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Matías.

Estaba siendo un día largo de rodaje y habíamos comenzado con la bajada de peso, no me costaba mucho bajar de peso, pero sí me costaba no querer comerme una hamburguesa.

— Mati.

— ¿Qué pasa Kuku?

— Vino Male, te está esperando en tu camerino.

— Dile que ya voy — dije dando un suspiro largo.

Malena era una buena pareja, era divertida, agradable y estuvo conmigo cuando mi padre falleció, parte de mí se odiaba porque ya no era el hombre que ella quería que fuera y podía ver en sus ojos como esperaba que en algún momento regresaba, pero yo no pensaba que fuera a volver.

Desde hace tiempo que ya no teníamos conversación, nuestros días juntos eran meramente carnales y a veces ya ni eso me bastaba. Yo no era tonto, sabía que cuando propuso tener una relación abierta era para estar con diferentes tíos que le dieran lo que yo no podía, pero aún así no me dejaba ni yo a ella.

Me estaba poniendo la ropa de vuelta esperando a que nadie notará nada y Malena hacía lo mismo.

— Male, yo creo que...

— Tengo que irme.

— Pero si acabas de llegar.

— Lo sé Mati, pero tengo un casting y luego voy a comer con Lu, estaré pocos días en España así que tengo que aprovechar. Sólo quería saludarte — Me dió un beso rápido en los labios y abrió la puerta — Te amo.

Cerro antes de que que pudiera responder, aunque sentí cierto alivió porque no sabía si podría responder.

Salí para poder fumar un cigarro, Kuku me dijo que aún estaban filmando las escenas con Enzo y que no sabían cuánto tardarían, así que me relajé.

Pude visualizar a Romi sentada en un columpio que servía para acomodar la escenografía, tenía audífonos y un libro mientras se mecía como si no le tuviera miedo a la muerte inminente debajo de ella.

A veces sentía que el acercarme a ella era una mala idea, pero era como si tuviera un imán pegado en el pecho que me jalaba en la dirección en la que ella estuviera.

— ¿Sabes que te puedes matar si caes? — le grité desde abajo y ella se bajó los audífonos.

— ¿Y?, ¿Te da rabia que no lo puedas hacerlo por tu cuenta?

— Venga, baja ya.

— Mejor sube, ¿O te da miedo?

Maldita sea.

Subí las escaleras y pisé inseguro la tabla que literalmente estaba sujeta por 4 cuerdas, había visto subir a 2 o 3 personas de escenografía en esta cosa y ninguna había caído, pero aún así no deseaba ser la primera.

Romi tomó mi mano para que buscara equilibrio antes de sentarme.

— Vaya, lo hiciste.

— Sólo lo hice porque me muero de aburrimiento.

— Mentiroso, te ví con esa chica.

— Es mi novia.

Su rostro parecía caer al suelo, cerró el libro que tenía entre las manos y palideció.

— ¿Tanto te afectó? Te dije que si estuviera coqueteando contigo ya te hubieras dado cuenta.

Sacudió la cabeza y parecía muy confundida.

— Olvídalo, no me toca a mí decirte.

Comenzó a tomar sus cosas y parecía que tenía la intención de irse.

— La viste coqueteando con otro, ¿No es así? — Se quedó quieta, como si mis palabras la amenazaran — Tranquila.

— Lo siento.

Sonreí y moví la mano restándole importancia.

— Nuestra relación es así, no tenemos un vínculo cerrado y estoy de acuerdo en ello.

— Vaya.

— Deberías ver tu cara.

— Bueno, no es como que este acostumbrada a ver eso todos los días.

— No me digas que crees en esas pelotudeces de las almas gemelas y que estás hecho para alguien y alguien más para vos.

Esperaba una respuesta, pero ella permaneció en silencio jugando con las hojas de su libro.

— ¿En serio?

—  Escucha esto — Tomo su libro y lo abrió en una página marcada — "No sentí temor cuando el cuchillo se presionó en mi cuello, si tenía que morir por ti, lo haría. Era un destino sellado desde la primera vez que te ví".

Cerro el libro y acarició el borde con su dedo antes de mirarme nuevamente

— Cuando me planteo el estar con alguien odio el ritual de las preguntas triviales, las citas incómodas, el toparte con un tío que no quiera pagar la cuenta completa. Pero prefiero mil veces pasar el resto de mi existencia sola, a querer a alguien a medias.

— Que tonta.

Me dió un golpe en el hombro y ambos comenzamos a reír.

— No esperaba menos de un tío el cual tiene dos neuronas que se pelean entre ellas.

Enzo apareció en las escaleras — Mati Bayona te llama, es tu turno.

— Parece que tendré que privarte de ver mi rostro — dije levantándome — Y me llevaré esto, te llena la cabeza de estupideces.

— ¡Oye!

— Ponete a trabajar vaga.

Baje las escaleras junto con Enzo quien me miraba con una ceja alzada.

— ¿Qué?

— Peleas mucho con esa nena.

— Sí, en serio es fastidiosa.

— El amor es fastidioso. 

— ¿Que dices? — dije riendo

— Sólo digo que no es normal que pases tanto tiempo con alguien que consideras fastidiosa.

Nos sentamos en una mesa con Pipe y Kuku mientras comenzaban a retocarme el maquillaje.

— Enzo tiene razón, la forma obsesiva en como la miras da miedo — Dijo Kuku.

— Además de que casi matas a Blas con la mirada cuando está con ella.

— Los miro con asco, Blas es demasiado empalagoso con ella. Mira que traerle un café todos los días es demasiado.

— Pero no tendría por qué importarte tanto Gordi — dijo Frann uniéndose a la conversación.

— ¿Tú también? Me quieres decir que todos piensan que estoy liado con Romi.

— Sí — dijeron todos al mismo tiempo.

— No sean ridículos.

Me paré y fui con Bayona para que me diera instrucciones de rodaje, pero mi cabeza estaba concentrada en lo que los chicos señalaron horas antes.

En mi interior sabía perfectamente que hace tiempo mi forma de molestarla había dejado de ser por diversión y comenzó a ser para poder estar con ella.

Me quemo por ti ❤️‍🔥|| Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora