Cinco y media de la madrugada; a lo lejos lograba divisar cada vez de forma más nítida la alarma de mi celular y en mi mente mi único y mayor deseo era que aquel ruido infernal fuera parte del maravilloso sueño que estaba teniendo. Una parte de mi cerebro al parecer deseaba aquello con todas sus fuerzas pues no me moví de allí, continuando mi plácido descanso. Sin embargo, fue cuando entré en pánico al percatarme que me encontraba durmiendo más de lo que acostumbraba por lo que me levanté de allí de un salto, ignorando mi respiración agitada por miedo al haber despertado en un horario en el cual mi jefe no dudaría dos veces en despedirme si se enterase.
— ¡Mierda, llegaré tarde! —Me limité a decir mandando al diablo aquella brillante pantalla que segundos antes alumbraba mi rostro, creyendo que realmente tendría alguna oportunidad de llegar a horario en primer lugar.
No cuando mi celular marcaban las ocho de la mañana y mi horario laboral había comenzado hacía ya quince minutos.
Corría por mi amplio apartamento recogiendo las herramientas de trabajo necesarias para mi jornada mientras intentaba vestirme con lo primero que hallaba en mis idas y venidas, tropezando con mis propias prendas en el trayecto.
— Trípode, filtro, tarjeta de memoria... —Enumeraba en voz alta mientras depositaba poco a poco lo que iba recogiendo en mi cama desordenada.— El parasol lo dejé en el estudio... ¿Cuál era mi sesión de hoy? ¡Ah, da igual, llevaré el lente fijo y el gran angular!
Rápidamente tomé mi bolso especializado para mi equipo, haciendo mi mayor esfuerzo porque todo entrara sin la necesidad de esforzarme mucho en acomodar cada una de las herramientas, simplemente dejé caer todo en los espacios vacíos que mis ojos divisaban.
Mis ligeros trotes me hicieron llegar hasta el baño para comenzar a prepararme y dejarme, al menos, a un nivel presentable. Debía lucir medianamente acorde para los clientes que tendría durante el día y puesto que realmente no tenía ningún recuerdo de quiénes estaban en mi agenda de hoy creía que lo mejor que podría hacer era verme lo más formal posible. Dientes limpios, prendas limpias y arregladas, cabello ordenado... lo mínimo para mi día a día.
Caminando a un paso medianamente apresurado tomé mi bolso para cruzarlo por encima de mi hombro y, mientras daba un último vistazo rápido a todo mi hogar, salí de allí rápidamente.
Bajando por las escaleras de dos en dos para no perder más tiempo, y saludando amablemente a unos vecinos los cuales se encontraban charlando en la entrada de mi edificio, comencé a caminar hasta el trabajo. Suspiré mientras una brisa ligeramente invernal golpeaba mi rostro y notaba como mis piernas comenzaban a hormiguear debido a bajar tantos pisos y no detener mi paso ni un poco.
Ese estado físico Hongjoong... tienes 27 años.
Intenté reír ante mis propios pensamientos hasta que sentí mi celular vibrando en uno de mis bolsillos del pantalón. Como pude y sin detenerme acepté la llamada, colocando el dispositivo cerca de mi oído.
— ¿Ho-
— ¡¿Dónde rayos estás?! ¡Son casi las ocho y media de la mañana, Hongjoong! ¡¿Quieres que Seonghwa me mate a mi y luego vaya a por ti? —Levanté levemente mis cejas al recibir varios gritos por parte de mi compañero de trabajo, los cuales esperaba pero al menos no tan temprano.
— Buen día para ti también, Wooyoung. —No pude evitar reír levemente al prácticamente escucharlo gruñir, adoraba molestarlo.— Estoy cerca, no te preocupes. —Comenté restándole importancia a su advertencia mientras acomodaba un poco mi bolso el cual con el rápido caminar se comenzaba a resbalar de mi hombro— Repíteme el itinerario de hoy, quiero ver si traje los lentes que necesito.
ESTÁS LEYENDO
𝗔 𝗪𝗔𝗟𝗞𝗘𝗥.
FanfictionEl desorganizado día a día del gran fotógrafo Kim Hongjoong se ve completamente afectado, y a su vez beneficiado, por un joven desconocido que divisó de casualidad por la calle. No sabe su nombre, tampoco de qué trabaja. No, tampoco tuvo oportunidad...