El campo de batalla resonaba con el estruendo de la guerra mientras Kazuha se preparaba para enfrentarse a los Fatui que se acercaban. Su katana brillaba bajo el sol implacable de Sumeru, reflejando la determinación y el dolor que albergaba en su corazón. Detrás de él, Scaramouche, Aether y Nahida observaban con angustia y esperanza, cada uno con sus propios temores y anhelos.
Kazuha se movió con gracia y agilidad, enfrentando a los soldados Fatui con una habilidad marcial que dejaba sin aliento a quienes lo observaban. Cada golpe de su katana era preciso y mortal, desviando los ataques y encontrando huecos en la defensa enemiga. A su alrededor, el caos reinaba, pero él estaba centrado en un solo objetivo: proteger a aquellos que amaba y enfrentar su destino con valentía.
Scaramouche, aún abrumado por la intensidad del momento y las emociones encontradas, observaba a Kazuha con admiración y dolor. Su corazón anhelaba estar junto a él, luchando codo a codo como lo habían hecho tantas veces antes. Pero sabía que Kazuha había tomado esa decisión para protegerlo, para darle una oportunidad de vivir libre de los grilletes de los Fatui.
Aether, con la mirada fija en Kazuha mientras luchaba, sentía una mezcla de gratitud y preocupación. Sabía que Kazuha estaba sacrificándolo todo por el bien de Scaramouche, y se comprometió a no defraudar esa confianza. Con Nahida a su lado, ambos se prepararon para intervenir si la situación se volvía aún más peligrosa.
La batalla continuó, cada minuto pareciendo una eternidad de adrenalina y peligro. Kazuha era como una fuerza imparable, un remolino de acero y determinación que desafiaba a todos los que se atrevían a cruzarse en su camino. Los Fatui, conscientes de la amenaza que representaba, redoblaron sus esfuerzos, lanzando ataques más desesperados y coordinados.
Con el sol del atardecer pintando las callejuelas de Inazuma en tonos dorados y sombras alargadas, Kazuha caminaba con paso sereno, absorto en sus pensamientos tumultuosos. La brisa marina jugueteaba con su cabello, pero no lograba disipar la inquietud que lo acompañaba desde los confines de su mente. Cada noche, la misma secuencia se repetía sin variación. Kazuha se encontraba en medio de un campo de batalla, rodeado por el estruendo de las armas y el grito de los combatientes. La figura de cabellos índigos emergía entre la confusión, sus ojos suplicantes buscando desesperadamente a Kazuha mientras pronunciaba su nombre con angustia. Lágrimas resbalaban por sus mejillas, pero antes de que Kazuha pudiera alcanzarlo, el sueño siempre lo arrastraba hacia la inevitable confrontación. Luchaba con fiereza, cada movimiento imbuido de una mezcla de fuerza y temor, sabiendo que su destino era sellarse en la mortandad del conflicto.
Al despertar, el eco de esos momentos aún resonaba en su ser. La figura misteriosa se desvanecía siempre antes de que Kazuha pudiera ver su rostro claramente, dejándolo con una sensación de vacío y una desesperante necesidad de comprender lo que significaban esos sueños recurrentes.
Esa tarde, mientras el sol dorado descendía lentamente hacia el horizonte, Kazuha se encontraba en las calles bulliciosas de Inazuma, pero su mente seguía anclada en ese mundo onírico que lo atormentaba. Cada paso era una búsqueda silenciosa, una espera angustiosa de algún indicio, alguna pista que pudiera arrojar luz sobre la verdad oculta detrás de sus sueños.
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FATUI's ||Kazuscara||
Fanfiction"La gente puede cambiar, pero los recuerdos no." ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ Porque nadie sabía más de él que el número seis, y nadie sabía del número seis hasta que el cero llegó. ─Te odio tanto, idiota. ─Yo quiero permanecer a tu lado, Kunik...