-Os juro que como seáis de esos idiotas...
-Tranquila. - trató de calmarla Johnny. - Sí somos Buscadores, pero estamos aquí por otro motivo.
Doyoung se guardó el sobresalto como pudo. Si estaban ahí para averiguar sobre la rebelión, ¿por qué le iba a mentir? No tenía pinta de ser una mujer que aguantase las mentiras.
-¿Y cuál es ese motivo si se puede saber? Porque necesito volver rápido con las vacas. - dijo la joven arqueando una ceja mientras zarandeaba un cántaro en el aire en señal de advertencia.
-¿Qué sabe sobre los Nakamoto?
-¿Por qué no se lo preguntas a ellos? Viven a unos kilómetros de aquí.
-¿Cómo iba a preguntarle sobre trabajos ilícitos a quién sospecho que los está realizando?
La cara de confusión de la muchacha reflejó la cruda realidad. No habían visto escuelas de camino al pueblo, y tenían conocimiento de que solo había una en todo O-1026.
-¿Qué trabajos?
Johnny carraspeó y cambió de táctica.
-Hemos oído que los Nakamoto y los Kenji pueden estar relacionados. Si es así, habrías sido juzgada sin pruebas y los Buscadores que te hicieron todo aquello pagarán por ello.
-¿Cómo sé que no tratas de engatusarme para confiar en vosotros y que me matéis? - su voz reflejaba hastío.
-Porque el hijo de los Nakamoto es nuestro compañero. - confesó Olivia.
Lillith la miró de arriba a abajo y se paró a pensar durante unos segundos.
-¿Estás con ellos? ¿Por qué? - escupió.
-Porque son buenos hombres. Llevamos mucho tiempo trabajando juntos y confío en ellos. Se preocupan de verdad por el pueblo, incluso hemos dejado a algún herido en combate atrás para poder venir a ayudaros.
-¿Sois los salvadores del pueblo que destruís? ¡Ja!¡Qué gracioso!
-Dame una oportunidad, solo queremos hablar y nada más.
-Está bien. - cedió. - Pero ven tú sola. No quiero a ninguno de ellos cerca. A la mínima, avisaré a los perros y ellos sabrán qué hacer.
Y así fue. Olivia y Lillith pasaron al edificio de madera mientras los demás vigilaban. La charla duró horas, y tras convencerla, la joven aldeana permitió a los chicos ayudarla con los animales.
-Echaba de menos esto. - sonrió Jungwoo. - Desde que me fui de casa, no he vuelto a pisar un establo.
-Es cierto, vivías en una granja, ¿no? - cuestionó Doyoung.
-¿Cómo es que acabaste con ellos? - preguntó también Lillith, aún asqueada por su presencia, pero curiosa.
-Era una granja-orfanato. Los niños que no tenían padres venían a vivir con nosotros. - sonrió de nuevo. - Fue mi abuelo quién inició todo aquello y salvaron a muchos niños sin hogar. Crecíamos todos como hermanos y mamá siempre decía que debíamos cuidar los unos de los otros porque éramos familia, aun si la sangre de nuestras venas o nuestro color de piel eran diferentes, porque todos éramos hijos de la Madre Tierra.
-¿No erais religiosos? - esta vez era el turno de Minjoon.
-Es raro que las colonias del este como la nuestra, o incluso las del norte, sean creyentes de Dios. En nuestro caso, quien nos da de comer es el campo, así que preferimos ensalzarla a ella que a alguien invisible en el cielo que trae promesas que no sabemos si cumplirá. Aunque sé que tú si crees, Doyoung, no quiero ofenderte.
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Vida
FanfictionFANFICTION - NCT Post-apocalipsis. En un mundo que sufre las consecuencias de su rebelión contra lo inevitable de su creación, la humanidad debe buscar la manera de sobrevivir y adaptarse a las circunstancias. ¿Cuál es el valor de una vida? ¿Quién...