De mi para ti

4 2 1
                                    

Nunca creí que llegaría este momento, viéndote casado con el amor de tu vida, todavía recuerdo el momento en el que me enteré de mi embarazo, creía que estaba hinchada, pero resulto que eras tú un pequeño feto, en el resto del transcurso antes de que llegaras a este mundo me diste de dolores hasta vómitos, y uno que otra patada que te lleno de vida.

Cuando naciste me sentí tan emocionada y feliz, parecías un camaroncito tan rojito y arrugadito, hacías que mi corazón diera brincos, tenía que sostenerte con mucho cuidado para que tu cabeza no cayera. Te veías tan lindo gateando, ¿te acuerdas cuando me llamaste por primera vez mamá?, cuando comenzaste a caminar creí haberte perdido por solo te habías movido del lugar.

Recuerdo todavía lo mucho que lloré en tu primer día de preescolar, tú no soltaste una sola lágrima y yo estaba hecha un mar de ellas, sentí que te perdía al verte alejarte de mí, te me acercaste y me consolaste con un montón de besos y abrazos que aún llevo tatuados en el alma.

Morí de risa el primer día que llegaste con una nota a firmar por la falta de una tarea tenías tanta vergüenza que no volviste a errar en una entrega, ese día aprendiste que todo tiene una consecuencia, pero los errores se arreglan. Amaba los berrinches que hacías para no acostarte a dormir porque temías lo que encontrarías debajo de la cama, igual siempre te demostraba que nunca hubo nada.

Creciste tan rápido en esos años que los espacios entre cada línea que marcábamos en la pared se volvían más y más grandes, todo de ti cambió rápidamente, perdóname por no saber explicar cómo iba a cambiar tu cuerpo, sé que necesitabas de un padre que nunca estuvo ahí, aunque siempre trataste de mostrarte fuerte para mí.

Fue tan raro cuando noté tu barba y tu bigote, tu voz se volvía cada vez más grave, ya no eras el pequeño niño que tanto cuidé.

Qué orgullo sentí cuando tuviste confianza para contarme sobre tu primer amor, te juro que no mentía cuando te dije que no me importaba que no fueras como los demás, al contrario, te hacía todavía más especial, estuve ahí para tus muchos desamores.

Cuando me lo presentaste a él, te juro que pude ver el hilo rojo que los conectaba, sabía que estarían juntos el resto de sus vidas, y aunque los demás hablaren yo siempre los apoyaré en donde sea que este. En esta y en el resto de mi vida siempre te querré.

Nunca me olvides, siempre estaré a tu lado.

Te quiere, Olivia.

DE MAMÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora