✨ Sólo esta vez ✨

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Mackenzie era un chico bastante curioso, que, a pesar de parecer algo reservado, siempre se cuestionaba las reglas implícitas que se le presentaran en la vida. Siempre decidía seguir su propio camino, incluso si la gente no comprendía el por qué.

Ese día, era uno muy tranquilo, era sábado después de todo, y la familia Collie decidió que era un buen día para hacer una limpieza profunda en la casa.

Movían los muebles, los objetos los movían de sus sitios y lentamente todo volvía a un orden placentero. Todo mientras que cajas y cajas de objetos viejos e inservibles se trasladaban hacia afuera de la casa.

Mackenzie ayudaba felizmente a su madre a llevar todas estas cajas, no sin hacer sus habituales preguntas mientras iban de ida y vuelta llevando cajas desde dentro de la casa hasta el jardín.

- ¿Por qué nos deshacernos de tantas cosas?

- Las vamos a donar, no te preocupes -Aseguraba su madre-

- Pero ¿por qué no las guardamos nosotros?

- Porque ya no tenemos espacio, Mackenzie.

El pequeño cachorro seguía bastante curioso de a donde iban a parar las cosas de las que ellos se deshacían

- Yo podría encontrarles un uso -Dijo el cachorro-

- Estoy segura de que no le encontrarás un uso a estos trapos jaja -La madre rió por un momento señalando la caja que estaba por cargar-

- ¿Qué hay ahí? - Preguntó Mackenzie curioso-

- Es la ropa que yo usaba cuando era niña -Agarro una prenda y la vió con nostalgia- Tu padre y yo la guardamos por si nacías mujer

Mackenzie se sonrojo un poco al escuchar esto, no pudo evitar pensar en cómo se sentiría llevando puesto ropa para niñas

En ese momento sonó el teléfono de la mamá de Mackenzie y ella lo vió por un momento antes de contestar.

- Oh, discúlpame un momento hijo

Al irse su madre de la habitación, Mackenzie se quedó contemplando la ropa que estaba dentro de la caja. La veía aún con sus mejillas sonrojadas, se sentía extraño al verla , sentía como si su corazón latiera más rápido, hasta podía sentir su cola queriendo sacudirse de un lado a otro con tan solo pensar en llevar esa ropa puesta.

- Acabo de hablar con la mamá de Bluey -Dijo su madre regresando a la habitación- Voy a ir a entregarles unas cajas, ¿quieres venir?

- ¿Vas a darles tu ropa vieja? -Pregunto casi preocupado-

- No, esa caja será para alguien más

Al escuchar eso, Mackenzie se sintió aliviado

- Quiero quedarme en casa, seguiré limpiando mientras no estás -Aseguraba el cachorro-

- ¿Seguro? -Pregunto sorprendida su madre- Que buen chico eres Mackenzie, no tardaré mucho.

Y con eso, la madre de Mackenzie se fué de la casa, Mackenzie le dió un abrazo antes de que partiera y la vió salir conduciendo. Ahora estaba seguro de que era la única persona en su casa.

Y rápidamente, se llevó la caja a su cuarto, cerrando su puerta.

Se aseguró de que nadie pudiera verlo, y al estar seguro de eso, volvió a contemplar la ropa que tanto lo emocionaba.

Seguía preguntandose, ¿Por qué es que los niños no pueden usar ropa de niña? ¿Por qué no podemos? Se decía a si mismo mientras contemplaba unos calzones rosados.

Se los puso en frente de su propia entrepierna, viéndose a si mismo,
mientras su colita no paraba de sacudirse

- Si lo uso mientras nadie me vé, es como si nunca lo hubiera hecho

Se aseguraba a si mismo de que estuviera bien lo que estaba haciendo, cerrando los ojos, pasó sus piernas por los orificios de la ropa interior y los subio lentamente hasta llegar a sus muslos y finalmente, a su entrepierna, en donde se quedó en su lugar.

Abriendo los ojos, se vió a si mismo, estaba usando calzones de mujer, lo estaba haciendo. Y su corazón no paraba de latir. Con una mano, se acaricio la entrepierna y su trasero, contemplandose, con una sonrisa que no podía quitarse del rostro, era una sensación totalmente nueva, y le estaba encantado.

Rápidamente se decidió a revisar el resto de la caja y encontró algo que rápidamente captó su atención, era un vestido. uno totalmente rosado con rayas blancas, con un moño en la cintura. Su corazón empezó a latir otra vez, se sentía extraño, emocionado era la manera más facil de describirlo, y no perdió el tiempo en probarselo.

Se lo puso con mucha rapidez, y al hacerlo no podía creerlo, quería verse en él pero no podía hacerlo por completo, pensó por un momento y entonces decidió que era mejor verse en un espejo. Así que tomó la decisión de salir de su cuarto e ir rápidamente al baño a verse en el espejo.

Y cuando se vió a si mismo, no podía creerlo, se veía muy lindo, le estaba gustando mucho cómo se veía, tenía incluso la curiosidad de saber cómo reaciconarian sus amigos si lo vieran ahora mismo.

Dió una vuelta, dejando que la tela se moviera con el viento, se sentía precioso así.

Y rápidamente fue a traer la caja para probarse más cosas. Tomó varios calzones y se puso cada uno de ellos, cada polo, cada pantalón y falda que encontraba, se la ponía y se veía en el espejo, se sentía muy bien al verse a si mismo en esa ropa.

Su obsesión era tal, que incluso empezó a oler la ropa que ya se había puesto. No sabía por qué lo hacía, simplemente se sentía bien.

Hasta que finalmente se cansó, se vió a si mismo una vez mas y se dió la vuelta, viéndose así, lo hacía sentirse muy bien. Y así regreso a su cuarto y se echó en su cama.

Pensó en lo que se sentiría ser una mujer, en cómo se sentiría que un hombre lo abrazara como su padre abrazaba a su madre.

Pensaba en como se sentiría besar a un hombre.

Pensaba en tantas cosas que lo hacían sonrojar aún más. Pensaba en querer probarse más ropa, como un vestido de novia o un traje de baño femenino.

No sabía por qué, pero le gustaba muchísimo esa idea. De dormir al lado de un esposo, siendo él la esposa.

Estando acostado empezó a acariciarse a si mismo, nunca se había sentido así, pero lo disfrutaba demasiado, quizás, hasta se estaba pasando.

Y entonces escuchó a un auto, era el auto de su madre, estaba llegando y el estaba en el baño. Pero rápidamente se quitó la ropa y la devolvió a la caja, encubriendo su crimen

- Ya volví Mackenzie, ¿Dónde estás?

- Aquí mamá -Exclamo nervioso-

- Aww mi niño, espero que no te hayas cansado mucho de limpiar

- Claro que no, jej

- Bueno, puedes descansar ahora, yo me encargaré del resto de estas cajas.

- Está bien mamá

Y al decir esto se regresó rápidamente a su cuarto, y cerró la puerta. Y ya cuando casi pensaba que estaba seguro, vió el vestido tirado en el piso. Se había olvidado de guardarlo en la caja.

Rápidamente lo escondió debajo de su cama, ocultando la última evidencia, se sentía avergonzado de lo que había hecho.

- Será solo esta vez -Se dijo a si mismo-

Pero no fue cosa de solo una vez.

Mientras pasaban los días Mackenzie volvió a usar ese vestido mientras nadie lo veía, y siempre se sentía como si fuera la primera vez que se lo puso.

Fin.

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