Protege tus secretos

No investigues los secretos de tus compañeros

- No me jodas. ¿Todo eso te ha pasado? -. Dije entre risas.

- Ya ves. Flipas en colores.

- Pero en todos, además.

Seguíamos con aquella risa tonta, pero lo peor era que después de toda la historia de Hermione, yo era incapaz de volver a ser sensato de nuevo. Igual el pedo me iba a durar más de lo que yo creía.

- Aunque me he dejado una pequeña cosa-. Añadió mientras me tocaba la nariz.

- ¿El qué?

- Que siempre estuve enamorada de ti, pero claro, yo era Pérez la toca huevos-. Aquella declaración sí que no me la esperaba.

- Ja, es verdad. Me acuerdo de ese mote..., espera, ¿Has dicho que estabas enamorada de mí?

- Y lo sigo estando, sobre todo después de ver la persona en la que te has convertido.

- Tampoco soy muy buena persona -. Dije nervioso. Nunca se me habían declarado y menos de aquella manera.

- Para mí sí.

Confirmado que cuando se está borracho se dicen muchas tonterías. Eso, o realmente me estaba diciendo la verdad.

- ¿Yo a ti te gusto? -. Me preguntó mientras me miraba fijamente a los ojos.

- Sí-. Yo por lo menos decía la verdad.

En ese momento nos dimos nuestro primer beso, pero antes de hacer nada más, recordé que teníamos que estar pendientes de la hora.

- El profesor nos despertará dentro de muy poco. Debes volver a tu habitación si no quieres que nos pille aquí -. Dije apresurado.

- ¿Por qué?, ¿No quieres que nadie se entere de nuestro amor?

- No es eso, es que tengo miedo de que descubra que hemos incumplido las normas y...

En el peor momento de todos, Hermione dio un pequeño grito, lo suficientemente potente como para despertar al profesor.

- Ahora sí que nos la vamos a cargar-. Dijo Hermione en medio de un ataque de risa.

No supe cómo reaccionar. Me quedé en blanco e intenté fingir todo lo que pude. Si Ramírez descubría que iba bebido, descubriría más de la cuenta.

- ¿Qué son estas voces? Las clases empiezan en una hora-. Dijo el profesor bastante enfadado.

Al ver que había dos personas en una única habitación entendió todo.

- Cada uno a la suya y a dormir-. Ordenó.

- Yo quiero quedarme aquí con Frodo-. Dijo Hermione a punto de llorar. Había pasado de la máxima felicidad a la tristeza en cuestión de segundos.

Ramírez me miró con cara desafiante. Estaba claro lo que me quería transmitir con aquella mirada: Debía seguir las normas.

- ¿Ha pasado algo esta noche? -. Me preguntó.

- No, o al menos que yo sepa -. Respondí nervioso.

- Hermione está extraña -. Resaltó.

- ¿Yo?, ¿Extraña? Estoy bien, solamente quiero estar con Frodo. Supongo que si le puedo besar y contar mi secreto, también podré dormir con él, ¿No?

Mierda, ahora sí que la habíamos cagado. Lo había contado todo.

- ¿¡Secreto?! -. Exclamó el profesor. Parecía que iba a echar humo por las orejas.

- Forrest te prometo que...

- Calla -. Dijo desafiante.

Hubo unos segundos de silencio antes de continuar de nuevo con la conversación.