𝟷𝟷.

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¿ᵁⁿᵃ ʳᵉˡᵃᶜᶦᵒ́ⁿ ᶠᵃˡˢᵃ?. ¹¹
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—Espera...! Por favor—Jude aceleró sus pasos en dirección a la castaña, se veía algo cansada y sus ojos lo miraban a él pero no parecía mostrarle mucho interés, estaban ausentes.

La chica dió un paso atrás buscando marcar distancia entre ellos, acto que el moreno tomó como advertencia y pegó sus pies al suelo.

—Quería saber..., ¿cómo has estado?—Después de un silencio más largo de lo que ambos hubieran deseado, volvió a hablar, pero lo único que salió de su boca fue una pregunta más que obvia y estúpida. ¿Como iba a estar?

—Bien..., supongo. —fue lo único que dijo—¿...Y tú? —sus castaños ojos por fin lo miraron directamente a sus pupilas y un leve alivio en su pecho se hizo presente por ello.

—Bien... —silencio—Oye..., yo quería hablar contigo sobre-

—No.—La miró sorprendido.

—Pero-

—No, Jude. Ya tengo bastantes problemas por ese tema. No quiero hablarlo y menos contigo —el chico unió sus cejas en señal de confusión —lo mejor será que no estemos cerca el uno del otro, cualquiera puede pensar algo raro de esto—lo señaló y luego se señaló a ella misma repetidas veces.

—Oye solo quería disculparme contigo —Jude rascó su propia nuca un poco frustrado—tampoco quiero problemas, solo-

—No Jude. Esto ya está demasiado roto, no quiero estropear lo más... —Los ojos de la fémina se aguaron pero antes de que el chico pudiera percatarse, ella giró sobre sus talones y se fué.

Según ella, era mejor así, cuando estaban juntos eran peleas y discusiones, todo se destrozaba y ahora había dañado a la persona más importante para ella.

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Pasaron los días y Ona seguía hundida..., no sabía que hacer para arreglar su amistad con Sara, sentía su mente nublada y sabía que la rubia no la perdonaría, pues su carácter fuerte y tu poco tolerante orgullo no iba a darle otra oportunidad a su amistad. Al menos por el momento decidio darle su espacio, para poder pensar alguna salida y pedirle disculpas sin recibir un golpe en su cara de nuevo.

Cuando porfin decidió mirar su teléfono se encontró con la sorpresa de que Mateo le había mandado algunos mensajes, preguntando por su estado, si necesitaba algo. La fémina con una sonrisa inconsciente llamó al chico y casi al segundo toque descolgó.

—¿Ona? Menos mal que contestas, pensaba que te había pasado algo... —la chica intentó reír para que el rubio no se preocupase tanto.

—¿Lo sabes verdad?

𝑈𝑁𝐴 𝑁𝑂𝐶𝐻𝐸 𝑀𝐴́𝑆, ㅤ 𝙅𝙪𝙙𝙚 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙞𝙣𝙜𝙝𝙖𝙢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora