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Los días pasaron. Para todos Takemichi había cambiado radicalmente, un niño malcriado, mimado y egoísta se volvió de pronto alguien respetuoso, bondadoso y amable, algunos reaccionaron bien otros mal y otros muchos no le prestaron atención.

En todo este tiempo el blondo tuvo pequeños fragmentos de los recuerdos del Takemichi anterior, con esto pudo entender un poco su comportamiento.

En toda la novela nunca se menciona que el hijo mayor de los Hanagaki sufrió bullying en su escuela, que por esta razón le exigía tanto a su madre que quería estudiar en casa excusandose con que los niños eran mocosos sucios y poco elegantes para él, todavia no sabe porqué el pequeño Takemichi no le contó sus problemas a su madre, pero con como le llegan recuerdos tardíos diariamente seguro lo sabría más adelante.

En su anterior vida tuvo suerte de no ser acosado y tampoco experimentó ningún rechazo de algún amigo cercano, pero el otro Takemichi no puede decir lo mismo. Al momento de tener esos recuerdos pudo sentir ese sentimiento de rechazo, pudo sentir el dolor que le causó que otros se burlaran de él, pudo sentir las miradas cargadas con asco y disgusto de esos niños, pudo sentir el dolor de Takemichi.

Ahora con todos esos recuerdos decidio ayudar a este nuevo yo a tener una vida plena y sin conflictos, quiere que el cuerpo de este Takemichi pueda sentir lo que es la felicidad y él lo cumplirá.

Y en cuanto a su relación con sus hermanos, se puede decir que se llevan mejor..

—Portazo—¡Takemichi! ¿Qué haces ahí? Debemos alistarnos para la fiesta de hoy!—la pequeña niña castaña se acercó juguetonamente y se lanzó a su hermano, puede que recién estén formando lazos, pero al momento de hablar continuamente se dieron cuenta que se podrían llevar de maravilla y se acercaron aún más

—Hola Hina, la verdad es que no quiero asistir, no le caigo bien a nadie del Reino y solo los estorbaria—correspondió el abrazo con una sonrisa, Hina era como la hermana menor que nunca tuvo, es demasiado adorable a sus ojos, pero cómo alguien no amaría a una niña tan linda?

—No digas eso, todos somos una familia y es imposible que te dejemos aquí, sí o sí irás.. por favor

—Naoto si lo haría

—Naoto es muy terco en conocerte—inflo sus mejillas—pero aunque no le agrades nunca te dejaría, te lo aseguró. Tal vez en un futuro seamos los tres hermanos indomables no?—río por su mismo chiste

—Sí, tal vez—carcajeo

—Bueno entonces, ve a tu habitación y vistete, junto a mamá escogimos un traje muy lindo para ti espero y te guste

—Esta bien lo que sea que hayan escogido, no te preocupes y gracias—subió su mano a la cabeza contraria,  despeino levemente y sonrió. La castaña solo asintió feliz y se fue directo a vestirse.

En esta fiesta la protagonista conoce a Mikey y su familia, es un encuentro inesperado pero se hacen amigos y novios más adelante.

Takemichi siente que no debe ir pues tiene un presentimiento algo extraño, pero no le llegó ningún recuerdo o algo parecido, así que decidió ignorarlo y fue a prepararse para la dichosa fiesta.

—Wow, te ves mejor de lo creí—dijo merodeando a su alrededor

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—Wow, te ves mejor de lo creí—dijo merodeando a su alrededor.

—Gracias, tú te ves mejor. Hina

—La belleza viene de familia entonces—sonrió

—¡Oigan! ¿Qué están haciendo ahí? Papá y mamá ya nos están esperando en la entrada, ¡Salgan ya!—se escuchó detrás de la puerta

—¡Ahí vamos! Takemichi acercate un momento, quiero hacerte más bonito con lo que me enseño mamá—Sacó de su pequeño bolso un labial de color rosa salmón—Madre dice que por ahora sólo puedo usar esto, pero también quiero compartirlo contigo

La niña se acercó con labial en mano al rostro de su hermano y con suavidad puso un poco de producto en labios y mejillas del contrario, por último difumino el excedente

—¿Cómo me veo?

—¡Muy bien!—le alcanzó un espejo de mano—Tal vez debería dedicarme a esto en el futuro?

Aun que no haya hecho mucho con el labial, se podía ver la diferencia. Sí antes se veía bien, ahora se ve mejor

—Bueno Takemichi, ahora si vámonos. Naoto debe estar impaciente y molesto, quiero ver su rostro

Lo levanto con su mano y lo guió corriendo por los pasillos directo a la entrada, sus risas chocando por todo lugar y resonando en todo el castillo. Ojalá todo esto sea eterno.

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