En la tranquila mañana de la casa de Naruto, el sol se filtraba suavemente por las cortinas entreabiertas, iluminando la habitación donde el joven ninja de 24 años dormía plácidamente. Su rostro reflejaba paz y tranquilidad mientras disfrutaba de un merecido descanso. Sin embargo, la serenidad fue repentinamente interrumpida por un chillón grito infantil
Un pequeño tornado de energía rosada y azul se lanzó sobre Naruto, quien experimentó una entrada abrupta a la realidad. El niño, de cuatro años y con un distintivo cabello rosado y ojos azules, aterrizó con entusiasmo sobre su padre, quien dejó escapar un suspiro sonriente ante la situación
"Saito, cariño, esa no es la forma de despertar a papá" - le dijo Naruto con una risa suave mientras intentaba recuperar el aliento que le fue arrebatado por la llegada sorpresa de su hijo
El pequeño Saito, sin mostrar remordimiento alguno, se rio con alegría y respondió: "¡Pero mami me dijo que te despertara así! ¡Dijo que te encantaría!"
Naruto arqueó una ceja, entre divertido y sorprendido - "¿En serio? ¿Mami te pidió que hicieras esto?"
Saito asintió enérgicamente, con una expresión de triunfo en su rostro - "¡Sí! Mami dijo que era una sorpresa especial para papá"
Naruto soltó un suspiro de complicidad, sabiendo que su esposa, Shikimori, disfrutaba de jugar bromas cariñosas de vez en cuando. "Bueno, supongo que debería agradecerle a mami por la sorpresa matutina", comentó con una sonrisa cómplice
Saito se acomodó en la cama, aún radiante de energía - "¿Vamos a desayunar, papá?"
Naruto asintió y se puso de pie, llevando a Saito en brazos. Juntos, padre e hijo salieron de la habitación en busca de Shikimori y un desayuno familiar
Naruto sostenía a su hijo en brazos mientras caminaban por el pasillo de su hogar, disfrutando del cálido contacto de sus pequeñas manos jugueteando con sus dedos. Mientras avanzaban, Naruto no pudo evitar detenerse ocasionalmente para contemplar las fotografías que adornaban las paredes
Las imágenes capturaban momentos importantes en la vida de Naruto: su graduación, el día de su boda con Shikimori y, por supuesto, el nacimiento de su querido hijo Saito. Cada foto evocaba recuerdos entrañables y una sensación de gratitud por las bendiciones que había recibido en su vida
Una sonrisa se formó en los labios de Naruto al recordar el día en que Miyako, su amiga de toda la vida, le había propuesto matrimonio. Fue un momento inesperado pero lleno de amor y alegría, y desde entonces, habían construido una vida juntos llena de felicidad y complicidad
En ese momento, la voz de Saito lo sacó de sus pensamientos mientras le preguntaba con entusiasmo si podían ir al parque después de la escuela. Naruto asintió con una sonrisa y le recordó a su hijo que primero debía terminar sus deberes. La respuesta de Saito fue un enérgico "¡Sí, papá!" que resonó con alegría en la casa
Al llegar a la cocina, fueron recibidos por la vista reconfortante de Miyako, quien los esperaba con una dulce sonrisa. El cabello largo y brillante de Miyako estaba recogido en una coleta alta, y sus ojos brillaban con amor al ver a su esposo e hijo llegar
Naruto depositó a Saito en una silla mientras Miyako se acercaba para darle un beso en la mejilla. La calidez y el amor en la cocina eran palpables mientras la familia se preparaba para compartir un desayuno juntos
Mientras disfrutaban de su desayuno familiar, Miyako desvió su mirada hacia Naruto antes de hablar con voz suave pero firme
"Naruto, Yui llamó esta mañana para preguntar cuándo podríamos visitarla" - informó, su tono ligeramente nervioso aunque trató de disimularlo con una sonrisa