Capítulo 9 ― Reencuentro sorpresa ―

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La semana pasó volando. Sobre todo porque parecía que todos los profesores de la universidad se habían puesto de acuerdo para ponernos trabajos, y por eso apenas pudimos vernos todos, solo para las comidas. Y se me hacía extraño. Me estaba acostumbrando a ellos, y una parte de mi estaba orgullosa por haber encajado, pero la otra me decía que era una mala idea. Cuando el viernes acabaron las clases nos reunimos todos en la cafetería para disfrutar de la libertad momentánea y comer juntos tranquilos.

― Bueno chicos. ¿Qué hacemos hoy? ― Dijo Ethan delante de mí. ― Pero al Phoenix no vuelvo hasta que me gradúe. No creo que los váteres de la universidad aguanten otra vez mis intoxicaciones alimentarias

― Ethan, estamos comiendo tío. ― Andrew puso cara de asco.

― Te da asco pensar que el pudding de chocolate que te estás comiendo es algo que he expulsado de... ― No acabó la frase cuando éste se lo pasó. ― Gracias Andrew, eres un buen amigo.

― Lo has hecho aposta, ¿verdad? ― Andrew entrecerró los ojos. ― Capullo ― Dijo en un susurro.

― Conmigo no contéis. Es el cumpleaños de mi abuela y tengo que ir a comprarle algo. ― Dijo James a mi lado.

― ¿Otra vez lo dejas todo hasta el último momento? ― Felicity preguntó.

― No tengo ideas, Lizzie. Tiene de todo. No sé qué comprarle.

Madeleine, que estaba a mi lado, miró a Felicity, y ambas sonrieron.

― Olivia puede ayudarte. ― Dijo la primera de manera despreocupada. ― Tiene buen ojo para las cosas. ― La miré a las dos sabiendo el motivo por el que planeaban esto.

― ¿No habías propuesto un plan, Madeleine? ― Inquirí.

― Tranquila, puede posponerse. ― Sonrío inocentemente mientras yo le devolvía la misma sonrisa.

¿Por qué se molestaban tanto en que James y yo tuviéramos encuentros a solas? Tendría que hablar con ellas de esto luego, porque parecía que ya tenía otro plan.

― ¿Te importaría acompañarme? Estarás de vuelta para la hora de la cena. ― James se giró y me miró con esos ojos castaños a los que me estaba acostumbrando más de lo que me gustaría admitir en voz alta.

― Claro. ― Le dije sonriendo. No lo reconocería, pero me gustaba mucho pasar tiempo con él.

Desde que me quedé en su casa a dormir después del club, nos hemos hecho más cercanos. O al menos es lo que siento. A veces me viene a buscar a mi facultad, aunque esté solo a cinco minutos de la suya, para que vayamos juntos a la cafetería. Esta semana hemos hablado bastante por mensaje. Tengo un imán que me atrae hacia él despacio pero de forma contínua.

― Te espero en tu residencia en media hora, para que te dé tiempo a cambiarte. Abrígate, porque vamos en moto. ― Se levantó para despedirse de todos y salió por la puerta. Todos se miraron y empezaron a sonreír.

― No sé lo que estáis tramando, pero lo descubriré. ― Me empecé a levantar para recoger la bandeja de comida.

― Olivia, no estamos haciendo nada. ― Dijo Felicity. ― Sólo... averiguando cosas.

Me despedí de ellos y me fui a cambiar. ¿Averiguando cosas? ¿Estaba siendo partícipe de un caso?

Dejé el bolso con mis cosas de clase para cambiarlo por otro para poner mis cosas esenciales.

James dijo que íbamos a ir en moto, así que me tenía que poner cómoda. Me puse unos tejanos negros ceñidos con mis botas negras de confianza y un jersey beige de cuello alto. De chaqueta opté por una bomber una talla más grande de color negro. Me retoqué el maquillaje y me hice una trenza para que el pelo no me molestara. Me miré en el espejo y me gustó el resultado. Cogí una pequeña mochila para luego cerrar la puerta y empezar a bajar las escaleras.

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