En la distancia, mientras se alzaban los estandartes de guerra, una sombra solitaria se movía entre las filas de soldados. Era Kazuha, su mirada fija en Scaramouche. El tiempo se había agotado, y ahora solo quedaba una cosa por hacer: pelear hasta el final. La batalla en Sumeru estaba en su apogeo, y el ambiente era denso con la anticipación y el miedo de los combatientes. Kazuha, con su espada desenvainada, avanzaba con cautela, su corazón latiendo con una mezcla de esperanza y desesperación.
──Scaramouche...──murmuró Kazuha para sí mismo, sus ojos buscando desesperadamente entre la multitud. La figura del guerrero se alzaba majestuosa, pero su rostro reflejaba una tristeza profunda. Sabía que este podría ser su último encuentro, y estaba decidido a salvar a su compañero a cualquier costo.
El cielo de Fontaine se teñía de un gris plomizo mientras la bulliciosa ciudad seguía su curso. En un rincón más apartado, Kazuha y Arlecchino intercambiaban informes, completamente ajenos a la creciente gravedad de la situación en Sumeru. La atmósfera, cargada de tensión, era casi palpable mientras los dos miembros de los Fatui discutían los detalles de su misión con una precisión meticulosa.
──Así que ese fue tu motivo para aceptar esta misión sin queja alguna──comentó Kazuha con una gracia calculada. Su voz era suave, pero cada palabra llevaba un peso de conocimiento y astucia.──Bueno, sea como sea, conseguiste la gnosis Hydro sin ningún tipo de problema. Bien hecho.
Arlecchino, con su semblante serio y su mirada penetrante, respondió sin rodeos.──No necesito tus cumplidos, que no se te olvide quién soy.
Kazuha sonrió con una frialdad que igualaba a la de Arlecchino.──Lo mismo para ti, La Sotta.
Ambos se mantuvieron la mirada, ambas frías y calculadoras. La tensión entre ellos era casi tangible, como un filo de navaja listo para cortar el aire. Freminett, observando la situación, intervino con una ligera vergüenza, tratando de disipar la atmósfera opresiva.
──Madre, estamos llamando la atención──dijo, su voz temblando ligeramente.
En un acuerdo silencioso, Arlecchino le dio la gnosis a Kazuha. La gnosis brillaba con una luz hipnótica, un recordatorio silencioso del poder que contenía. Sin perder tiempo, ambos comenzaron su marcha hacia el puerto. Debían regresar a Snezhnaya, donde el próximo capítulo de su misión los esperaba.
El camino al puerto estaba lleno de sombras y susurros. Cada paso que daban resonaba en el silencio inquietante de la noche, y una sensación de urgencia colgaba en el aire. Sin embargo, antes de que pudieran continuar con su camino, una figura familiar emergió de la penumbra. Era Aether, con una expresión decidida y los ojos llenos de preguntas sin respuesta.
──Kazuha, Arlecchino──llamó Aether, su voz resonando con una mezcla de desafío y desesperación.──Necesito respuestas. No pienso dejarlos ir sin saber qué está pasando.
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FATUI's ||Kazuscara||
Fanfiction"La gente puede cambiar, pero los recuerdos no." ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ Porque nadie sabía más de él que el número seis, y nadie sabía del número seis hasta que el cero llegó. ─Te odio tanto, idiota. ─Yo quiero permanecer a tu lado, Kunik...