Primer día en la academia de operación triunfo.
Era un sueño hecho realidad.
Nos explicaban todas las cosas que necesitábamos para los 3 meses de academia.
Nos sentamos a desayunar los dieciséis en dos mesas. Yo me senté al frente de Juanjo, y al lado de Bea.
La conversación era muy fluida y todos estábamos tan felices que no nos podíamos callar.
Estuvimos descubriendo la academia hasta que llegó el primer reparto de temas.
Me tocó la canción tiroteo con Alex, el era un sol, y estaba muy feliz de cantar con él.
Eso no quitaba que comparado con otras canciones, como la de Juanjo, a tu vera, sintiera que era mucho peor.
Quizás no habían visto tanto en mí como en él y por eso me habían puesto una canción mucho más fácil.
Cuando tuvimos un rato libre, para merendar, me fui a la terraza.
Necesitaba un poco de tiempo solo, para pensar.
Me senté, mirando a la nada.
Y en mi mente solo repetía que era suficiente, que estaba ahí por algo, y que lo iba a demostrar.
Esperaba que al repetirlo, empezara a creerlo de verdad.
La puerta se abrió y Chiara me dijo que me estaban esperando para merendar.
Fui y me senté en el mismo sitio que antes, el cual ya daba por hecho que iba a ser mi sitio fijo.
Merendamos y fuimos a bailar.
Después me un rato al baño, encerrado ahí, me sentí bastante inferior a mis compañeros.
Como no compararme cuando había gente como Naiara o salma en la academia.
O gente con tanta personalidad artística como paul, o ruslana, que tenía las ideas claras incluso siendo la mas pequeña.
No quería estar así, quería disfrutar la experiencia y sentía que no hacía más que lloriquear.
Llevaría unos 10 minutos ahí, cuando escuché que tocaban la puerta.
-ocupado
Dije, aunque el todo de mi voz delataba lo poco entusiasmado que me sentía.
-¿Martin? ¿Estás llorando?
-No, estoy bien tranquilo, ahora salgo.
-¿Seguro?
-si
Y escuché sus pasos alejarse.
Salí y me miré al espejo.
Tenía la cara hinchada, y en mis ojos se notaba que había llorado.
Me lavé la cara con agua fría un par de veces y salí, esperando que nadie me preguntara.
Y por suerte nadie dijo nada y me fui a dormir, esperando que el día siguiente fuera mejor.
Estuve todo el tiempo ensayando, siempre sentía que no era suficiente, que no estaba al nivel, tenía que hacerlo mejor, afinar más, todo perfecto.
Veía fuera del box a mis compañeros disfrutar y reir juntos.
Y me sentía demasiado solo.
Sentía que sobraba.
Alomejor esto no era para mí.
A la hora de la comida no hice más que mirar el plato de Juanjo, con la mirada fija.
No hablé en toda la comida, no tenía muchas ganas, y tampoco creo que se fuera a notar.
Es como si me fuera, nadie notaría que falto.
Fruncí un poco el ceño cuando vi la diferencia en la cantidad de comida de Juanjo y la mía.
En mi plato había bastante de todo.
En el suyo, un poco de carne y patatas, nada más.
Siendo más grande que yo, tendría que ser al revés.
¿Estaba comiendo mucho yo?
Tampoco creía que me había echado tanto, pero después de la clase de fitness necesitaba mucha comida en mi cuerpo.
Los días pasaron, llegó la primera gala, y me sentí feliz de cruzar la pasarela, en el fondo, que alguien me dijera que lo había hecho bien, me alegraba.
Aunque propusieron alex, no quedó nominado.
Siguiente semana y me tocó con Paul.
Tenía tanta presencia escénica que el envidiaba.
Pero disfrutamos juntos de la semana.
Fue bastante mejor el segundo pase de micros aunque en el primero fue un caos, después de pensarlo en la cena aun había tiempo de mejorarlo.
Esa cena había vuelto a quedarme sin hablar mirando el plato de Juanjo, y otra vez, yo comía más que él, incluso diría que el estaba comiendo aún menos.
Algo me parecía raro, pero tampoco iba a meterme en sus asuntos.
Llegó el domingo y tuvimos clase de yoga, bastante relajante, después clase de interpretación, mi favorita.
Nos tocó improvisar, y Omar y yo peleamos por unos calcetines, que voy a decir.
A la hora de Judith, urban, estuvimos la primera media hora montando una coreografía.
Pero Juanjo se fue sin terminar la clase, cosa he me dejó preocupado.
No había dicho nada, simplemente se había ido.
No era mucho de bailar, y se le notaba, quizás esté estilo le hacia un poco más evidente eso y se había agobiado.
Cuando terminó la clase, no lo vi por ninguna parte, hasta que volvió a la hora de merendar con Noemí.
Todo siguió con normalidad, las semanas pasaban y ya era la gala cuatro.
Me había tocado una canción con Juanjo.
Y estaba contento.
Siempre me había parecido interesante y así nos conocíamos un poco más.
La semana fue dura.
Se tuvo que ir varias veces de clase.
El hacer de pareja no hetero creo que le daba miedo, y lo entendía.
Las clases con abril ayudaron mucho.
Y noté lo atractivo que era.
Estábamos en clase de vic, cuando paró de cantar de golpe, con una mano en la cabeza.
-un segundo
Dijo, con los ojos cerrados.
-si claro
Yo no dije nada, pero lo miraba con preocupación.
-me encuentro un poco mal, voy al baño.
Y al momento de levantarse perdió el equilibrio y estuvo a punto de caerse.
Se quedó quieto en el sitio estabilizándose.
-¿Estás bien Juanjo?
-un poco mareado
-¿te ayudo?
Le dije levantándome y cogiéndole del brazo, para que se apoyara en mí.
Fuimos juntos al baño.
Le ayudé a echarse agua fría en la nuca.
-¿Has ido al médico?
-no hace falta, no pasa nada
-pero si estás mareado por algo será
-será el estrés de la canción
-yo creo que alomejor necesitas comer un poco más
-no intentemos adivinar nada, mejor dejemoslo ahí
Fue un poco brusco diciendo eso cuando yo solo le quería ayudar.
Pero tampoco me iba a enfadar con el por eso.
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Suficiente~Martin
Science Fiction¿cómo será vivir la experiencia de estar 3 meses en la academia de operación triunfo? increíble, eso seguro, pero también, duro y exigente. ¿podrán soportar la presión?