Los días van más rápido de lo que esperaba y de pronto ya han pasado dos semanas. En estos días, he llegado a dos conclusiones.
1. Hacer un casting para esta película ha sido de las mejores decisiones que he tomado en toda mí vida.
2. Me encanta ver a Juliana. Su sonrisa es contagiosa, y sus gestos te hacen querer contemplarla eternamente.
La castaña canta una de sus canciones favoritas con mucho sentimiento, se mueve de un lado a otro junto a Juani, y su cabello abundante cubre por momentos las pecas que le pintan todo el rostro como granos de arena en un desierto debajo de sus lindos ojos color miel. Tiene algunas estrellitas plateadas pegadas a los costados de sus ojos, que la hacen brillar literalmente.
Creo que nunca admire tanto la belleza de una mujer que no fuera mí madre hasta que conocí a Juliana.
—Y aquí tenemos a Rafiush, completamente entregado a una mujer que ama el color rojo, cocinar y escucha a una rubia cantar —la voz de Rocco tiene el típico tono de voz de los conductores de documentales.
Volteo a mirarlo y noto que tiene su teléfono demasiado cerca de mí cara, cuando lo miro confundido se echa a reír, toca algo en la pantalla y de pronto posa. Me estaba grabando.
—Roquito —me quejo y vuelve a reírse.
—Gordo, no podés ni disimularlo, te estás enamorando de Juli —dice y con mí mano cubro su boca para que deje de hablar.
—Decilo más fuerte que no te escucharon las vecinas chismosas que tengo en Argentina.
—Ay, tampoco sería mucha sorpresa, hasta allá en Argentina se debe notar que te encanta la mina —añade en un tono más bajito cuanto quito mí mano.
—¿De verdad se nota tanto o es por joderme?
—Gordo, te juro que se nota desde la forma en la que la miras hasta la manera en la que hablas de ella.
—Puede que sí me encante.
—Te encanta —afirma y parece que va a decir algo más, hasta que guarda silencio y entiendo el porqué al voltear.
Juli está caminando hacia nosotros. Rocco, nada disimulado, se levanta de mí cama diciendo que va a tomar agua.
—¿Estás bien, Juli? —le pregunto al notar su expresión de cansancio, sus mejillas rojas y su cabello atado en un moño alto.
—Estoy en mis días —se explica.
—¿Querés acostarte un rato? Acá está más fresco, si querés te hago un té o lo que querás —digo y me levanto un momento, preparó un té de manzanilla que suele hacer mí hermana y un chocolate para más tarde, porque un día leí que ayudaba.
Cuando vuelvo la veo apoyada en la pared, como si le avergonzara hacer el mínimo movimiento. Le digo que no se preocupe por nada y saco las sábanas, deshaciendo mí cama y acomodo el montón de almohadas que tengo. La miró en señal de que puede acostarse con confianza y lo hace, apenas se sienta, apoya su espalda en el cabecero y se cubre con las sábanas hasta la cintura.
Le paso la taza de té de manzanilla con cuidado. Juli la envuelve con ambas manos y la acerca a su rostro, dejando que el vapor le toque la nariz y los labios. Sopla cerca del borde y me mira de reojo. Va a matarme si sigue mirándome con esos ojos tan lindos.
—No te quería molestar, es que juraba que me sentía mejor y me puse a bailar con Juani —dice muy rápido.
—No me molestas, Juli —le respondo, sentándome a su lado. Ella alza un poco la sábana para que me tape un poco a mí también.
—Gracias, de verdad no tenías, estuve a punto de irme, pero te vi preparando el té y me devolví —comenta con las mejillas rojas.
—Que bien que te quedaste, quería escuchar a Taylor contigo —le digo y sonríe, provocándome un cosquilleo.
—Sos un amor —me dice y en sus ojos veo ese lindo brillo que aparece cada vez que hace lo que le apasiona o ve algo que le gusta mucho, como Taylor Swift.
