La tía Rosie lo sabe todo

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Lucifer y Alastor caminaban por las calles de camino al barrio caníbal, el demonio estaba muy cerca del ángel ya que este se veía algo incómodo, pero lo disimulaba con su sonrisa.

Se ve algo tenso majestad... -dijo el demonio mirando los alrededores vigilando discretamente a los demonios-

Tenso... puf... el ambiente es... encantador... -los pecadores estaban tirados en la calle, algunos robaban a otros o se golpeaban entre ellos, la cara de Lucifer no podía disimular su disgusto-

No se preocupe majestad, si uno de estos miserables demonios se atreve a tocarlo me asegurare que sus gritos se escuchen en toda la ciudad... -mirando al ángel quien le sonreía-

Ohhh... estas posesivo hoy, eso es bastante sexy... -Lucifer miro al demonio que le devolvió la mirada y siguieron caminando. Luego de unos minutos llegaron al salón de Rosie. -

Alastor... -grito feliz Rosie- Siempre es un placer que vengas a visitarme querido... -viendo a Lufier- oh... Alastor porque no me dijiste que vendrías con su majestad... -ella hizo una reverencia, les indicó un pasillo y una habitación donde había una mesa junto con sillas- Tomen asiento, ¿le gustaría tomar un poco de té?...

Él te suena estupendo... -cuando iba a sentarse el teléfono de Lucifer comenzó a sonar- disculpen... -se alejó al pasillo para hablar-

Cuéntamelo todo Alastor... -ella se sentó en su lugar sirviendo él te mientras Alastor se sentaba- Te agarraste el pez gordo...

No sé de qué hablas querida... -Alastor se mantenía en su postura y miraba discretamente que el ángel no regresara en ese momento-

Vamos Alastor somos amigos, ese brillito diabólico en tus ojos te delata. Que suerte tienes... -mirando al ángel un momento- es carne de buena calidad... -miro al demonio- si lo dejas ir juro que te golpeare... -tomo un trago de su taza y agrego unas últimas palabras- solo ten cuidado de que el pez no te muerda la cola... -le giño un ojo, Alastor se aclaró la garganta y Lucifer entro justo-

Lo siento, era Charle. Quería saber si ya estábamos aquí y envía saludos para usted señorita Rosie... - tomando su asiento-

Oh es una niña adorable... -con una gran sonrisa- No es problema majestad, estaba poniéndome al día con mi querido amigo Alastor... -Lucifer probo su te, pasaron la tarde hablando los tres y Rosie estaba contenta por su amigo. Al final de la tarde los fue a despedir a la puerta del salón y el ángel y el demonio se marcharon de regreso al hotel. -

La sombras se atraen por la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora