Protege tus secretos

Nervios y tensión, acompañados de pelos de punta

Ya había llegado la última semana del trimestre y todos teníamos una mezcla de emociones en nuestro interior. Por un lado, queríamos volver a casa y desconectar un poco después de tanto tiempo de trabajo, pero nos lo estábamos pasando tan bien, que no nos hubiera importado quedarnos a pasar las navidades todos juntos. Lo único verdaderamente malo de volver a casa, iba a ser el hecho de no poder salir de ella para muchos de nosotros, como en el caso de Olaf, que debía seguir escondiéndose.

- Buenos días, chicos -. Nos saludó el profesor.

Un día más había comenzado.

- Hoy empezaremos con el rodaje del cortometraje y el viernes tiene que estar todo acabado -. Continuó.

- Descuida profesor. Vamos a trabajar todo el tiempo que haga falta para que salga perfecto -. Dijo Indiana emocionado.

- Ese es el entusiasmo que hay que tener-. Ramírez estaba casi más ansioso que nosotros.

La primera escena la grabaríamos en campo abierto, es decir, en la zona de las mesitas. Ahí todavía no salía yo, sino que salían los que hacían de mis padres: Leia y Truman. Si te parabas a pensarlo, no hacían mala pareja.

Si os acordáis, el papel que me había asignado el profesor, era el de un chaval que desde niño había admirado el cine y que ahora no podía distinguir la realidad y la ficción. Como es lógico, estaba inspirado en mí mismo, pero ocultando los momentos duros que conllevó, puesto que, en su momento, Ramírez aún no se sabía toda mi historia y aún seguía sin sabérsela. En vez de enfadarme por haberme usado como referencia, me alegré por haberle servido de inspiración para este trabajo. Es posible que gracias a eso me suba la nota, ¿No?

- ¿Qué tal estás llevando el cortometraje? -. Me preguntó el profesor.

Era miércoles y como ya era costumbre, me reuní con él para continuar con mi maravillosa historia, pero antes, quiso hablar conmigo de distintas cosas.

- Bien. Yo creo que va a quedar genial.

- Eso espero. Lo editaré cuando cada uno vuelva a su casa y os lo mandaré en cuanto lo tenga.

- Sin prisa.

- Por cierto...-. Comenzó algo asustado.

- ¿Cuál es el problema? -. Su tono de voz me había angustiado.

- Mañana es el día.

- ¿Hermione lo sabe? -. Era importante que ella también supiese cuando iban a venir a hacer la revisión trimestral.

- Sí, se lo comenté esta tarde cuando nadie estaba mirando.

- ¿Y qué tienes pensado?

- Cuando venga la persona encargada, quiero que todos os quedéis en la zona de las mesitas jugando y haciendo lo que os dé la gana. Yo mientras tanto le contaré los avances y le entretendré todo lo que pueda y cuando llegue el momento de interrogaros a vosotros, solo participaréis tu y Hermione-. Me explicó.

- Si tú lo ves buen plan pues...

- ¿Que te falla?

- Lo que me falla es que estés tan seguro de lo que hará la persona que venga a hacer la revisión, ¿Y si quiere hablar con todos?

- No me estreses más-. Dijo agobiado.

- Tenemos que estar preparados para todo.

- Para ti es fácil decirlo porque no corres peligro -. Dijo sin siquiera pensarlo.

-Te equivocas. Si descubren la verdad, también sabrán que yo y Hermione hemos intentado encubrir todo lo que estaba pasando, por lo tanto, también seremos castigados.