Un pequeño encontronazo

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Ahí estaba, en el despacho del director, con el capullo de mi nuevo compañero cuyo nombre aún no sabía. La profesora se había puesto hecha una furia y, creo que no seré su alumna favorita después de esto. Estaba sentada en una silla, esperando a que el director llegase de una reunión para que nos dijera "nuestro" castigo y poder irme a clase. ¿Por qué entre comillas? Porque está claro que si alguien salía malparado de esto, esa sería yo. Mis pensamientos desaparecieron cuando vi entrar a un hombre alto, algo canoso y arrugado, pero no muy mayor. Vestía con un traje negro muy elegante junto con una corbata de color rojo vino. Evidentemente, era el director.

Me preparé, tomé aire para estar preparada en el momento de defenderme por si a su apreciado hijo se le ocurría contar su versión de los hechos totalmente paralela a la realidad.
- ¿Qué has hecho, Liam?

<< ¿Liam? ¿Enserio? Un nombre bastante inglés para ser de Madrid, ¿no? >>

- No he hecho nada papá. Ha sido la nueva, no entiendo como dejáis entrar a este tipo de gente aquí

<< ¿Perdón? ¿Había oído bien? ¡Pero quién se cree que es! >>

- Perdona a mi hijo, a veces no controla lo que hace - Me dijo su padre, dirigiéndose a mi. Algo que me pilló totalmente por sorpresa.

Lo prometo, no soy violenta, me sale esa faceta solo si me dan un motivo para serlo. Y en este caso, Liam era el motivo.

- Quiero que Margot me cuente su versión de los hechos. Después lo hará Liam, ¿de acuerdo?

Nos llevó 20 minutos contar con pelos y señales todo lo que había pasado, pero el director fue comprensivo y lo dejó todo en un pequeño encontronazo, para mi suerte. Finalmente volvimos a clase y al entrar, fui el centro de atención de todo el mundo. Algunos me miraban, aparentemente satisfechos, como si hubiera derrotado al villano de alguna película o algo por el estilo. Otros, me miraban con cara de asco, como si me estuvieran maldiciendo por haber desafiado a su rey.

Me senté en el único asiento libre entre dientes, ya que no me gustaba aquella situación.

Llegó la hora del descanso y salí con Yasmin y sus amigas, Olivia y Kayla, para una vuelta por el lugar. Me enseñaron las duchas, el gimnasio y la piscina (al perecer, también tendríamos clases de natación).

- Tía, te has lucido antes con Liam - Me dijo Yasmin - Pero ha sido divertido.

- ¿No te han regañado? - Preguntó Kayla.

Era la primera vez que hablaba directamente con ella, y su voz me pareció dulce y suave, pero muy diferente a la de Yasmin

- No, el director ha dicho que no tiene importancia.

Parecía que les estaba contando una historia de terror, porque se quedaron perplejas y se miraron entre ellas.

- ¿Qué pasa? ¿He dicho algo malo?

- No, solo que nos ha sorprendido. El director no es lo que se dice una persona amable... - Comentó Olivia

Me extrañó mucho que dijeran eso, ¿qué razón podría tener el director para ser amable únicamente conmigo?

Si has llegado hasta aquí, ¡gracias! Espero que os esté gustando la historia tanto como a mí. No olvidéis votar y dejarme vuestra opinión en los comentarios, ¡un beso!

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