Las horas pasaban lentamente en el Thousand Sunny.
Todos estaban terriblemente preocupados por el estado de Sanji, Chopper en su momento dijo que con suerte tendrían tres días... ahora comenzaba a dudar que llegase a dos.
Se turnaban para no dejarlo solo, le hablaban, le contaban tonterías, le contaban lo necesario que era en la tripulación, que debía encontrar ese mar del que tanto hablaba y anhelaba hallar para prepararles deliciosos platos.
Incluso Luffy, pensando que sería eficaz, le levantó el bikini a Nami para mostrarle sus pechos, se ganó una tremenda paliza por parte de la navegante, y ni con esas consiguieron reacción alguna, Sanji seguía dormido profundamente.
Robin seguía buscando en los libros algo que pudiese ser útil, aunque fuese ralentizar los efectos del veneno para darle tiempo a Chopper y encontrar un antídoto, él también hizo todo lo que pudo, hizo transfusiones de sangre que tenía de reserva y las acabó todas, pensando que si la drenaba podría funcionar, al ver que no era así, decidió centrarse en probar remedios con el veneno propio de la serpiente.
Zoro era el que más nervioso estaba con todo aquello, a simple vista parecía como siempre, sentado y con los ojos cerrados, la diferencia es que no lo hacía en la cubierta, sino al lado de la puerta de la enfermería, como si así pudiese vigilar a Sanji, si había algún cambio. No importaba quien fuese, ni siquiera reaccionaba a Nami o a Robin.
La noche pasó, Luffy se quedó al lado de Sanji durmiendo en la silla, Chopper seguía en el taller de Usopp que le había cedido para poder experimentar, de tanto en tanto, volvía a la enfermería para sacar alguna muestra de sangre para ver el avance del veneno. Robin, Nami, Usopp, Franky y Brook estaban encerrados en la biblioteca donde el amanecer les pilló a más de uno dormido, cansados de tanto leer.
El espadachín abrió los ojos y se levantó de su sitio para entrar a la enfermería, decidido a actuar por su cuenta. Cuando ofreció su plan a Chopper se negó en rotundo de inmediato, intentar sumergirse de nuevo en el sueño de Sanji era muy peligroso y no iba a dejarle hacerlo, podía quedarse atrapado allí o en uno nuevo y propio.
Le prometió no intentarlo e iba a ser la primera promesa que iba a romper en su vida.
Cerró la puerta en silencio para no despertar a Luffy, su sombrero de paja cubría sus ojos y respiraba relajadamente confirmándole que estaba dormido. Zoro rodeó la cama para ponerse al otro lado y sacó de su haramaki un pequeño frasco que contenía el veneno de la serpiente, consiguió una muestra en una de las visitas que Chopper hizo en la enfermería y él fue al taller de Usopp a cogerla a escondidas.
Miró de nuevo a su capitán que seguía quieto en la silla y se disculpó en silencio antes de desenvainar a Wado y posar el filo de su katana en la pálida carne de Sanji a la altura del antebrazo, jamás se atrevería a dañar sus manos. La sangre brotó lentamente y creó un camino que Zoro se encargó de recoger en el frasco para mezclarlo con el veneno.
Miró detenidamente el contenido y no dudó en ingerirlo todo de un trago, al igual que pasó la otra vez el efecto no fue inmediato hasta que un retortijón le hizo caer de rodillas y apoyó su cabeza en el colchón viendo por último, una de esas manos que tanto le gustaban.
-.-
Apareció en el Baratie, reconocería ese lugar con facilidad, las mesas estaban llenas de gente sin rostro salvo la mesa del fondo donde vio a Nami rodeada de tipos con pelos de diferentes colores y cejas rizadas como las de Sanji en diferente dirección. Él no fue a Whole Cake Island, pero Chopper le contó todo respecto a la familia del cocinero y supo de inmediato que se trataba de ellos, no le habló sobre la otra mujer que había entre ellos.
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El cocinero que lo tenía todo
FanficLa vida es perfecta para Sanji, una preciosa novia, unos amigos increíbles, una familia encantadora. Todo es perfecto. ¿Quizás demasiado?