—¡Me gustas, sal conmigo!
Fue simple y conciso, unas palabras sin mucho ni poco que dar, es así como fue.
Entonces, Tord estaba ahí, parado, frente a Tom, antes de que esté pudiese entrar a su habitación, ni siquiera era tan tarde, por decirse era medio día, Tom había salido hace poco por algunos aperitivos puesto que tenía hambre y Edd no se encontraba en casa y Matt estaba algo flojo ese día.
Tom lo tomo como un fastidio, por qué no le gustaba estar cerca del noruego, lo consideraba un dolor en el trasero junto a esa sonrisa tranquila de come-mierda.
Pero para Tord.
Esto fue una oportunidad.
Cuando Tom regreso, lo primero que noto es la bienvenida de Tord, no verbalmente, si no con la mirada, tenía las cejas rectas y lo miraba como un depredador acechando a su presa, siguiéndolo con la mirada, incluso lo vio entreabrir la boca y callarse al instante.
Nunca había visto tan nervioso al cuernudo.
Salvó aquella vez que llegaron las vecinas Kim y Katya.
Incluso, lo siguió y el inglés fijo ahí que el noruego tenia algo contra el, y justo cuando llego a la perilla de su habitación se giro a ver al cuernudo de sudadera roja.
Tom en ese momento tenía el cuerpo algo ciertamente en dirección al nórdico, con una mano en la perilla y la otra en el bolsillo central de su sudadera, enarco las cejas hacia abajo en molestia y entrecerro sus cuencas, sin olvidar esa linea torcida por boca.
—¿Que quieres?, ¿Por qué me sigues? —Tom no fue amable, directamente le tiró un tono ciertamente irritado, echo un reojo a Tord, desde arriba a abajo.
Tenía las piernas algo abiertas, estaba jugando con los cordones de su sudadera roja jalandolos y deshaciendolos, continuo con esa expresión de cejas rectas y ojos abiertos mientras apretaba sus mejillas, haciendo que sus ojos se entrecerraran desde abajo.
Y vaya.
Quizás noto algo destellante brillar en los ojos plata de Tord, unas pequeñas chispas blancas como si quisiera llorar.
¿Ahora que?
Bueno, Tom se asusto en cuanto escucho al extranjero gritar con un casi mal inglés hablado.
—¡Me gustas, sal conmigo!
Tom casi se atraganta con su propia respiración, abrió los ojos tan grande y parpadeo mientras entreabria la boca sorprendido...
¡Pfff...!
—¡Ahhh!, ¡Ahí si que me tomaste desprevenido!, ¿Ehhh? —Tom frunció el ceño aún si estaba sonriendo levemente, nervioso con leves gotas de sudor en el rostro.— Admito que eso sí me dió mucha gracia, ¿No eres tan malo sabes?
Tord parpadeo y Tom noto una extraña expresión en el noruego, enarcando levemente las cejas hacia arriba con pena y apretando la mandíbula, quizás se enojo un poco.
—¡No estoy bromeando!
—Por favor, no tienes que ser tan apegado, le quitas el chiste.
—¡NO ES UNA BROMA! —Volvio a gritar, está vez se vio el enojo en el rostro del noruego, apretó los dientes mientras sus cuernos parecían decaer levemente como una especie de orejas perrunas.— ¡No busco hacerte reír ahora mismo, solo quiero decirte cómo me siento!, ¡Me gustas Tom, me gustas!Ah.
Esto...
Esto no puede ser...
Demonios, que chiste de mierda...
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¡Te Odio Pero No Te Vayas!
Short StoryTom odia a Tord, pero lo que no conoce Tom es que Tord está profundamente enamorado de el, así que con mucho disgusto llega a rechazarlo en cuanto se le declara, Tom pudo haber estado tranquilo con todo eso. Pero entonces debía admitir que le moles...