.-" Feliz cumpleaños, espero que pases un día especial. Que Dios y la virgen te bendigan y te acompañen en tu día. Mamá te envía sus saludos y su bendición.".-
.-"Gracias, también le mandas mis saludos.".- Respondí sin más. Ver su mensaje me dolía, sabía que no debía darle importancia pero era inevitable. El transcurso del día lo sentí tan pasajero desde ese instante, ese mansaje había dañado la poca cordura que había logrado reparar hasta el momento. Es increíble como algo tan insignificante como un mensaje de felicitaciones puede llegar dañar tanto. El día paso lleno de sorpresas y sonrisas falsas. Hubieron momentos del día que no sabia si era real, me sentía tan ajena a mi misma.
Ahora que ya han pasado 7 meses de la ruptura, apenas me siento que vuelvo a tener un poco de vida... esta montaña rusa de emociones y pensamientos no han sido fáciles de controlar y más cuando aún estás descubriendo tu propia personalidad. Desde niña siempre trate de imitar conductas que en el momento los demás veían bien, no siempre fui un pan de Dios... jamás lo seré realmente.
Mi niñez no fue algo de rosas, ni puedo decir que fue la mejor de todas. En parte porque mi madre en lo poco y vagamente que recuerdo fue una mujer de poca paciencia diría yo... (no crean lo que digo, solo tengo fragmentos de mi niñez que hasta este punto de mi existencia no se si son reales o son solo sueños que aun recuerdo) pero tenia un corazón muy grande, era bondadosa y servicial.... Era de esas personas que sabias que podías contar con ella incondicionalmente. Yo de niña no era fácil, mi lógica en ese momento era baja para no decir nula. Siempre me metía en problemas, era conocida en el colegio como la niña rara y de la que la gente se alejaba por miedo a su forma de ser.
Mi niñez se vio afectada de gran manera cuando mi madre cada día que pasaba se deterioraba mas y mas, el cáncer había regresado y de la manera mas bestial que se podrían imaginar. mi yo de niña no podía asimilar que había la posibilidad de que ella ya no estuviera a mi lado... no sabia la gravedad en la que estaba y que cada día que pasaba era un día menos con ella. Hay cargas que aun llevo de esa época, son emociones intento sobrellevar en cierto sentido.
Su muerte fue un punto de mi vida que no supe procesar en el momento, aun recuerdo ese contraste de los familiares llorando desconsoladamente mientras yo aun (diría yo) pasaba un estado de shock en el cual no tenia reacción alguna. Aun recuerdo a mis abuelos, tíos, familiares en general tristes mientras yo me preocupaba por estupideces que en el momento no lo veía tan estúpido.
Al pasar el tiempo me empecé a dar cuenta de que no era nadie, no sabia quien era, ni para donde iba. La religión por un momento se convirtió en una rutina que con el tiempo me pareció reconfortante hasta que pasaron situaciones que me hicieron dudar de esa manera de vida que mis abuelos y mis padres me implantaron. La muerte de mi mamá, el matrimonio forzado de mi padre a las pocas semanas del fallecimiento de mi madre, los años de convivencia con la nueva esposa, el hecho de irme de lo que era mi casa, de pasar de llamarlo "mi casa" a "la casa de mi papa", Vivir y dedicar por 3 años y medio mi vida a cambiarme por completo para encajar con las personas que me "habían salvado" en un momento crucial . Fueron situaciones que poco a poco formaron la persona dañada y quebrada que soy ahora.
.-"¿Que te parece si el viernes vamos a cenar?".- Me pregunta Alejandra con intenciones de subirme el animo.
.-"Bueno, me parece bien".- Le respondo
.- "Okey, haz una lista de personas que quieras invitar y hacemos un mensaje para ir a comer pizza en Cinema".- me propone
.-" Bueno, esta bien".- después de anotar a las pocas personas que se me habían pasado por la cabeza, leí esa lista muy detenidamente, esa lista no pasaba de 10 personas. Cuando estaba por la persona numero 3 se me paso por la cabeza de el "Alejandro Oliva"... no tardo ni un minuto en aparecer el nudo en la garganta, se sentía raro pasar un cumpleaños sin el.
Los cumpleaños no eran nada especiales desde un comienzo, todo era muy hogareño y muy intimo. En el día todo era especial, la atención de el y su mamá eran de otro planeta.. pero cuando llegaba la noche y la salida con Alejandra (que no podía faltar) era cuando todo se caía del pedestal que se había formado. Empezaban las excusas, los peros y las ilusiones vagas de que saliéramos como una pareja normal... sin su madre. Las excusas de cada año se iban transformando sobre si mismas, comenzando con "cuando tenga un carro y suficiente dinero salimos a donde tu quieras" hasta el punto de "no tengo dinero y no me gusta manejar de noche"... irónico cierto?
Llego el día de la cena.. todo transcurrió normal, mientras me vestía sabia que no podía dar a notar mi estado de animo... mi verdadero estado de animo. No estaba cómoda con mi cuerpo... no me gustaba como me veía, estaba gorda, hinchada, con ojeras, tenia la piel seca, el pelo destruido y los ojos tristes... pero la presión de Alejandra de vestirse y salir fue lo que impulso a obviar esos detalles. La cena estuvo bien y nos tomamos fotos de recuerdo. la conversación intentaba ser amena sin tocar el tema de Alejandro.
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Cosas de los 23
Short StoryLas cosas nunca salen como queremos... siempre hay eventualidades que nos dan un giro a la historia. Unos dicen que la vida es linda, con muchas cosas buenas pero que sus cosas malas son las que hay que evitar y tomar decisiones que las mantengan le...