marta.
Poché sintió un nudo en la garganta mientras se acercaba a la niña, el doctor le permitió cortar el cordón umbilical, para luego concederle el honor de ser la primera en sujetar a su hija.
Sin poder evitar las lágrimas, Poché besó la pequeña frente de la niña mientras la llevaba a los brazos de su madre, la cual la recibió como la mayor bendición de su vida.
Aquel pequeño tesoro que reposaba en los brazos de Calle era lo más hermoso que sus dos madres habían visto jamás. Calle no pudo evitar las lágrimas. Las enfermeras se llevaron a la pequeña Marta para pasarla y limpiarla bien. Calle observó la expresión de Poché, ¿Sería aquella la misma que hubiera mostrado si recordara? Quizás no, pero sin duda, era la expresión más tierna que Calle había visto en su rostro.
Las enfermeras le entregaron nuevamente a la pequeña, la cual parecía feliz en los brazos de su madre.
Marta Calle-Garzón llegó al mundo para hacer feliz a todos los que la rodeaban, y, sobretodo, para unir a sus madres.
Poché no podía explicarlo, pero aquella niña hacía que su corazón le perteneciera, tanto, que por un momento creyó que realmente era suya, pero eso no podía ser cierto, pues eso convertiría a Calle en su esposa, algo que era una completa locura. Ella no quería vivir una vida que no recordaba, quería vivir la suya propia.
Calle fue trasladada a una habitación, Poché volvió a sujetar a la niña una última vez. Le dio un beso en la frente y volvió a entregársela a su madre.
Mientras todos felicitaban a Calle y se deleitaban contemplando a la bebé, Poché se marchó sin decir adiós. No estaba preparada para seguir con las constantes felicitaciones por algo que no sentía merecer.
Calle la vio salir, pero no quiso impedirlo, la chica tenía mucho que digerir, era mejor dejarla marchar tranquila.
ESTÁS LEYENDO
How You Get The Girl
FanfictionMaría José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida: 1- Está locamente enamorada de su mejor amiga. 2- Ella no le corresponde. ¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz? ¿Daniela le corresponderá?