Bill había estado ansioso toda la mañana. Apenas puso atención a las clases, a sus amigos y hasta a Rufus, de quien pasó cuando le empezó a gritar en los pasillos. Cogió su mochila y salió a zancadas de la universidad, volviendo a casa, con la boca seca y las manos temblorosas. Pero no bebió agua al llegar, y tampoco recibió a Casper como lo habría hecho cualquier otro día de su vida; sólo subió a su habitación y se echó en la cama, sin impotar si su mascota estaba allí también, sin pedir permiso de hacerle compañía.
El techo le daba vueltas y su único pensamieto era el mensaje de Tom. Que le echaba de menos. Le echaba de menos.
El corazón se le aceleraba muchísimo de sólo pensarlo. Después de todo este tiempo se había dado cuenta de la falta que ambos se hacían. Y no le importaba lo injusto que Tom estaba siendo; no le importaba si era un retroceso a todo lo que su familia y amigos le estaban ayudando a sopesar; para Bill era más importante sanar el vacío tortuoso que había sido tener que separarse de él tras una noche muy ruidosa e hiriente.
Su cuerpo lo necesitaba, como la droga que ya tampoco había vuelto a consumir. No le importaba el mal que hiciera, ni lo doloroso que también era tenerlo cerca. Su cuerpo le pedía volver a verlo, volver a sentirlo. Estaba ansioso, todo el tiempo esperaba escuchar su voz. Era una tortura que ansiaba a pesar de saber que tenerla también iba a herir mucho del camino que ya llevaba recorrido.
"¿De verdad?"
Tardó lo suficiente en mandar el mensaje, y se quedó mirando a Casper como si él pudiera entender y juzgar la gravedad de lo que acababa de hacer. Pero el animal sólo lo miraba y mientras más había contacto visual, se ponía ansioso de no recibir las caricias que siempre le daba.
Pero Bill estaba dentro de sus pensamientos, sin entender qué había hecho que Tom significara casi un pilar en su estabilidad emocional. Después de dos meses sin hablar y los días de tortura que vivió trasbese mensaje, creería que Tom no iba a hacer esfuerzo alguno por volver a buscarle, pero se sorprendió gratamente de ver que estaba escribiendo y que más rápido de lo que creyó, ya tenía el mensaje nuevo.
"Déjame volver a verte"
Bill sintió que el corazón le trepaba por la garganta. Se encontraba solo en su habitación, sosteniendo su teléfono con el mensaje de Tom listo para enviar. Miró fijamente la pantalla, sintiendo una mezcla de conflicto interno. Sabía que responder y acordar encontrarse con Tom sería un error, sabía que estaría abriendo la puerta a más dolor y sufrimiento en su vida.
Sin embargo, a pesar de su mente consciente de los riesgos, su corazón se debatía en una lucha interna. La necesidad de volver a tener a Tom en su vida, a pesar de todo el daño que había causado, era abrumadora. Una parte de él anhelaba la posibilidad de restaurar lo que una vez tuvieron, incluso si eso significaba volver a enfrentarse al dolor.
Con un suspiro, Bill apretó los labios, envió el mensaje y bloqueó el teléfono.
Se quedó allí, en la penumbra de su habitación, sintiendo el peso de su decisión y la lucha interna que lo consumía. Sabía que estaba tomando la decisión correcta al resistirse, pero aún así, el anhelo de lo que una vez tuvieron seguía latente en lo más profundo de su ser.
"Estoy solo en casa. Ven."
Y no pudo estar tranquilo entonces. Miró una y otra vez el teléfono, y deseo que, si se atrevía a venir, no hubiese absolutamente nadie de su familia que llegara a casa. Aún era temprano, y los miércoles sus hermanos iban a jugar fútbol con la cuadrilla. Esperaba que todo saliera de acuerdo a un plan que ni siquiera había elaborado.
Fue entonces que escuchó la puerta abrirse y la sangre de todo su cuerpo se le heló. Los pasos firmes subiendo las escaleras, ajenos a cualquiera de sus hermanos o padres. Sabía que era Tom. Y lo confirmó al verlo, tan delgado y con el rostro ojeroso y ojos vidriosos. Confirmó que él no había dejado las drogas y que en cambio, había abusado más de ellas. Su cabello alborotado, aún más largo. Parecía que dos meses eran realmente dos años y era extraño pero no tanto como para evitar que su cuerpo sufriera de respiraciones agitadas y sus ojos se llenaran con el deseo cumplido de tenerlo por fin así de cerca.
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SAUDADE.
FanfictionBill terminó con su vida el mismo día en que nació, tras una historia que no pudo proyectar sin dejar pedazos de sí mismo cada vez que la verbalizaba.