Abrazo al corazón [Spreeckity]

Capitulo 1

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Sonaba el despertador, de mala gana el chico estiró su brazo hasta alcanzarlo y apagarlo.

Se sentó en su cama tallando sus ojos
y mirando a su alrededor, se paró y se dirijo al baño a tomar una ducha, cepillarse los dientes y cambiarse.

Bajó al comedor y se hizo un desayuno ligero y nutritivo.

Leche con cereal

En cuanto acabó se alistó para ir al bachillerato, tomó sus llaves y caminó
hacia la puerta.

Dio un último vistazo a su departamento
y salió.

Como de costumbre se puso sus audífonos y caminó hacia la institución,
le relajaban los momentos silenciosos
y donde nadie lo molestaba.

Sólo él, en su mundo.

Spreen Buhajeruk, un chico serio y tranquilo
descrito también un poco problemático
tenía pocos amigos, pero los que tenía él sabía que eran sus amigos de verdad.

Cuando llegó se dirijo a su casillero pasando entre tanta gente que hasta cierto punto era estresante, rogando porque nadie se le atravesara en su camino.

-¡Hey Amigo!,- escuchó decir a su amigo
Carrera, volteó cerrando los ojos y maldiciendo en voz baja.

-Hola.- mostrando una forzada sonrisa

-Eu, ¿Por qué tan apagado?- comentó viéndolo mientras guardaba y acomodaba
cosas de su casillero.

- Perdón, no dormí bien anoche.- su voz
cansada lo decía todo.

- No te preocupes amigo, ven vamos
las clases están a punto de comenzar.

Y así entraron al salón y Spreen se sentó
en el último asiento hasta atrás.

Como siempre.

Como todos los días.

Carrera también se fue a su lugar que compartía con otro de sus amigos, Robleis.

Pero su sorpresa fue cuando alguien se sentó a lado de él.

Sus demás compañeros excepto sus amigos lo tachaban de grosero e intimidante no entendía porqué alguien se sentaría con él.

Miró hacia la persona que se atrevió a irrumpir su espacio y se encontró con un híbrido de pato sentadito a su lado mientras sacaba una libreta y un lápiz de su mochila.

Lo miró extrañado con el ceño levemente fruncido.

No iba a hablar, no quería, solo dejó que el
chico estuviera ahí. Con que no le hablara podría aguantar hasta el final del día.

Y así fue, ni se molestó en mirarlo el resto del día, igual si le hubiera hablado no lo escucharía por el volumen que tenía en sus audífonos. La clase había terminado
y la campana había sonado, indicando que cada quien ya podía irse.