Entre 4 Reinos [BORRADOR?¿]

Cap I

[INTRODUCCIÓN]

Hace unos 1.000 años, existía un reino muy grande y pacífico.
Ese Reino lo gorbernaban 4 personas; cada una de esas personas tenía un poder especial, lo que los hacían ser líderes de este mundo.
Pero habia una persona en concreto que no estaba contenta con solo el poder que tenía...Quería tener más.
Necesitaba ser más poderosa que todos.

Entonces, Alyssa, elaboró un plan para hacer que las demás se odiaran entre sí, creando conflictos y manipulando a las que reinaban en ese momento, para al final crear una guerra, dividiendo los reinos en 4 partes, pero a diferencia de que el reino de Alyssa era el mas grande.

Y así fue pasando el tiempo, el reino de Alyssa era el más fuerte y poderoso que los demás.
Con más de 1.000.000 habitantes en su reino.
Y para mantenerlo así, le conto su historia a sus hijas y a sus futuras nietas, todo en un bucle.
Hasta el día de hoy sigue siendo así...

★ - ???

Mi aliento era cada vez más pesado, nunca había corrido tanto en mi vida.

Era de noche, apenas se veía algo...Y hacia demasiado frío.
Lo único que podía ver eran los altos árboles que cubrían la luna menguante.

Lo único que recuerdo era que iba a continuar corriendo...Hasta que me tropecé contra el suelo.

A mí alrededor se escuchaba una voz dulce, y mis ojos se abrieron lentamente de par en par.

- Ah...Ya despertaste.

Dice la voz dulce.

Al escuchar eso, me levanté de golpe y me toqué la frente.

- No, no...No te levantes.

Dice mientras me cubre la frente con un paño.

- M-Madre...¿Que me ha pasado?

Pregunto con voz temblorosa.

- La tribu te encontró tirado en el suelo...Ay, Evan...¿Porque nunca me haces caso? Te dije explícitamente que no te alejarás de la tribu.

Yo suelto un largo suspiro.

- Lo siento mamá...N-No se ni porque lo hice...No lo volveré a hacer, lo prometo.

- Más te vale Evan.

Dice mientras me sirve una taza de té.

- Toma, te sentirás mejor...

- Gracias, Madre...

Dije, aún que no me gustaba la idea de tomar té, pero era lo mínimo que podía hacer.

Después de tomar un sorbo, alguien abrió la cortina de la tienda de campaña.

Era la jefa, Catherine.

Ella es la nueva jefa de la tribu, porque su madre murió hace días. Para ser una niña de mi misma edad, lleva el cargo muy bien.

- Oh...Hola, mi señora...¿Pasa algo?

Pregunta mi madre.

- ¿Podemos hablar en privado?

Dice Catherine con una voz muy seria.

Mi madre asiente y se levanta del sitio y sigue a Catherine.

Catherine y yo nunca nos llevamos muy bien, pero yo simplemente creo que solo empezamos con mal pie.

Me levanté tambaleantemente, sosteniendo el paño en mi cabeza y me acerqué para escuchar la conversación, no es por ser cotilla, solo que me preocupa que regañe a mi madre.

- ¿Eres consciente de que tú hijo no es capaz de obedecer una simple norma como la de no alejarse de la tribu? Luego tengo que pagar yo las consecuencias de lo que le había podido ocurrir.

Se le escucha decir a Catherine.

- Lo siento mucho mi señora, es solo que él... Bueno, él creo que necesita conocer más el mundo.

Catherine suelta una carcajada.

- Señora Coutlyn, eso es lo que hacen las tribus, somos nómadas por si no se ha dado cuenta.

- Lo sé, pero, bueno...Él quizás quiere viajar y visitar los reinos, a eso me refiero...

Catherine se queda unos segundos en silencio y luego contesta.

- Pues eso será un problema.

Dice haciendo una pequeña pausa.

- ¿Tú que crees que harán los del otro reino al ver a un hombre lobo por ahí? Le dispararan...Ten lo por seguro.

Miro por el hueco de la cortina y veo la cara triste de mi madre.

- Señora Coutlyn, Si los hombres lobo no estuvieran en peligro de extinción...Créame que no lo dejaría estar un día más con nosotros. Así que disfrute de la última oportunidad que le voy a dar. Solo quiero que mi gente esté segura y como no logré controlar a su hijo, él y mi tribu estarán en peligro.

- Lo vigilaré más, Señora...

Catherine sonríe.

- Bien, gracias por su tiempo.

Dice Catherine mientras se aleja poco a poco.

- Gracias a usted, señora...

Dice mi madre.

Cuando vi que iba a volver a entrar a la tienda de campaña, corrí aún que me tropecé, pero me volví a levantar y me tiré en la cama en la misma posición de antes.

Mi madre abre la cortina y me sonríe tristemente.

- Evan...

Me llama.

- ¿Si, madre?

Mi madre se acerca y me pone la mano en mi hombro.

- Prométeme que no te vas a volver a escapar, ¿sí?

Yo me quedo un rato en silencio y aparto la mirada de sus ojos, mirando fijamente mi escritorio, donde tenía mi diario.

- Sí, madre...

Dije con voz triste.

Mi madre me coge de la barbilla y dice:

- Sé cuanto quieres viajar...Y conocer más el mundo. Pero, es peligroso...Si descubren que eres un hombre lobo te convertirán en su esclavo, ¿Tú quieres eso? ¿O quieres seguir en la tribu donde siempre te tratarán por igual?

Yo me quedo un rato en silencio y respondo.

- Estar...En la tribu.

- Así se habla...

Me sonríe mientras me revuelve el pelo.
Luego saca su mano poco a poco y coge un plato lleno de bayas.

- Toma, que no has comido nada...

Yo le muestro una sonrisa triste y cojo una baya.

- Si me necesitas, llámame ¿Vale? Sabes que estoy en la cabaña de al lado...

Yo asiento y mi madre se aleja poco a poco hasta salir de la tienda.

Yo acabo de comer todas las bayas y me levanto y lentamente me acerco a mi escritorio y escribo algo en mi diario.

"Querido diario:
Creo que nunca me iré de la tribu...Ni descubriré el mundo como me gustaría, en vez de estar desplazándome de un bosque a otro.
Mi madre dice que me matarán o me harán su esclavo.
A mí no me importaría ser un esclavo o que me matarán...Con tal de viajar y vivir aventuras me basta.
Aún que...No quiero alejarme de mi madre, ni quiero que le pase nada malo, así que creo que lo mejor es quedarme en la tribu, aún que no lo haga por mi, lo haré por ella."

Y con eso, cierro mi diario y miro a mi alrededor.
Suelto un leve suspiro y me vuelvo a acostar en la cama.
Miro un rato hacia arriba, cruzando mis brazos por debajo de mi cabeza.
Y con con solo un soplido, apago la vela que iluminaba toda la cabaña...