Abrazo al corazón [Spreeckity]

Capitulo 2

Estaba sentado "poniendo atención" a la clase ya que en realidad estaba haciendo cualquier garabato en su cuaderno.

Aburrido miró hacia el oso sentado a su lado, tenía su cabeza recargada en sus brazos sobre la mesa, al parecer se había dormido en clase otra vez, o eso pensó él ya que por los lentes oscuros que el contrario siempre tenía era difícil saber.

No llevaba ni una semana en esa escuela y sus compañeros tenían cara de querer matarse ahí mismo, al menos la gran mayoría.

No era extraño que algunos se durmieran en clase o hicieran cualquier otra cosa en lugar de poner atención.

Los temas que abarcaban él ya los había visto, así que no se preocupó cuando el maestro avisó que tenían tarea sobre el tema el cuál había estado horas hablando sin que nadie le preste atención.

Siguió haciendo dibujos cualquiera en su libreta durante un buen rato, cuándo escuchó un gruñido a su lado.

Giró su cabeza y se encontró con que el híbrido de oso levantó su cabeza de golpe,
al principio se asustó por el repentino movimiento pero no le dio importancia y siguió en lo suyo.

Flores, círculos, pequeños corazones hacía en su libreta, siempre le gustó dibujar pero luego de que todo mundo siempre le dijo que no sabía dibujar lo dejó.

Aún así intentaría volver a retomar lo que alguna vez le apasionó tanto.

Comenzó con simples trazos y fue sombreando con su lápiz, trazos un poco más complejos y detalles divinos, corrigiendo algunas cosas y con delicadeza remarcó los últimos toques.

Alzó su libreta a la altura de su rostro y admiró su dibujo, un autoretrato perfecto.

No era una persona vanidosa ni nada por el estilo pero le gustaba dibujar los detalles de su propio rostro, la posición de sus lunares, sus ojos, nariz, labios.

Bajó el cuaderno y quiso dibujar algo más, o a alguien.

Olvidaba lo mucho que le gustaba dibujar,
las veces que intentó probar que todos vieran que dibujaba bien.

Recargo su codo en la mesa y posó su mejilla en su mano pensando qué dibujar, recorrió todo el salón con la mirada buscando el modelo perfecto.

Nada, nada interesante la verdad.

Suspiró frustrado y volvió a escuchar un gruñido a su lado.

"¿Qué le pasa a este tipo?"

Pensó, aquel seguía en la misma posición. Sus delgados labios, su ceño levemente fruncido, sus mejillas pálidas, su cabello algo alborotado y por supuesto las gafas de sol que lo caracterizaba.

"¡Bingo!"

No quería parecer un maldito acosador viéndolo, hizo su mayor esfuerzo para disimular cada vez que lo volteaba a ver y dibujar sus facciones en la hoja.