¿El verde y el marrón combinan?

La cafetería.

Allyson salía de un largo día de trabajo, había estado estresada durante toda la jornada ya que tenía que arreglar esos papeles de aquel compañero inútil. Justamente lo que necesitaba ahora era ese latte que la hacía evadirse de sus problemas. Andaba rumbo a su cafetería favorita cuando comenzó a llover y tuvo que acelerar su paso ligeramente. Como de costumbre, la icónica música de la cafetería la hacía sentir como en casa, haciendo que cada uno de sus problemas se desvanezcan en un abrir y cerrar de ojos. Se acercaba a pedir su latte cuando se percató de una nueva cara entre los trabajadores, era una chica alta, de pelo negro y muy pálida, pero lo que le sorprendió a Allyson fueron sus ojos color hazel que resaltaban aún más con aquella luz de la cafetería. Allyson se quedó embobada mirando sus ojos por un instante, hasta que una voz la hizo sobresaltarse.

—Perdona, ¿ya sabes lo que vas a pedir?—.

Allyson abrió los ojos sobresaltada y por alguna extraña razón nerviosa.

—Em sí, será un latte por favor—.

La chica le sonrió e inmediatamente fue a preparar el latte mientras tarareaba la canción que sonaba en la cafetería. Por otro lado, Allyson no podía evitar seguirla con la mirada, esta vez, se había quedado embobada en su pelo, una larga melena lacia que casi le rozaba el culo. Se quedó mirando como su pelo se movía cada vez que ella hacía algún movimiento. Cuando se percató de que la chica ya volvía, apartó su mirada y rápidamente la dirigió a su móvil.

—Aquí está su latte, serán 2 euros—.

Allyson sonrió y sacó su tarjeta lo más rápido que pudo.

—Ya está, no quiero ticket—.

La chica le dedicó una pequeña sonrisa de lado y continuó con su trabajo rápidamente. Antes de que la chica se fuera, Allyson se había percatado de una tarjeta que le colgaba del uniforme, en ella se podía leer "Paola", Allyson supuso que este sería el nombre de la chica e inconscientemente saber esto le provocó una sonrisa.