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Gustabo había llegado a su casa con un ambiente cálido, luego de aquel momento con Gordon en los vestuarios, este se ofreció a llevarle a casa para compensar su "torpeza", el rubio se negó al principio pero James insistió tanto que Gustabo terminó accediendo a su petición, pensó que sería un ambiente incómodo pero terminó siendo todo lo contrario, fue un trayecto de risas y bromas, con algún que otro piropo pero ninguno de los dos se dió cuenta que lo era.
Al entrar al comedor vió a su padre sentado en la mesa con una taza que supuso que era de café por su olor fuerte, el rubio tragó saliva y se dirigió a la nevera en busca de comida para llevar a su habitación y encerrarse por toda la noche, pero cuando hizo un ademán de irse, Conway habló.
- Gustabo, ¿tomaste las pastillas? - dijo sin mirarlo, tomando un sorbo de café para volver a dejar la taza en la mesa.
- las he tomado, no necesito que me controles - dijo a secas, pasando por su lado dándole la espalda para ir a su habitación a pasos apresurados, y cerrar con llave su puerta, dejando salir ese llanto en la oscuridad de esa habitación - no necesito que actues como un padre -dijo en un hilo de voz, mientras sorbia su nariz- necesito que lo seas, joder - dijo en sollozos mientras se tiraba en su cama, llorando en silencio, dónde su único consuelo era su almohada, que ahogaba su llanto cada noche hasta quedarse dormido.
...
Otro día lleno de trabajo para el oficial James Gordon, pero para su desgracia le había tocado hacer binomio con Isidoro, ya que Gustabo decidió tomarse el día, pero el alumno era una máquina de tocar los cojones, y en estos momentos Gordon se estaba agobiando de tanto gilipollas.
- escúchame, inodoro -habló gordon ya sin paciencia, suspirando pesado agarrando su entre cejo para acomodarse los lentes, tratando de no cometer un asesinato en el Z ahí mismo - ¿cómo es que hace Gustabo para aguantarte?
- ¡AY! Mi gustabo, como lo extraño - dijo dramático para reírse de la cara de poker de James - ¿tu no lo extrañas, tete?
- que no me digas así, coño - dijo frustrado para pensar en lo que había dicho el gilipollas, ¿extrañarlo? ni el mismo lo sabía, pero desde hoy en el que le notificaron que Gustabo no vendría le dejo una espinilla en la lengua, queriendo preguntar que es lo que le había pasado a su inspector favorito - Isidoro, te hago otra pregunta.
- dime, chochito de fresa - Gordon no aguanto y se agobió, dándole un puñetazo a Isidoro - PARA, PARA, LOCO -dijo exaltado - nos la vamos a pegar.
- me cago en tu puta madre, gilipollas de mierda, escúchame y déjate de mierdas - dijo ya calmado para sobar su puño y hablar más calmado - ¿sabes por qué Gustabo no vino hoy?
- Obvio que lo sé, tete, somos como culo y calzón - Isidoro estacionó el Z - pero no sé si decirte todo, Gustabo me dijo que no le diga a nadie - apretó el volante y finalmente habló - está enfermo, es lo único que puedo decirte.
Gordon asintió y siguieron patrullando todo el día, atendiendo robos a badulaques, posibles venta de drogas y algún que otro robo de casa hasta que se terminó su horario de trabajo, aún no era tan tarde, apenas 7 p.m y no podía dejar de pensar en el nombre que resonó en su cabeza todo el día "Gustabo" joder, James quería llamarlo, y preguntarle cómo estaba, pero para su desgracia nunca se atrevió a pedirle su número, la única opción era ir a verlo, pero no sé atrevía, no quería molestarle al rubio, pero su preocupación era más grande y no podía dejarlo solo sabiendo sobre su salud.
...
había ido en su coche particular hasta la casa del inspector, aunque haya ido por puro impulso, no sé atrevía a dar ese paso, se estaba maldiciendo por dentro por ser tan impulsivo pero no había vuelta atrás, ya estaba ahí y tenía que poner huevos. Caminó hasta la puerta y dudo si tocar o no, estuvo 10 minutos debatiéndose si debía o no, pero cuando al fin se decidió a golpear, la puerta fue abierta y el moreno se echó para atrás dando un brinco del susto, pero para su suerte quien le habría abierto no era Gustabo.
