Capítulo 1: Mis amigas

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Soy Kaila, tengo 17 años y estoy terminando el último curso del instituto. Como todos los días de mi vida, me levanto de la cama sobre las seis y media de la mañana sin necesidad de un despertador y me voy a la ducha, Como me lave ayer el pelo me lo recojo en un moño coleta, es decir que cojo un coletero, hago la primera vuelta completa y en la segunda, en vez de sacar el pelo por completo, saco la mitad y así no me cae tanto el pelo.

Una vez salgo de la ducha me pongo una toalla y voy directa al armario, donde saco la ropa; unos jeans negros ajustados, una camiseta ancha de manga corta roja que me llega por debajo del trasero y una cazadora vaquera del mismo tipo que los pantalones.Luego voy a la mesilla donde tengo mi ropa interior y saco un conjunto de sujetador y tanga con encaje de color azul celeste y por último tomo unos calcetines de bota negros y mis botas del mismo color de tacón bajo, me visto, me suelto el pelo, me lo peino y cojo mi bandolera donde ya tengo todo lo necesario, incluido el maquillaje, que al ser morena y de tez tan blanca debo maquillarme para no parecer un fantasma. Desayuno rápidamente un zumo y un bollo que cuando me tomo hasta la última gota pongo el vaso a remojo y salgo disparada hacia el instituto porque no tengo medio de transporte, puesto que mis padres y mi hermana ya se han ido a trabajar con sus respectivos coches.
Voy caminando como siempre, intentando evitar cuánto puedo el autobús pues la gente que va a trabajar te deja como un sándwich, aunque lo peor no es la ida sino la vuelta, esos trabajadores que han sudado y no huelen precisamente bien. Es como salir de la clase de educación física y te meten en una habitación cerrada y llena de gente. Lo más seguro es que arruguen la nariz e intenten que su olfato esquivé ese olor.
Mi recorrido es muy simple, salgo de casa camino un largo trecho recto y atajo por el parque, sé que no debería pasar a esas horas por ahí pero sino lo hiciese llegaría tarde al instituto. Cruzo una carretera, giro a la derecha​ siguiendo en línea recta hasta el primer desvío y me lo encuentro de frente.
Una vez llego allí, a las ocho menos diez, entro a paso apresurado directa al baño y me maquillo todo lo rápido que puedo, minutos antes de tocar la campana para ir a clases.

Por desgracia, siendo las 8:00 de la mañana, como primera asignatura tengo inglés y como siempre este hombre, se pone a explicar la materia en inglés, así que siempre me toca estudiarlo por mi cuenta porque habla tan rápido que no hay quien lo entienda. Luego toca historia española, pero como ya me lo sé, no porque me lo haya estudiado sino porque leo mucho y se me quedan grabados los datos fácilmente, supongo que por mi gran imaginación, desconecto por completo y me pongo a hacer dibujos en mi cuaderno o a escribir algún relato. Para lo único que presto atención en esa clase es cuando dicen las fechas de los exámenes porque sino me quedaría dormida por el aburrimiento y no creo que sea bonito ni correcto el quedarme allí dormida. La siguiente hora es la de literatura, una de mis favoritas, porque como ya te he dicho antes me encanta leer, es una de mis pasiones. Me gustaría ser escritora, pero mi padre dijo que era mejor ser práctica y estudiar algo que me de un buen trabajo.

Una de mis escritoras favoritas es Laura Gallego García, me encantan sus obras y no me pierdo ninguna. Me pregunto si alguna vez harán una película con alguna de sus obras. Como "El libro de los portales" o "Donde los árboles cantan" son historias fantásticas pero muy entretenidas. La tercera clase es la de filosofía, mi profesor es un tanto peculiar, además de explicarte la lección, es muy dado a hacer alguna broma para evitar que nos durmamos; una vez cuando pasaba un avión a la hora de su clase, ya que los aviones pasaban de forma continua a su hora de clases, dijo a uno de mis compañeros si había pactado con ellos para que no pudiese dar su materia, su respuesta fue: por supuesto profesor me comunico con ellos cuando le toca a usted, todos nos echamos a reír y el profesor, cuando estábamos parando, le dijo que por favor les pidiese que buscasen otra hora para pasar. Nos volvimos a reír y luego seguimos con la clase.

Al terminar la clase salgo al recreo hacia la cafetería donde me encuentro con mis amigas: Elena y Verónica, ya que por desgracia,ninguna de ellas va a mi clase.

Elena es una chica pelirroja, un rojo intenso, unos ojos marrones tirando a miel y tiene el pelo corto no llegando a estilo chico pero casi. Lo que me encanta de ella es que es muy sincera y cariñosa, además de mi confidente y consejera.

Verónica es la alocada y divertida, nunca nos deja estar tristes y sin ella no se lo que haría porque hace que cada día no sea para nada aburrido. Ella es rubia, delgada y de ojos verdes, parece una súper modelo de pasarela. Mide 1,80m y usa una talla 38.

Nos conocimos cuando entramos por primera vez al instituto, íbamos a la misma clase. Al principio Verónica no me gustaba para nada, me parecía una creída insoportable, todo el tiempo rodeada de chicos que querían su número de teléfono. Finalmente cambie de opinión cuando me libro de una buena porque se había enterado de que los chicos pretendían echar pegamento a la silla del profesor al día siguiente y nos espero a mi y a Elena en la entrada y no nos permitió entrar al instituto, no creas que no intente entrar pero es que ella me hizo una llave y no podía moverme, mientras que a Elena simplemente la amenazó con golpearla si entraba, y es que ella detesta las peleas. Todavía no sé porque lo hizo pero desde entonces no hemos dejado de ser amigas.

Cuando termino el recreo tuve arte con la maestra Rosario González, la cual es una mujer gorda de unos cincuenta años y simpática con quien quiere, que no tiene ni un pelo de tonta porque es calva pero que explica detalladamente su materia, os preguntareis como losé, pues bien, un día que pasaba por delante de los baños de los profesores la vi peinando su peluca tranquilamente creyendo no ser vista, pero sabiendo que a de ser por alguna enfermedad o por cualquier otro motivo, no me hace ninguna gracia, por eso hasta la fecha nadie ha sabido por mi de su calvicie por muy despreciable que sea ella. Luego tuve francés con la profesora Jacqueline Florit, una mujer que de vez en cuando se le escapa algún pequeño escupitajo al hablar. Mi última clase fue música,me encanta la musica, pero no la ópera porque es tan aburrida que me entran ganas de dormirme cosa que la profesora nos dice que si te entra sueño es porque la música te esta relajando, ¡si ella lo dice! Luego recogí rápidamente mis cosas y salí volando por la puerta. Ya que me toca a mi hacer la comida para mi hermana mayor y para mi, pues mis padres no llegan hasta las 18:00 de la tarde. Me preguntareis porque llegan al mismo tiempo, pues porque ambos trabajan en la misma empresa, allí es donde se conocieron y se enamoraron, fue amor a primera vista, según me contó mi madre.

Voy caminando a prisa , sorteando a toda la gente que me impide el paso y atajo como siempre por el parque a paso rápido, a esa hora no hay personas por allí, diréis que estoy loca por ello, pero siendo la hora que es y que tengo que encargarme de hacer la comida, busco llegar lo más temprano posible. Mi estómago ruge pidiendo comida, es como tener un león dentro de ti, y en serio es vergonzoso que alguien lo escuche.









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⏰ Última actualización: Oct 20, 2021 ⏰

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