Capítulo 27. A la mierda

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Durante la hora, Christian parecía muy ansioso, su celular soltaba notificaciones cada 10 minutos interrumpiendo la clase, pensaba que quizás había sucedido un accidente y trataban de comunicarse con él pero sus reacciones ante eso eran quedarse en silencio durante segundos para después ignorarlo, todos nos dábamos cuenta de eso, incluso en un momento comenzó a entrarle una llamada, supuse que respondería cuando se acercó a su teléfono, pero solo lo apagó.

Erick y yo intercambiábamos miradas pues el profesor Cristhian no se veía para nada tranquilo a como siempre solía verse, un hombre relajado y sin preocupaciones.
Cuando la clase terminó, él solo tomó sus cosas y no dio más palabras, simplemente salió del salón sin siquiera despedirse de nadie.
Y aunque eso me tenía un poco angustiada no podía dejar de lado la emoción de que en un par de horas hablaría con Cauich.

Pensar en él me hacía tener escalofríos en mis piernas y querer solo abrazarlo, parecía que su mensaje había encendido una llama que poco a poco comenzaba a consumirse, no podía negarlo, estaba muy ilusionada.

A los minutos llegó otra maestra, quien al entrar anotó en la pizarra un par de ecuaciones que debíamos resolver, no comprendía nada y no tenía ganas de deprimirme porque unos números no me salían, saqué mi libreta y en lugar de copiar lo que estaba en la pizarra, empecé a escribir una carta.

08 de Septiembre del 2021

Cauich, escribo esto no con la intención de que algún día leas esta carta, no lo espero, solo quiero platicarte como han estado las cosas desde que te fuiste y que quizás el día de hoy tu respuesta sea alejarte de mi permanentemente, pues, lo tengo presente, eso no me quita lo emocionada que estoy.

Extraño tus mensajes y las sonrisas entre ventanas, tú loción a Boss y tus grandes brazos para simplemente abrazarme, no entiendo porque te quisiste alejar de mi, mi corazón sigue perteneciéndote y no pienso compartirlo con nadie más, los días parecen ser más grises y aveces no encuentro un motivo para levantarme de la cama, bueno, si, pienso que quizás ese día te acercaras a mi y me pedirás que te acompañe por un café, pero quizás es solo un tonto pensamiento.

Me alegro tanto que hoy podamos platicar.

Los tulipanes crecen en el invierno ,
ojalá ser uno de ellos,
pues qué pena enamorarme de ti,
Ya que soy consciente
que tu frialdad me está matando.

Arranque la hoja y la doble dejándola guardada en un libro para mantenerla oculta. Mire a Erick quien estaba concentrado y rompiéndose la cabeza en poder resolver lo que había indicado la profesora.

Solo faltaba una hora para que la hora más esperada llegara, miraba a Erick quien parecía ignorarme, solo le importaba en ese momento poder terminarlo, aproveché y decidí copiarle el procedimiento que estaba llevando y el primer resultado de una de estas.

Y así de esa manera se fueron las horas, terminé copiándole en todo a Erick quien sorpresivamente tenía todo bien, no me sentía victoriosa pero si tranquila.
La maestra nos dejó salir 5 minutos antes de que acabase la hora, no dude ni un segundo y fui corriendo al baño para mirar sino tenía alguna imperfección, Erick me esperaba fuera.

El baño estaba solo, no había ningún ruido, yo me miraba en el espejo y aprovechaba que estaba sola para hacer unas cuantas respiraciones y lograr relajarme para cuando tocara el timbre, me acariciaba el cuello esperándolo hasta que se escuchó por toda la escuela, mi corazón dio un brinco y mi estómago un vuelco, me mordí el labio y salí del sanitario.

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