Me obligo a mí mismo para dejar de mirarla y tomo el control de la tele para buscar a la rubia que tanto le gusta a Juli, y que acepto que me ha empezado a gustar un montón a mí. En segundos, ya está sonando «paper rings», opté por poner esa ya que un día me contó que cuando está desanimada y escucha canciones tristes se pone peor, y yo solo quiero verla sonreír.
—Hola, chi... —las palabras de Rocco, Matías y Juani quedan en el aire cuando nos ven juntos con el álbum lover sonando de fondo.
Estoy muy seguro de que en este momento Juani debe estar haciendo escenarios ficticios en su cabeza, Rocco está analizando cada detalle para contarle a los demás y Matías está seguro de que ya tiene «nuevos papás».
—Hola, chicos —susurra Juli y se le acercan Juani y Matías. Rocco se me queda mirando con su típica sonrisita cómplice.
—Amo que seas tan funcional —me susurra, haciéndome sonreír—. Si no te amaba antes, hoy empezó a hacerlo.
—Gracias por tu voto de fe, Roquito.
—Rafiush, ¿Se pueden quedar los chicos un rato? Es tu habitación y no te quiero molestar más —pregunta la castaña.
—Claro que pueden.
—Gracias, gordo —dice Matías, acostándose junto a Juani a un lado de la cama.
—Te dejo con tus hijos, gordo —dice Rocco y me da un beso en la mejilla. Seguido de eso, se despide de los chicos y Juli, tirando besos con su mano. Ellos apenas sonríen, porque están más concentrados en cantar London boy a todo pulmón.
Dudo unos segundos, pero al final me atrevo a acariciarle el cabello a Juli. Su abundante cabello castaño se desliza entre mis dedos.
—Sé que tengo una obsesión con decir gracias todo el tiempo, pero de verdad te agradezco por soportarme cuando hablo de Taylor y en mis cambios de humor como estos, no era necesario.
Sus palabras me hacen pensar que se siente una molestia en este momento, cosa que jamás podría ser cierta, no cuando aprecio todos sus pequeños detalles y estoy dispuesto a acompañarla por gusto.
—Me gusta estar contigo y que me hables de las cosas que te gustan, de verdad —le aseguro en un susurro, para que las chusmas no escuchen.
—Definitivamente, sos mí favorito del club de haditas, pero no le digas a los chicos.
Le sonrío en respuesta y vuelvo a acariciar su cabello. Pasa un buen rato en el que escuchamos casi toda la discografía de Taylor, hasta que Juli se queda dormida. Cae rendida, y veo unos segundos su rostro relajado.
—Caíste sin paracaídas, gordo —comenta Juani de la nada.
—Tenés que invitarla a salir y romper de una vez la tensión, me mata no decir que son mis papás —opina Matías y reprimo las ganas que tengo de reírme.
Es la combinación de un nene chiquito y un viejo, y eso es muy raro, pero me sigue agradando con sus ocurrencias.
—Lo haré.
Los chicos se miran emocionados y entre susurros hacen preguntas que no estoy muy seguro de cómo responder.
Porque realmente no sé desde que momento caí perdido por Juliana.
...
Holaa ¿Cómo están? ¿Qué les parece?
Pensé en muchas cosas al escribir este capítulo y al final quedó así. Cualquier opinión es recibida.
No olviden votar y comentar lo que se les pase por la cabeza. Amo leerlos.
Dato: según lo pensado, la historia no será muy larga. Igualmente daré todo de mí para que sea fluida, coherente y agradable.
Tqm. 🫶🏼❤️
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𝐋𝐈𝐍𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇𝐎𝐔𝐓 𝐀 𝐇𝐎𝐎𝐊 - Rafael Federman.
Fanfic𝐋𝐈𝐍𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇𝐎𝐔𝐓 𝐀 𝐇𝐎𝐎𝐊 | Oh, baby, I am a wreck when I'm without you. I need you here to stay. I broke all my bones that day I found you crying at the lake. 𝗙𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰 ⚠️