DESEO NUPCIAL PARTE 2

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ADVERTENCIA: Contenido +18

—Trav... ¿Qué haces? — se sorprendió al sentir su mano.

Él se limitó a sonreír, con la mano que tenía visible tomó la cara de su esposa para besarla, nadie sabía lo que estaba pasando debajo de la mesa y esperaba poder seguir sin que alguien se diera cuenta.

—Travis— ella volvió a decir, su lado decente necesitaba pararlo, pero su lado caliente era igual que él, no podían tener las manos quietas, ella debía mantener la compostura, era una boda y había gente por todos lados.

—¿Sí? — se acercó a su oído y le dijo con esa voz seductora que la volvía loca, enronquecida al calor de la situación.

Taylor podría decirle que sí a todo, si no fuese porque medio mundo los podría ver, apenas habían roto la larga abstinencia sexual la noche anterior y era lógico que eso no les bastó, necesitaban más. —Trav, por favor— llevó la mano a su abdomen tratando de disimular.

—¿Quieres ir a bailar?, ¿O prefieres que siga con esto? — él la besó.

—Será mejor que lo primero, antes de que algo dentro de mi vestido suceda— en automático cerró sus piernas.

—¿Te das cuenta de que eso me va a poner peor? — Kelce se le quedó mirando.

—Espero que no, porque todos podrían ver lo que pasa dentro de tu pantalón, ya Travis Michael—

—Ok, usaste el segundo nombre, esto es serio— rio sacando la mano del vestido de su esposa. —¿Estás de acuerdo con que al menos pueda besarte? — bromeó.

—Nunca te diría que no— tomó su cara y lo besó.


Los dos se pusieron de pie para ir a bailar, si se quedaban todavía sentados en la mesa tal vez pensarían que estaba pasando algo raro, aunque esperaban que no, algunas personas se les acercaban para entablar conversación con ellos, después de todo, era Taylor Swift quien se encontraba en una boda, la estrella del momento rara vez iba a pasar desapercibida.

—¿Está bien si le hago una corta llamada a Selena? — la rubia estaba pensando en sus hijos.

—Sí— rio. —No es como que debas pedirme permiso, nena—

—Ok, voy al baño y regreso—

Ella no había tocado su celular tanto, le daba un poco de pena ver si le llegaban mensajes del evento de caridad caótico de ayer, entró al baño, llamando a su amiga, todavía le daba vergüenza preguntarle a Donna por sus hijos, le daba miedo que pensara que era una madre demasiado apegada, pero tampoco quería que la tomaran como una irresponsable, genuinamente pensaba en ellos, no podía estar tanto tiempo separada o quería al menos saber cómo estaban para estar tranquila.

Su amiga respondió.

—Tay, ¿Te pasó algo? — Selena estaba extrañada de que le llamara.

—No, tan solo quería saber cómo están mis bebés—

—Se encuentran bien, tranquila—

—¿No están teniendo problemas con ellos? —

—Taylor— rio. —Para nada, disfruta de la fiesta, y no lleguen temprano, porque estoy segura de que anoche les arruiné su plan sexual—

—¡Selena! —

—¿Acaso crees que no sabía que hacían abajo? — dijo riendo. —Donna vio el desastre del estudio, por supuesto que no fueron los gatos—

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora